viernes, 11 de mayo de 2018

El CIS marca tendencia


El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) acaba de publicar su barómetro correspondiente al mes de abril de 2018. Con una muestra de 2.466 encuestas realizadas mediante entrevistas personales en 256 municipios y 17 comunidades autónomas, y un error de muestreo del dos por ciento, lo convierte en el estudio prospectivo más serio y riguroso sobre lo que piensan los españoles y determinan sus expectativas políticas. El trabajo de campo se realizó entre los días 1 y 10 de abril, cuando el ‘caso Cifuentes’ estaba emergiendo, pero aún no había llegado a su momento culmen. A dos años vista de la celebración de elecciones generales, este barómetro sirve para marcar tendencia. Su lectura e interpretación debe estar inexorablemente unida a los diferentes barómetros publicados a lo largo de la legislatura. No obstante, ofrece una información nada despreciable para corregir posiciones y mejorar sus expectativas a los diferentes partidos y líderes políticos.

En primer lugar, pone de manifiesto la falta de una mayoría suficiente en el futuro de los diferentes bloques ideológicos para garantizar la gobernabilidad de España con autonomía. Considerando el error de muestreo, los tres partidos mayoritarios se encuentran en un empate técnico. El bipartidismo representado por el PP y el PSOE, que otrora representase el 82 por ciento del voto, ahora se sitúa en el 46 por ciento. PSOE y PP se sitúan en sus niveles más bajos de expectativa de voto en democracia, con un 22 y 24, respectivamente. A su vez, Cs desplaza al PSOE de la segunda posición, y de mantenerse la tendencia de los últimos barómetros no tardará en convertirse en la primera. Y para sorpresa de todos Podemos se recupera y se sitúa a casi dos puntos de su rival natural. La tendencia indica que poco a poco se va abriendo la brecha entre el centro-derecha y la izquierda, a favor de aquellos. En este CIS, la diferencia es de cinco puntos, que se incrementa con los apoyos de los nacionalistas de su misma tendencia.

Los principales problemas que preocupan a los españoles siguen siendo: paro, corrupción y fraude, los políticos, situación económica, pensiones..., si bien crecen en interés los temas que han estado recientemente en el debate político, como es el caso de la corrupción y las pensiones. Sin embargo, por encima de las cuestiones que conforman la agenda política del día a día, se encuentran los factores emocionales que entroncan con los valores de los diferentes ciudadanos. El barómetro pone de manifiesto un mayor peso de la izquierda en la estructura social -el 39,4 por ciento se encuadra en este segmento- frente a la derecha -el 27,9 por ciento-, y a pesar de ello la propensión de voto del centro-derecha es mayor. La expectativa de voto no concuerda. La causa hay que buscarla en el posicionamiento de los diferentes grupos ante el ‘problema catalán’ y en la ambigüedad de las propuestas de la izquierda sobre estos temas y sobre la gobernabilidad del Estado en un momento de máxima turbulencia política que requiere la búsqueda de puntos de encuentro para no paralizar al Estado.

La caída del PP es espectacular. Todo hace indicar que hay voto oculto y que, una vez superado el trámite presupuestario, si el crecimiento económico persiste al ritmo actual -su gran baza-, ellos consideran que podrán contener la caída. Su líder está abrasado y así lo refleja el bajo nivel de confianza que tiene, lo que hará muy difícil que repita como cabeza de cartel. No obstante, la encuesta no recoge lo peor del ‘caso Cifuentes’. De los votos que gana Cs, dos tercios proceden del PP y uno del PSOE. Una vez cerrado el Gobierno en Cataluña -lo que parece que está próximo- el discurso emocional de Cs se resentirá. El encelamiento del PP puede ser su gran baza para amplificar y mantener sus posiciones, así como las elecciones europeas y también las autonómicas, donde crecerá si se mantiene la inercia actual. El PSOE no acaba de encontrar su sitio. La “nación de naciones” y el “no es no” no parecen haber cuajado en los votantes. Una vez más vuelve a caer y el rechazo a su forma de hacer oposición crece en diez puntos con respecto al último barómetro. Y Podemos todo indica que resucita. El 19,6 por ciento de voto es un buen dato para ellos. Recuperan mucho de lo perdido en Cataluña, y se mantienen en Galicia y Valencia con sus marcas blancas. Todo ello a pesar de lo que dicen y hacen. Bien es cierto que su líder lleva una época fuera de onda y no habla. Su consolidación resta posibilidades a futuro al PSOE.

La tendencia indica que las próximas generales pueden llevarnos a un escenario político en el que será necesario el concurso al menos de dos o tres partidos para poder gobernar. El fantasma de la política italiana o catalana puede presidir el Parlamento español en la próxima legislatura. Las elecciones europeas de 2019 pueden ser premonitorias de lo que puede ocurrir en 2020. En cualquier caso, la formación de Gobierno requerirá de un nuevo enfoque político que pasa por anteponer los intereses de la ciudadanía a los de partido y romper los rancios paradigmas de la acción política. Aquellos grupos que lo entiendan y lideren este proceso estarán en mejores condiciones para gobernar, y se podrán empoderar socialmente y ganar su reconocimiento. Los deberes conviene hacerlos antes para no llegar tarde, si es que se puede.


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