No se me ocurre mejor nombre para calificar a RTVE que éste: ‘telesicaria’.
Si bien algunas televisiones privadas en determinados espacios podrían recibir
una denominación similar. Sin embargo, la televisión pública ha pasado del
partidismo político del Gobierno con González-Echenique, al ‘sicarismo’
político con el nuevo presidente.
Tuve la oportunidad de llevar la comparecencia de idoneidad del actual
presidente de RTVE, José Antonio Sánchez. Fue mi último acto como portavoz de
RTVE. Se retrató totalmente. Él mismo se había definido como “un sonajero. Lo
mueven, y suena”. Y, en efecto, es así. Su perfil quedó claro que respondía al
de un jefe de negociado con el perfil cultural de épocas pasadas y
afortunadamente olvidadas. Pero, además, desvergonzado. Al servicio del poder y
de lo que le pida el poder.
En el tiempo que lleva al frente de RTVE, la acción política del
partido del Gobierno en la televisión y la radio pública se ha reforzado con
creces. La información siempre es de parte. Los sándwiches informativos están
garantizados: meten un corte del PP, otro del PSOE y acaba contestando el PP al
corte. Es una constante. O las imágenes del PSOE –logotipos, por ejemplo-
asociadas a malas noticias. Descompensación de informaciones. Y, por supuesto, el
proselitismo ‘pepero’ con los políticos en los informativos territoriales.
Y, con este descaro que califica al Gobierno, aún la vicepresidenta del
Gobierno se atreve a decir esta semana en la rueda de prensa del Consejo de
Ministros que” “El Gobierno está comprometido
con el pluralismo político. Es ella
quien está al frente de la manipulación y la propaganda. Por eso nunca ha
querido comparecer cuando se lo he pedido en el Parlamento. Y ahora tiene el
descaro de defender una redacción paralela con 11 sicarios políticos dispuestos
a matar informativamente a quien haga falta para que el PP gane las elecciones.
También estos días hemos conocido la respuesta a una pregunta escrita
mía de hace tiempo en que el presidente de RTVE defiende la dedicación de un 60 por ciento de la información en el medio público a favor del PP. ¡Vaya
pluralismo!, o si prefiere, ¡vaya jeta!
El servicio público de RTVE es esencial. La radio y la tele públicas no
están al servicio de nadie, solo de los españoles. Requiere el compromiso de
todos. Y desde luego el ‘sicarismo’ político no tiene cabida en RTVE.
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