Dicen en el entorno
del presidente Rajoy que le ven más crispado de lo normal. También los
diputados lo pudimos comprobar en la última sesión de control del Gobierno ante
la pregunta que le formuló Pedro Sánchez, y repitió la misma actitud en el
Senado ante la pregunta de nuestro nuevo portavoz. Su estado de ánimo responde
a la crisis postelectoral del PP tras las elecciones municipales y autonómicas.
Unas elecciones que presagian de mantenerse la tendencia de las expectativas una derrota del PP.
Al nerviosismo de
Rajoy se une el de Aznar. Presagia también la derrota. Y en sus círculos más
íntimos despotrica contra el presidente del Gobierno. Pide un plan de acción
rápida como el que él desplegó cuando el Sr. Fraga le designó candidato a
presidente. Mientras Rajoy desoja la margarita de si convoca o no convoca
elecciones, o en su caso antes de convocarlas tramita los presupuestos a largo
del verano.
Mientras, el
presidente se ha puesto al frente del partido y ha accionado la maquinaria del
miedo y las mentiras. El argumentario se impone. El objetivo a batir es Pedro Sánchez a quien se le presenta como un radical extremo y se alerta a la
ciudadanía del “fin del mundo” ante una posible llegada al poder de quien a la
vez que le descalifican, le temen. La estrategia del miedo se extiende también
al PSOE. El relato es simple: “Los socialistas llevaron a la sociedad española
a la peor crisis de la historia por su incapacidad de gestión y su actitud de
derroche, ahora que gracias a la buena gestión y al rigor de los populares
estamos saliendo, no podemos retroceder. Hay que apoyar y votar al PP para
garantizar un gobierno popular y consolidar la salida de la crisis”. La conclusión
es clara: o el PP, o el caos.
El miedo se
complementa con las mentiras. La mentira es consustancial al PP. Una poderosa
herramienta de lucha de los populares. La utilizaron en la campaña de las
últimas generales, la han aplicado a lo largo de la legislatura y todo indica
que lo van usar como baluarte en la
precampaña electoral.
EL PP quiere
aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2016 unos días antes de que
se celebren las elecciones generales. Se pueden imaginar qué tipo de
presupuesto van a proyectar. Desde luego expansivo, populista y rupturista con
lo que ha sido su acción de gobierno en
estos últimos cuatro años. Se trata de ganar las elecciones, cueste lo
que cueste. Y quien venga que arree. Si al final quien gobierna es el PP
volverán a reiterar su política del miedo y las mentiras dentro de cuatro años.
Menosprecian y minusvaloran a los españoles. Pero esta vez se van a equivocar,
de la misma manera que se equivocaron en su momento con la trama de ETA tras
los atentados del 11M. Tiempo al tiempo. El pueblo tiene un sexto sentido.