sábado, 23 de enero de 2016

La política del esperpento



La primera ronda del Rey para designar candidato a la Presidencia del Gobierno ha mostrado con claridad a los españoles la auténtica cara y forma de entender la política del PP y Podemos. Un esperpento político preocupante para el conjunto de España y los españoles.

Rajoy ha declinado el encargo del Jefe del Estado para presentar su candidatura a presidente del Gobierno. Al mismo tiempo ha anunciado que no renuncia. Espera a un mejor momento. El PP tiene la esperanza de que el resto de candidatos que puedan ser propuestos fallen en su intento. A ello contribuirá el programa de acoso y derribo que el PP ya ha puesto en marcha, a través de su control mediático y económico, sobre el estado de ánimo de los españoles.

Una vergüenza democrática. El PP vuelve una vez más a instrumentalizar las instituciones y las reglas democráticas en beneficio propio, dejando al margen los intereses de España y los españoles. Rajoy tiene la obligación constitucional de aceptar el encargo de presentarse a la investidura y si no renunciar definitivamente a ella. El PP tiene más de siete millones de votos, con Rajoy o sin él. El artículo 99 de la Constitución española es claro. Y ningún candidato ni partido puede verse sometido al chantaje y los intereses del PP, ni tampoco la Jefatura del Estado. Una clara prueba del falso patriotismo que predica esta derecha rancia. 

Rajoy y los suyos, conscientes desde hace tiempo de que no suman apoyos para conseguir la Presidencia del Gobierno, han puesto en marcha un plan B. Un plan orientado a presionar a Sánchez, dividir al PSOE y demonizar la opción de gobierno del Partido Socialista ante la sociedad española. Para eso les vale todo. Desde inventarse negociaciones con PNV y Podemos cuando no las hay, trasladando a la opinión pública la infamia de que el PSOE está dispuesto a admitir el “derecho a decidir” del País Vasco, cuando ni siquiera lo han planteado, o incluso peores.

En este marco, el “indecente” presidente del PP ha llegado a calificar a Pedro Sánchez de “indigno” en un acto de su partido en Córdoba, por intentar explorar la posibilidad de un Gobierno de izquierdas. Y vienen desarrollando una campaña de desprestigio del PSOE y su líder en los medios de comunicación y las redes. La diputada popular por Segovia se ha atrevido a decir que “Sánchez nos vende a Maduro, ERC e Irán”, y no conforme con eso, lo ha complementado con que el bueno de Sánchez “está dispuesto a hundir España”. 

El PP, el partido de la corrupción, no tiene ningún escrúpulo para hacer lo que sea necesario para seguir gobernando, y así tener las claves del poder y avanzar en sus negocios. En estos días han sido imputados por el caso Bárcenas, y aún siguen sin condenar la actuación de Gómezde la Serna, ni reconocer sus errores en la gestión despótica que han realizado en estos últimos cuatro años: la causa de su aislamiento. El PP tiene que pasar por el purgatorio de la oposición para poder volver a gobernar, y eso no se puede conseguir con un pacto, y menos con el PSOE. Así que a la oposición. 

El otro gran esperpento político es Podemos. Día a día conocemos más su casposo proyecto para España: hacerse con el poder. Están muy al margen de los intereses de España y los españoles. Fueron aupados por las televisiones sobre las que ejercía el control el PP con el único objetivo de dividir a la izquierda, y pasaron de un plató de televisión a constituirse en un partido político, que por cierto ha recibido cinco millones de votos.

La política no es un juego mediático y de pillos. Ni consiste en escenificar acciones singulares para salir en la tele y ganar titulares. La política requiere concebir y tener la posibilidad de poder desarrollar un proyecto político para gobernar los destinos de los españoles. Algo muy serio, que debe ser ajeno a la superficialidad y frivolidad que día a día ponen de manifiesto estos “chiquillos” de Podemos.

España necesita un cambio y un Gobierno de izquierdas, pero no al cualquier precio, como ha afirmado Pedro Sánchez. El PSOE necesita a Podemos para poder conformar un Gobierno de izquierdas. Pero Podemos necesita alcanzar la madurez que aún no tiene. Se tiene que dar prisa. El PSOE no puede embarcarse en un proyecto de Gobierno a la aventura. Tiene que tener el compromiso a priori de la respuesta de sus posibles socios de gobierno ante situaciones como: el respeto al liderazgo de Pedro Sánchez; su posición ante una posible crisis económica derivada de la situación de China; la reacción y compromiso con los planes de estabilidad de la UE…

Si Podemos no alcanza la madurez política en un tiempo récord, lo mejor que puede hacer es quedarse al margen del Gobierno y garantizar con su abstención la investidura, a la vez que avanzan hacía la mayoría de edad política y profundizan en su formación política. De lo contrario, es posible que vayamos a nuevas elecciones, en las que, sin duda, Podemos caerá fuertemente y la derecha incrementará sus apoyos. De hecho, ya lo ponen de manifiesto las primeras encuestas de valoración realizadas estos días. 

España no necesita esperpentos políticos. Necesita políticas y políticos para servir a la ciudadanía, y no servirse a sí mismo. ¡Vaya casta!     


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