sábado, 2 de enero de 2016

El nuevo año



Difícil, muy difícil se presenta el nuevo año. Los efectos de la crisis siguen presentes en los bolsillos de una gran parte de los españoles. Y muchos de ellos aún siguen en una situación extrema, sin ver la salida del túnel. Para ellos no hay luz, de ahí la importancia de situarlos en el primer objetivo de la acción política.

Las expectativas no son muy halagüeñas. Al menos las políticas. España necesita un Gobierno estable con sensibilidad social, pero que sea capaz de crear riqueza para redistribuirla con políticas fiscales. Lo ideal sería un Gobierno de izquierdas que diese respuesta a una mayoría social y sociológica de nuestro país.

Todo indica que esa empresa será imposible. El nuevo o los nuevos partidos emergentes de la autodenominada izquierda, o sea los Podemos, lo harán imposible. Se vuelven a reiterar en la necesidad de priorizar por encima de todo el “derecho de decisión de Cataluña”. Un planteamiento que establecen en realidad para hacer imposible cualquier pacto de izquierdas.

Podemos tiene un solo objetivo: perpetuarse como partido referente de la izquierda y pulverizar al PSOE. Sólo les interesa el poder. Y para ello vale todo. Hemos comprobado cómo en un breve periodo de tiempo se  han reconvertido en un partido capitalista, socialdemócrata y europeísta, cuando venían de las antípodas. Lo que aún no ha reprobado es su carácter populista y oportunista. Que irá a más. No son un partido de Gobierno; son un partido de poder. Un poder que quieren para ellos, no para transformar y contribuir a una sociedad más igualitaria y próspera.

Ante esta situación, y en el hipotético caso de que no cambie, sólo queda buscar lo mejor para nuestro país. No será fácil, pero no imposible. Primero crecer, después distribuir y, por supuesto, garantizar la unidad y soberanía de España. Quien no sepa estar a la altura de las circunstancias será su problema.

Por lo demás, el nuevo año comienza como terminó. El Gobierno sigue con su táctica electoralista y populista. Nos ha anunciado que bajará la luz –aunque todo indica que en menos de dos meses habrá repunte-, los peajes  de autopistas y las tasas de aeropuertos, y alguna cosa más. Bienvenidas sean esas rebajas, pero el problema es que tienen trampa. Al final se acaba resarciendo a las compañías aéreas y a las concesionarias de autopistas por otras vías que acabamos pagando todos los españoles y que merman nuestra capacidad adquisitiva.

Para el Gobierno del PP todo sigue igual. Sigue velando armas por lo que pueda pasar. Todo indica que unas hipotéticas elecciones generales le pueden beneficiar e incluso acercarse a la mayoría absoluta, una vez que C’s se ha visto que representa a quienes representa.

Los españoles siguen esperando. Y el nuevo año también. Esperemos a que escampe.    




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