La primera ronda del Rey para designar candidato a la Presidencia
del Gobierno ha mostrado con claridad a los españoles la auténtica cara y forma
de entender la política del PP y Podemos. Un esperpento político preocupante
para el conjunto de España y los españoles.
Rajoy ha declinado el encargo del Jefe del Estado para
presentar su candidatura a presidente del Gobierno. Al mismo tiempo ha
anunciado que no renuncia. Espera a un mejor momento. El PP tiene la esperanza
de que el resto de candidatos que puedan ser propuestos fallen en su intento. A
ello contribuirá el programa de acoso y derribo que el PP ya ha puesto en
marcha, a través de su control mediático y económico, sobre el estado de ánimo
de los españoles.
Una vergüenza democrática. El PP vuelve una vez más a
instrumentalizar las instituciones y las
reglas democráticas en beneficio propio, dejando al margen los intereses de
España y los españoles. Rajoy tiene la obligación constitucional de aceptar el
encargo de presentarse a la investidura y si no renunciar definitivamente a
ella. El PP tiene más de siete millones de votos, con Rajoy o sin él. El artículo
99 de la Constitución española es claro. Y ningún candidato ni partido puede
verse sometido al chantaje y los intereses del PP, ni tampoco la Jefatura del
Estado. Una clara prueba del falso patriotismo que predica esta derecha rancia.
Rajoy y los suyos, conscientes desde hace tiempo de que
no suman apoyos para conseguir la Presidencia del Gobierno, han puesto en
marcha un plan B. Un plan orientado a presionar a Sánchez, dividir al PSOE y
demonizar la opción de gobierno del Partido Socialista ante la sociedad
española. Para eso les vale todo. Desde inventarse negociaciones con PNV y
Podemos cuando no las hay, trasladando a la opinión pública la infamia de que
el PSOE está dispuesto a admitir el “derecho a decidir” del País Vasco, cuando
ni siquiera lo han planteado, o incluso peores.
En este marco, el “indecente” presidente del PP ha llegado
a calificar a Pedro Sánchez de “indigno” en un acto de su partido en Córdoba,
por intentar explorar la posibilidad de un Gobierno de izquierdas. Y vienen
desarrollando una campaña de desprestigio del PSOE y su líder en los medios de
comunicación y las redes. La diputada popular por Segovia se ha atrevido a
decir que “Sánchez nos vende a Maduro, ERC e Irán”, y no conforme con eso, lo
ha complementado con que el bueno de Sánchez “está dispuesto a hundir España”.
El PP, el partido de la corrupción, no tiene ningún
escrúpulo para hacer lo que sea necesario para seguir gobernando, y así tener
las claves del poder y avanzar en sus negocios. En estos días han sido
imputados por el caso Bárcenas, y aún siguen sin condenar la actuación de Gómezde la Serna, ni reconocer sus errores en la gestión despótica que han realizado
en estos últimos cuatro años: la causa de su aislamiento. El PP tiene que pasar
por el purgatorio de la oposición para poder volver a gobernar, y eso no se
puede conseguir con un pacto, y menos con el PSOE. Así que a la oposición.
El otro gran esperpento político es Podemos. Día a día
conocemos más su casposo proyecto para España: hacerse con el poder. Están muy
al margen de los intereses de España y los españoles. Fueron aupados por las
televisiones sobre las que ejercía el control el PP con el único objetivo de
dividir a la izquierda, y pasaron de un plató de televisión a constituirse en
un partido político, que por cierto ha recibido cinco millones de votos.
La política no es un juego mediático y de pillos. Ni
consiste en escenificar acciones singulares para salir en la tele y ganar
titulares. La política requiere concebir y tener la posibilidad de poder
desarrollar un proyecto político para gobernar los destinos de los españoles.
Algo muy serio, que debe ser ajeno a la superficialidad y frivolidad que día a
día ponen de manifiesto estos “chiquillos” de Podemos.
España necesita un cambio y un Gobierno de izquierdas,
pero no al cualquier precio, como ha afirmado Pedro Sánchez. El PSOE necesita a
Podemos para poder conformar un Gobierno de izquierdas. Pero Podemos necesita alcanzar
la madurez que aún no tiene. Se tiene que dar prisa. El PSOE no puede
embarcarse en un proyecto de Gobierno a la aventura. Tiene que tener el
compromiso a priori de la respuesta de sus posibles socios de gobierno ante
situaciones como: el respeto al liderazgo de Pedro Sánchez; su posición ante
una posible crisis económica derivada de la situación de China; la reacción y
compromiso con los planes de estabilidad de la UE…
Si Podemos no alcanza la madurez política en un tiempo récord,
lo mejor que puede hacer es quedarse al margen del Gobierno y garantizar con su
abstención la investidura, a la vez que avanzan hacía la mayoría de edad
política y profundizan en su formación política. De lo contrario, es posible
que vayamos a nuevas elecciones, en las que, sin duda, Podemos caerá
fuertemente y la derecha incrementará sus apoyos. De hecho, ya lo ponen de
manifiesto las primeras encuestas de valoración realizadas estos días.
España no necesita esperpentos políticos. Necesita
políticas y políticos para servir a la ciudadanía, y no servirse a sí mismo.
¡Vaya casta!
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