En
la última semana el PP ha vuelto a denegar a los segovianos en las Cortes el
derecho a una unidad de radioterapia. La misma que prometió el presidente
Herrera en 2010, o que el consejero de Sanidad de la Junta en 2013 vinculó a la
clínica privada Recoletas. Para ello en esta ocasión han contado con el apoyo
de Ciudadanos, la nueva derecha emergente que permite legitimar las acciones
del Gobierno popular ante la falta de mayoría absoluta.
En
Segovia hay una media continua de unos 40 pacientes oncológicos. El 70 por
ciento de ellos requiere tratamientos diarios durante seis semanas. En total se
precisan al año para los pacientes oncológicos unas 10.100 sesiones. Ante la
inexistencia de un acelerador lineal, los pacientes segovianos se ven obligados
a desplazarse a diario a Valladolid en la mayoría de los casos. Un viaje
tedioso, en transporte colectivo, que comienza a las 7:30 h de la mañana en
algunos casos y concluye a las 17:00h, además sin acompañante, dado que la ruta
es amplia y la disponibilidad de plazas escasa.
Para
todos los que hemos tenido la desgracia de sufrir en algún familiar cercano un
proceso cancerígeno, sabemos lo que significa esto. Son enfermos inmuno
deprimidos y el viaje es un auténtico castigo. Decir, como ha afirmado un
procurador popular, que con la reivindicación de una unidad de radioterapia
para Segovia se está “explotando el dolor de los pacientes” no deja de
constituir un auténtica ofensa a los pacientes que retrata a quien lo afirma.
La
denegación del PP se fundamenta en que es una técnica muy costosa y el número
de pacientes a tratar escaso, argumento que es secundado por el nuevo líder
emergente en la provincia de Ciudadanos, el responsable de radiología del
Hospital General, que no de radioterapia oncológica, que no es su especialidad,
y demuestra conocerla muy poco cuando ratifica los argumentos del PP y propone
que el acelerador lineal se instale en Ávila.
Durante
los años que tuve la máxima responsabilidad en el área económico y de personal
del Insalud pude comprobar cómo una gran parte de las técnicas de diagnóstico y
tratamiento, o incluso del propio régimen de guardias médicas, como conoce muy
bien el radiólogo, tenían un alto grado de ineficiencia. Con un criterio
mercantilista puro tendrían que haber sido suprimidas; sin embargo, la salud es
un bien superior cuya protección conlleva no siempre optimizar los costes y
maximizar siempre que se pueda el bienestar de los enfermos.
El
PP y Ciudadanos están en otra onda. Por lo que se ve les importa muy poco los
enfermos oncológicos segovianos y Segovia. Hacen referencia al alto coste, pero
no lo conocen. Si supiesen que una sesión de radioterapia para Segovia con un
acelerador lineal de 3,5 millones de euros a amortizar en 10 años conlleva un coste de 75 euros por sesión es
posible que cambiasen de opinión. Más cuando un kilómetro medio de AVE sale por
18 millones de euros al año y su mantenimiento anual cuesta 100.000 euros. Esta
es una de las razones por la que los socialistas queremos blindar la prestación
de servicios esenciales como son los sanitarios.
¡Vaya
sensibilidad que tiene la derecha con Segovia! A pesar de contar aquí su mayor
respaldo en las urnas.
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