sábado, 16 de enero de 2016

Escenificación populista



El populismo democrático ha hecho mella en la política española. Así se puso de manifiesto en la sesión de constitución del Congreso de los Diputados de la XI legislatura. Podemos ha llegado a asumir que sobreactuó en su estreno en el Congreso. Algunos lo podríamos catalogar de “escenificación populista” para llamar la atención como fuera y buscar la foto de portada y el titular de los medios.

A los que desde muy jóvenes vivimos la política como la mejor herramienta para combatir la desigualdad por parte de los más desfavorecidos y la legítima defensa de sus intereses, esta visión populista, oportunista y mediática de la política no nos gusta. La política no es notoriedad y conquista del poder, como algunos ponen de manifiesto. La política es la transformación social para la búsqueda de unos objetivos que se han de plasmarse mediante programas concretos acorde con cada ideario político.  

La política no es como enfatiza Errejón, en su escrito dirigido a su militancia y titulado ‘Abriendo brecha: apuntes estratégicos tras las elecciones’, “una comunicación que, en las metáforas y las interpelaciones pero también en la estética y en los actos, enfatiza en una épica cotidiana e individualizada junto a la ya más habitual en Podemos épica de masas: un estilo más cercano, pedagógico y feminizado”

La política no es lo que vimos en el Congreso el pasado 13 de diciembre. No es arengar a los diputados como si estuviesen en una asamblea en la facultad a medidos de los 70; ni mirar a tribuna buscando al director del espectáculo u orquesta, el Sr. Monedero, para recibir su felicitación por su actuación; ni reivindicar la conciliación familiar para sacar la foto en portada, cuando en la Cámara está más que resuelta. Esa forma de entender la política es casposa. Propia de una élite extractiva que no es representativa de cinco millones de españoles, aunque les hayan votado.

La política es buscar puntos de encuentro y diálogo como abogó el nuevo presidente del Congreso, PatxiLópez, en su discurso de investidura. La política es trabajar para recuperar la convivencia y facilitar el debate y el diálogo en el Parlamento con la presencia de grupos parlamentarios y partidos que, de lo contrario, reivindicarán sus planteamientos soberanistas fuera del templo de la democracia. Eso es la alta política frente al populismo. 

La política no es como afirma Errejón, en su artículo para un futuro escenario tras el 20D, “saber gestionar el impasse y navegar los equilibrios inestables de días resbaladizos, en los que es crucial como se distribuye la presión y la iniciativa”. La política no es un juego de personas que desconocen lo que es pasarlo mal y tener necesidades de primer orden. Sólo tienen avidez de poder. Tocan de oídas y les falta madurez. Incluido al director de orquesta, al que por cierto le referenciaban con su mirada de autorización y consideración no sólo los diputados de a pie, sino también Iglesias y Errejón. Verlo para creerlo. Yo lo vi, y no daba crédito.        


No hay comentarios: