Este año ha estado marcado por la crisis económica. Ha sido duro; pero menos que los dos anteriores y posiblemente el próximo. El 2011 apunta algo mejor, aunque con los efectos del Plan de Ajuste. Un plan concebido en el marco del Plan de Estabilidad presupuestaria de la UE, y que fue aprobado por el Parlamento en el mes de mayo. El PP se opuso a las medidas de ajuste. El PSOE lo pudo aprobar gracias a la abstención de CiU, UPN y Coalición Canaria. Su rechazo hubiese supuesto una catástrofe para toda la zona euro, y posiblemente la desaparición de la moneda única, con todas sus consecuencias. El PP careció una vez más de sentido de Estado y dio pruebas palpables de frivolidad e irresponsabilidad manifiesta.
El año ha estado marcado por la quiebra de Grecia, en febrero, e Irlanda en noviembre. España no se ha salvado de los ataques especulativos a su deuda, lo que se ha traducido en un incremento significativo de la carga financiera por los intereses de la deuda. Una etapa difícil pilotada por la nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado, que está demostrando una posición muy firme en la defensa de las políticas del Gobierno frente a la crisis.
Durante el año que ahora concluye, España ha ejercido la Presidencia de la UE durante el primer semestre. Una presidencia difícil, en la que España ha desplegado una intensa actividad diplomática. En este año se han acometido importantes reformas: la reforma laboral y una nueva organización del sistema financiero. La primera, absolutamente necesaria, para acabar con el mercado dual de trabajo entre fijos y temporales, e impulsar las contrataciones, ha contado con un fuerte rechazo de los sindicatos. Se convocó una huelga general que tuvo escaso seguimiento; la reforma del sistema financiero con la integración de las numerosas cajas de este país, para garantizar su solvencia, ha sido otro de los puntos álgidos de este año. Durante estos meses se está acelerando el proceso.
El pulso a los controladores aéreos ha sido otra constante del curso político. El ministro de Fomento, Sr. Blanco, ha parado, por primera vez en España, a un colectivo chantajista, como es éste. Para ello se han aprobado diversas reformas en el Parlamento, de las que he tenido el honor de ser el ponente y portavoz en la Cámara Alta. A estos señores ya no les toca todos los meses la lotería -300.000 euros-; ahora les toca a todos los españoles.
En el plano autonómico, en Castilla y León más de lo mismo. Un Gobierno del PP que lleva 23 años y que se dedica a gestionar el día a día, sin hacer frente a los grandes problemas estructurales: despoblación, éxodo la juventud, envejecimiento y falta de tejido industrial. El victimismo sigue siendo su razón de ser. Para el Gobierno del PP en la Junta toda su acción se limita a pedir y a responsabilizar de todo al Gobierno socialista de España.
En Segovia destaca la excelente gestión del alcalde Arahuetes en la ciudad y de José Luis Vázquez en los Reales Sitios, con una actividad frenética de ambos en sus respectivos municipios y el reconocimiento de su labor en el exterior.
No podemos olvidar en el 2010 la dimisión del diputado del PP, el Sr. Merino por su presunta relación con el caso Gürtel y la tela de araña que se extiende sobre el proyecto Segovia 21 por parte de la Diputación Provincial y el papel determinante del Sr. Merino y su relación con la empresa Fomento Territorial. Sin olvidar las sospechas puestas de manifiesto por algún medio sobre la consejera de Agricultura, la segoviana Silvia Clemente, por su también presunta implicación en el Gürtel. A pesar de todo ello, el PP ha vuelto a demostrar, una vez más, su inmunidad a la corrupción por parte de los ciudadanos.
Y, por último hay que recordar la alegría colectiva de nuestro primer Mundial de Fútbol. ¡Casi ná! Un año para no olvidar.
domingo, 26 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
La pinza
Recuerdan los tiempos de Anguita y Aznar, haciendo un frente común al Gobierno socialista de Felipe González, allá por el 95; pues bien, la historia se repite. Ahora la pinza la ejerce el señor Mariano Rajoy, en representación del PP, y el concurso de la llamada ‘izquierda romántica’, con Llamazares al frente. Sin olvidar el apoyo incondicional de CCOO a través de Ignacio Fernández Toxo y algún que otro miembro relevante de la UGT. Motivo: las reformas del Gobierno socialista frente a la crisis.
España, al igual que los países del resto de Europa, está sufriendo los efectos de la crisis. En especial, en materia de empleo. Esta situación es la consecuencia de los fuertes problemas estructurales que acosan a la economía española desde el siglo XIX, aún pendientes de resolver, y del fuerte e inconsistente crecimiento experimentado en los últimos 15 años, soportado sobre la construcción, agravado ahora por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la recesión del consumo. Una situación delicada que requiere, en el marco de la zona euro y sin una autoridad económica, actuaciones urgentes para que no se hunda el barco.
Es la voz del mercado la que, en muchas ocasiones, mal que nos pese, ejerce la soberanía popular, y los gobiernos tienen que bandear la situación con medidas que pueden resultar muy gravosas e impopulares. La economía de mercado tiene sus pros y contras.
El Gobierno tiene un objetivo firme con el cumplimiento del déficit público en 2013 –un 3 por ciento máximo-. Para ello ha de efectuar un serio ajuste del gasto público, algo que está haciendo. Pero la economía española tiene pendientes grandes reformas estructurales. Ya se ha iniciado la reforma laboral y la reforma del sistema financiero. Pero son necesarias muchas más: pensiones, sector energético, Administración Pública, sanidad, educación…
El anuncio de la reforma del sistema de pensiones, con la ampliación de la edad de jubilación de 65 a 67 años, de forma flexible, y la ampliación del periodo de cálculo de la pensión de 15 a 20 años, ya ha provocado las primeras reacciones virulentas. El PP e IU se han posicionado con un discurso demagógico y partidista. En el Pacto de Toledo esta última semana han dicho ‘sí, pero no’. No les importa que el sistema se hunda en 15 o 20 años, con tal de desgastar al Gobierno; mientras que los sindicatos ya han anunciado una posible huelga general para principios del próximo año.
Nos encontramos en un momento delicado, mucho más cuando los ataques especulativos al euro nos incrementa día a día el coste de la deuda, lo que conlleva un mayor gasto que se ha de traducir en importantes recortes. De ahí la importancia de generar confianza en nuestra economía con el cumplimiento de los objetivos del Plan de Estabilidad. Lo contrario sería tanto como suicidarse. En este país todo el mundo parece haberse vuelto loco. Menos mal que aún contamos con la cordura del Gobierno. Lo malo de la pinza es que puede, a medio plazo, generar un pinzamiento en los españoles. ¡Qué país!
España, al igual que los países del resto de Europa, está sufriendo los efectos de la crisis. En especial, en materia de empleo. Esta situación es la consecuencia de los fuertes problemas estructurales que acosan a la economía española desde el siglo XIX, aún pendientes de resolver, y del fuerte e inconsistente crecimiento experimentado en los últimos 15 años, soportado sobre la construcción, agravado ahora por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la recesión del consumo. Una situación delicada que requiere, en el marco de la zona euro y sin una autoridad económica, actuaciones urgentes para que no se hunda el barco.
Es la voz del mercado la que, en muchas ocasiones, mal que nos pese, ejerce la soberanía popular, y los gobiernos tienen que bandear la situación con medidas que pueden resultar muy gravosas e impopulares. La economía de mercado tiene sus pros y contras.
El Gobierno tiene un objetivo firme con el cumplimiento del déficit público en 2013 –un 3 por ciento máximo-. Para ello ha de efectuar un serio ajuste del gasto público, algo que está haciendo. Pero la economía española tiene pendientes grandes reformas estructurales. Ya se ha iniciado la reforma laboral y la reforma del sistema financiero. Pero son necesarias muchas más: pensiones, sector energético, Administración Pública, sanidad, educación…
El anuncio de la reforma del sistema de pensiones, con la ampliación de la edad de jubilación de 65 a 67 años, de forma flexible, y la ampliación del periodo de cálculo de la pensión de 15 a 20 años, ya ha provocado las primeras reacciones virulentas. El PP e IU se han posicionado con un discurso demagógico y partidista. En el Pacto de Toledo esta última semana han dicho ‘sí, pero no’. No les importa que el sistema se hunda en 15 o 20 años, con tal de desgastar al Gobierno; mientras que los sindicatos ya han anunciado una posible huelga general para principios del próximo año.
Nos encontramos en un momento delicado, mucho más cuando los ataques especulativos al euro nos incrementa día a día el coste de la deuda, lo que conlleva un mayor gasto que se ha de traducir en importantes recortes. De ahí la importancia de generar confianza en nuestra economía con el cumplimiento de los objetivos del Plan de Estabilidad. Lo contrario sería tanto como suicidarse. En este país todo el mundo parece haberse vuelto loco. Menos mal que aún contamos con la cordura del Gobierno. Lo malo de la pinza es que puede, a medio plazo, generar un pinzamiento en los españoles. ¡Qué país!
sábado, 11 de diciembre de 2010
¡Qué obsesión!
El presidente provincial del PP, Francisco Vázquez, ha vuelto esta semana, aprovechando el encuentro en Segovia de presidentes del PP, a arremeter personalmente contra el líder del PSOE autonómico, Óscar López, y contra mí. Como otras muchas veces, lo hace en el plano personal y olvida el plano político. Sin duda, actúa con ánimo de hacernos daño personal y de provocar una reacción en la misma línea. Pues ni una cosa, ni otra va a conseguir, al menos por mi parte. Tiene un problema, yo diría que una patología: su obsesión compulsiva por mi persona y por la de Óscar López.
En la política es algo habitual descalificar las acciones del partido o partidos que compiten con el tuyo para alcanzar o derrocar al gobierno de una institución o instituciones, desde la lógica de la superioridad de la oferta que cada uno defiende. Es legítimo, aunque a veces la intensidad puesta en la disputa desvirtúe y descalifique su actuación de cara a los ciudadanos. Con frecuencia se cometen excesos y la valoración está acompañada de una fuerte carga demagógica. Este exceso aturde y lleva asociado un descrédito de la clase política cada vez mayor. Sin embargo, los políticos que entran en la descalificación personal son pocos. En esto no hay colores y va asociado a la manera de poner en escena la práctica política por parte de cada uno, con independencia del partido al que se pertenezca.
Francisco Vázquez, día a día, demuestra que forma parte de este último grupo. A pesar de su amplia experiencia política, pues lleva muchos años como presidente del PP en Segovia, antes fue otros cuantos años secretario del partido y portavoz del Ayuntamiento de Segovia y las Cortes de Castilla y León, las buenas prácticas políticas no han pasado por él. Como el mal jugador de fútbol, en lugar de construir se dedica a dar leña, porque todo pone de manifiesto que no sabe hacer otra cosa. Mucho más cuando las expectativas electorales le benefician.
Nunca entenderé a los políticos que no saben diferenciar el plano personal del político; a los políticos que destilan odio personal al contrario en sus intervenciones, como pone de manifiesto, una y otra vez, el lenguaje corporal; a los políticos que mienten e inventan historietas falsas para persuadir a la opinión pública de que él es el bueno y el otro o los otros los malos. Por eso no entiendo a Francisco Vázquez. Una persona con formación suficiente y amplia experiencia, que sin embargo no admite que el PSOE de Segovia puede competir y, en su caso desplazar en las instituciones que a modo hegemónico han gobernado los populares durante muchos años.
Aún con mucha menos experiencia en política que Francisco Vázquez, sí creo que estoy en condiciones de darle un consejo: en política se puede ser muy duro en la defensa de tus ideas y líneas de acción, pero se ha de ser exquisito y elegante en el respeto a las personas y en las formas. Y, sobre todo, anteponer la defensa de los intereses de los ciudadanos, en este caso segovianos, a los intereses del propio partido.
En la política es algo habitual descalificar las acciones del partido o partidos que compiten con el tuyo para alcanzar o derrocar al gobierno de una institución o instituciones, desde la lógica de la superioridad de la oferta que cada uno defiende. Es legítimo, aunque a veces la intensidad puesta en la disputa desvirtúe y descalifique su actuación de cara a los ciudadanos. Con frecuencia se cometen excesos y la valoración está acompañada de una fuerte carga demagógica. Este exceso aturde y lleva asociado un descrédito de la clase política cada vez mayor. Sin embargo, los políticos que entran en la descalificación personal son pocos. En esto no hay colores y va asociado a la manera de poner en escena la práctica política por parte de cada uno, con independencia del partido al que se pertenezca.
Francisco Vázquez, día a día, demuestra que forma parte de este último grupo. A pesar de su amplia experiencia política, pues lleva muchos años como presidente del PP en Segovia, antes fue otros cuantos años secretario del partido y portavoz del Ayuntamiento de Segovia y las Cortes de Castilla y León, las buenas prácticas políticas no han pasado por él. Como el mal jugador de fútbol, en lugar de construir se dedica a dar leña, porque todo pone de manifiesto que no sabe hacer otra cosa. Mucho más cuando las expectativas electorales le benefician.
Nunca entenderé a los políticos que no saben diferenciar el plano personal del político; a los políticos que destilan odio personal al contrario en sus intervenciones, como pone de manifiesto, una y otra vez, el lenguaje corporal; a los políticos que mienten e inventan historietas falsas para persuadir a la opinión pública de que él es el bueno y el otro o los otros los malos. Por eso no entiendo a Francisco Vázquez. Una persona con formación suficiente y amplia experiencia, que sin embargo no admite que el PSOE de Segovia puede competir y, en su caso desplazar en las instituciones que a modo hegemónico han gobernado los populares durante muchos años.
Aún con mucha menos experiencia en política que Francisco Vázquez, sí creo que estoy en condiciones de darle un consejo: en política se puede ser muy duro en la defensa de tus ideas y líneas de acción, pero se ha de ser exquisito y elegante en el respeto a las personas y en las formas. Y, sobre todo, anteponer la defensa de los intereses de los ciudadanos, en este caso segovianos, a los intereses del propio partido.
sábado, 4 de diciembre de 2010
¡Que lo paguen!
El boicot de los controladores aéreos al pueblo español puede tener unos costes millonarios. No sólo han paralizado gran parte de la actividad económica del país, sobre todo en el turismo, en uno de los puentes más importantes del año; sino que han quebrado la imagen exterior de España. Basta leer los principales diarios del mundo para comprobar que es así. Y, sobre todo, cuando España está pasando por una grave situación económica y necesita más que nunca trasladar confianza al exterior y a los mercados.
Ha sido necesario declarar el estado de alarma para reconducir la actitud de estos trabajadores millonarios y chantajistas del Estado. Someterlos al código penal militar no es suficiente, ni tampoco que pierdan su puesto de trabajo. Somos muchos los españoles que deseamos que el Estado de Derecho les penalice en correspondencia con el daño que han hecho. Se les ha de exigir responsabilidad patrimonial. Y espero y deseo que respondan hasta donde puedan con la ingente fortuna acumulada durante estos años, como consecuencia de su acción chantajista al Estado.
El problema de los controladores no es nuevo. Es el resultado durante muchos años de la tibieza ante el chantaje a diversos ministros de Fomento, y en especial al Sr. Álvarez Cascos. Para él, y para su correligionario como ministro de Administraciones Públicas en su momento, el Sr. Rajoy, cualquier problema que pudiese alterar la paz social se solucionaba de inmediato librando un cheque millonario encima de la mesa. Esa cultura perversa se trasladó a otras facetas organizativas, hasta producir un auténtico secuestro de la gestión aérea.
Los controladores, hasta la llegada del ministro Blanco y su equipo, tenían la capacidad operativa y organizativa de los aeródromos y sus instalaciones; fijaban el personal necesario para todo el servicio, con la facultad de organización de sus turnos de trabajo, horarios y descansos; tenían la posibilidad de obtener licencia especial retributiva al cumplir los 52 años, ganando prácticamente lo mismo que en servicio activo. Todo esto al amparo del I Convenio Colectivo del año 1999.
No es de recibo que tengamos los costes de navegación aérea más elevada del entorno europeo gracias a estos ‘señoritos’. Ellos han venido ganando de media 350.000 euros al año, pero algunos han sobrepasado los 900.000 euros. Para ello han congelado las plantillas al negarse a la renovación del convenio, y multiplicar el número de horas extras. Hay que tener en cuenta que cobraban la hora extra a un valor tres veces superior al coste de la hora ordinaria. Si a eso le unimos la endogamia del colectivo, fortalecida por la selección de su personal por ellos mismos, representado por el sindicato corporativo y mayoritario USCA, el caldo de cultivo está servido, a lo que hay que sumar la actitud del Partido Popular.
Desde la tramitación del proyecto de ley que convalidaba las medidas que modificaban las condiciones laborales de los controladores aéreos, el Partido Popular viene dando un apoyo claro a este colectivo, en su posición de que ‘cuanto peor, mejor’. No lo han ocultado y se han erigido en el Parlamento, y en especial en el Senado, en sus portavoces. El senador Ignacio Burgos del GPP no esconde su posición. Lo ha hecho en comisión y en pleno. El pasado día 3 de noviembre comía con la dirección del USCA; entre ellos, con su portavoz, César Cabo, en el comedor del Senado. Después tuvo la desfachatez de preguntarle al presidente de AENA, el Señor Lema, “si vamos a tener unas navidades tranquilas”. Yo, en mi turno de portavoces, y así consta en el diario de sesiones, le señalé que “la respuesta creo que la tienen ustedes, porque, a todas luces, ustedes son los interlocutores; y, por los numerosos encuentros que tienen en esta Cámara, posiblemente nos puedan informar. Les agradecería que no pierdan el Norte. Los intereses de España están por encima de los intereses de cualquier colectivo”.
De esta situación no es sólo responsable quien la produce, sino también quien actúa con complicidad. El Partido Popular está perdiendo el Norte. No se puede entender que, hasta el momento, su líder no haya condenado la actitud de los controladores. Son patriotas de hojalata, como recordaba en mi última entrada en el blog. España no se merece esto.
.
Ha sido necesario declarar el estado de alarma para reconducir la actitud de estos trabajadores millonarios y chantajistas del Estado. Someterlos al código penal militar no es suficiente, ni tampoco que pierdan su puesto de trabajo. Somos muchos los españoles que deseamos que el Estado de Derecho les penalice en correspondencia con el daño que han hecho. Se les ha de exigir responsabilidad patrimonial. Y espero y deseo que respondan hasta donde puedan con la ingente fortuna acumulada durante estos años, como consecuencia de su acción chantajista al Estado.
El problema de los controladores no es nuevo. Es el resultado durante muchos años de la tibieza ante el chantaje a diversos ministros de Fomento, y en especial al Sr. Álvarez Cascos. Para él, y para su correligionario como ministro de Administraciones Públicas en su momento, el Sr. Rajoy, cualquier problema que pudiese alterar la paz social se solucionaba de inmediato librando un cheque millonario encima de la mesa. Esa cultura perversa se trasladó a otras facetas organizativas, hasta producir un auténtico secuestro de la gestión aérea.
Los controladores, hasta la llegada del ministro Blanco y su equipo, tenían la capacidad operativa y organizativa de los aeródromos y sus instalaciones; fijaban el personal necesario para todo el servicio, con la facultad de organización de sus turnos de trabajo, horarios y descansos; tenían la posibilidad de obtener licencia especial retributiva al cumplir los 52 años, ganando prácticamente lo mismo que en servicio activo. Todo esto al amparo del I Convenio Colectivo del año 1999.
No es de recibo que tengamos los costes de navegación aérea más elevada del entorno europeo gracias a estos ‘señoritos’. Ellos han venido ganando de media 350.000 euros al año, pero algunos han sobrepasado los 900.000 euros. Para ello han congelado las plantillas al negarse a la renovación del convenio, y multiplicar el número de horas extras. Hay que tener en cuenta que cobraban la hora extra a un valor tres veces superior al coste de la hora ordinaria. Si a eso le unimos la endogamia del colectivo, fortalecida por la selección de su personal por ellos mismos, representado por el sindicato corporativo y mayoritario USCA, el caldo de cultivo está servido, a lo que hay que sumar la actitud del Partido Popular.
Desde la tramitación del proyecto de ley que convalidaba las medidas que modificaban las condiciones laborales de los controladores aéreos, el Partido Popular viene dando un apoyo claro a este colectivo, en su posición de que ‘cuanto peor, mejor’. No lo han ocultado y se han erigido en el Parlamento, y en especial en el Senado, en sus portavoces. El senador Ignacio Burgos del GPP no esconde su posición. Lo ha hecho en comisión y en pleno. El pasado día 3 de noviembre comía con la dirección del USCA; entre ellos, con su portavoz, César Cabo, en el comedor del Senado. Después tuvo la desfachatez de preguntarle al presidente de AENA, el Señor Lema, “si vamos a tener unas navidades tranquilas”. Yo, en mi turno de portavoces, y así consta en el diario de sesiones, le señalé que “la respuesta creo que la tienen ustedes, porque, a todas luces, ustedes son los interlocutores; y, por los numerosos encuentros que tienen en esta Cámara, posiblemente nos puedan informar. Les agradecería que no pierdan el Norte. Los intereses de España están por encima de los intereses de cualquier colectivo”.
De esta situación no es sólo responsable quien la produce, sino también quien actúa con complicidad. El Partido Popular está perdiendo el Norte. No se puede entender que, hasta el momento, su líder no haya condenado la actitud de los controladores. Son patriotas de hojalata, como recordaba en mi última entrada en el blog. España no se merece esto.
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domingo, 28 de noviembre de 2010
Patriotas de hojalata
“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Esta máxima es perfectamente aplicable a muchos españoles que creen llevar en su ADN la esencia del españolismo. No se es más español por llevar emblemas visibles del Estado español, o defender con pasión planteamientos maximalistas en todo lo referente a la nación española frente a los nacionalismos periféricos.
En la Transición, una época marcada por la baja cultura democrática y política, se establecieron estereotipos que el devenir histórico ha demostrado que no tienen nada que ver con la realidad. Alianza Popular -después devendría en el PP- adoptó los colores de la bandera nacional como símbolo de su partido, al igual que Fuerza Nueva. Flaco favor hicieron a España y al símbolo del Estado español. Muchos españoles de aquella generación perdieron el auténtico significado de la bandera y la comenzaron a identificar con determinados colectivos, que es lo que éstos perseguían. Por suerte, 'la roja’ nos ha devuelto un significado más preciso de la tricolor.
Los gobiernos de Aznar explotaron el sentido patriótico de lo español asociado a su visión excluyente de España y lo español, para todo aquello que no encaja es sus intereses. Su famoso eslogan “España va bien” era más que un mensaje político, era un mensaje patriótico, en su forma de entender lo que a ellos les interesa. Y hoy contrasta con el “España se rompe”, de Zaplana y Acebes en la legislatura anterior; o “España se hunde”, de Cospedal y Sáenz de Santamaría de ahora.
Tenemos la oposición más irresponsable de Europa. Niega sistemáticamente el apoyo a las medidas del Gobierno contra la crisis, cuando apoya medidas similares adoptadas en otros países. Le parece correcto el recorte del gasto público, del sueldo de los funcionarios o el recorte de las pensiones si lo propone Cameron en Inglaterra o Sarkozy en Francia. Sin embargo, se opone y deja sólo al Gobierno de Zapatero cuando propone ajustes fiscales. Esta posición no está sucediendo en ningún país. Al PP le importa muy poco España. Son patriotas de hojalata. Lo único que les interesa es que la cosa vaya cuanto peor mejor, para llegar cuanto antes a La Moncloa.
El PP actúa con deslealtad hacia España y los españoles. Siembra el miedo sin fundamento en la población y alienta su desconfianza en los mercados. España hoy más que nunca necesita una oposición con altura de miras, que anteponga los intereses de España y los españoles a los suyos. Lo que en términos de pensamiento patriótico requiere de un auténtico compromiso con los intereses de España. Patriotas de verdad, no de hojalata.
En la Transición, una época marcada por la baja cultura democrática y política, se establecieron estereotipos que el devenir histórico ha demostrado que no tienen nada que ver con la realidad. Alianza Popular -después devendría en el PP- adoptó los colores de la bandera nacional como símbolo de su partido, al igual que Fuerza Nueva. Flaco favor hicieron a España y al símbolo del Estado español. Muchos españoles de aquella generación perdieron el auténtico significado de la bandera y la comenzaron a identificar con determinados colectivos, que es lo que éstos perseguían. Por suerte, 'la roja’ nos ha devuelto un significado más preciso de la tricolor.
Los gobiernos de Aznar explotaron el sentido patriótico de lo español asociado a su visión excluyente de España y lo español, para todo aquello que no encaja es sus intereses. Su famoso eslogan “España va bien” era más que un mensaje político, era un mensaje patriótico, en su forma de entender lo que a ellos les interesa. Y hoy contrasta con el “España se rompe”, de Zaplana y Acebes en la legislatura anterior; o “España se hunde”, de Cospedal y Sáenz de Santamaría de ahora.
Tenemos la oposición más irresponsable de Europa. Niega sistemáticamente el apoyo a las medidas del Gobierno contra la crisis, cuando apoya medidas similares adoptadas en otros países. Le parece correcto el recorte del gasto público, del sueldo de los funcionarios o el recorte de las pensiones si lo propone Cameron en Inglaterra o Sarkozy en Francia. Sin embargo, se opone y deja sólo al Gobierno de Zapatero cuando propone ajustes fiscales. Esta posición no está sucediendo en ningún país. Al PP le importa muy poco España. Son patriotas de hojalata. Lo único que les interesa es que la cosa vaya cuanto peor mejor, para llegar cuanto antes a La Moncloa.
El PP actúa con deslealtad hacia España y los españoles. Siembra el miedo sin fundamento en la población y alienta su desconfianza en los mercados. España hoy más que nunca necesita una oposición con altura de miras, que anteponga los intereses de España y los españoles a los suyos. Lo que en términos de pensamiento patriótico requiere de un auténtico compromiso con los intereses de España. Patriotas de verdad, no de hojalata.
lunes, 22 de noviembre de 2010
El Yelmo
La Pedriza Anterior, elevándose escalonadamente desde el río Manzanares, en Manzanares El Real, hasta su culminación por esa gran mole granítica de color sonrosado, que es El Yelmo (1.717 m), ha sido el escenario de nuestra excursión en la mañana del domingo. Una excursión pasada por agua y por agua nieve en casi todo el recorrido, que no olvidaremos nunca. Llegamos y nos introducimos en las ‘chimeneas’ –cumbre del Yelmo-, pero el hielo y la humedad nos han dejado con la miel en los labios, a escasos 30 metros de la cumbre, por miedo a tener un accidente, después de superar los 700 metros de desnivel. Lo que nos obliga para saciar nuestros ánimos de revancha a subir de nuevo en primavera y, esta vez sí, coronar la cumbre.
Un grupo de amigos de Sangarcía hemos vuelto a salir a la montaña, tal y como quedamos en la última subida a la ‘Silla del Rey’. En esta ocasión hemos sido seis: Cristina, Javi, José Andrés, ‘Gabolillo’, Julián y su hijo Álvaro, un gran jabato con sus 11 años, y yo mismo, el abuelito del grupo. La excursión la han preparado Cristina y Javi. Muchas gracias. Y también han sido muchos los que nos han fallado por unas causas u otras. ¡Os esperamos en primavera! Ya sólo quedamos dos que hayamos estado en todas: el gran Javi, ‘Primitivo’, y yo -Si no lo digo, reviento-.
La ruta la empezamos a las 9:30 horas con una lluvia intensa. En menos de una hora, entre jaras siguiendo las marcas de pintura amarilla y blanca, y los hitos, del PR-1, alcanzamos la primera terraza, una inmensa pradera que nos deja una vista magnífica, a pesar de las nubes, de Manzanares el Real y el pantano de Santillana, no sin antes recibir el saludo de unas cabras montesas que pacían admirando el paisaje como si de montañeros se tratase. Fue por estos parajes por donde el marqués de Santillana, poeta y señor feudal de estas tierras, mantuvo un encuentro apasionado con una bella serrana:
“Descendiendo Yelmo Ayuso
Contra Bóvalo tirando
En ese valle de suso
Ví serrana cantando”
A partir de aquí hemos podido disfrutar de una subida salpicada de jara, brezo y algún aislado roble, y más tarde de una escalera entre paredes, cuevas y cumbres rocosas. También con algún hongo, que no ha pasado inadvertido en el camino y que ha permitido a Julián recordar su gran afición y conocimientos sobre micología. El ritmo ha sido aterrador. Javi y José Andrés nos han situado en la base del Yelmo en menos de una hora.
La subida al Yelmo por la parte posterior no ha estado exenta de dificultades. Nos ha costado encontrar la vía de acceso a las brechas del Noroeste que dan acceso que dan acceso a la plataforma que corona ese gran casco guerrero granítico que da nombre al Yelmo. Hemos pasado miedo, sobre todo por el hielo y la pendiente de las masas graníticas por las que nos deslizábamos repletas de hielo y nieve. Y nos hemos rendido posiblemente en lo más fácil, pero el frío de las manos y la humedad de la piedra podían generarnos algún golpe que complicase todo.
La bajada ha sido meteórica. Javier, en dos ocasiones, y yo, en una, hemos dado con nuestro cuerpo en el suelo. A veces el agua inundaba nuestro sendero y esto ha hecho que la ruta se complicase algo más. Así como la humedad de la piedra.
Nos hemos comido el bocata a la una y media en un refugio-bar junto al aparcamiento al borde del Manzanares. Tarde pero magnífico. Ha sido un rato muy agradable hablando de cosas de nuestro pueblo. Además hemos podido comprobar cómo Cristina poco a poco se convierte en una “papamoscas más”. Y eso está muy bien, pero nos encanta su carácter burgalés. No lo pierdas. Mil gracias. Y a los que no habéis venido os esperamos sin falta en primavera, pero también en verano.
Un grupo de amigos de Sangarcía hemos vuelto a salir a la montaña, tal y como quedamos en la última subida a la ‘Silla del Rey’. En esta ocasión hemos sido seis: Cristina, Javi, José Andrés, ‘Gabolillo’, Julián y su hijo Álvaro, un gran jabato con sus 11 años, y yo mismo, el abuelito del grupo. La excursión la han preparado Cristina y Javi. Muchas gracias. Y también han sido muchos los que nos han fallado por unas causas u otras. ¡Os esperamos en primavera! Ya sólo quedamos dos que hayamos estado en todas: el gran Javi, ‘Primitivo’, y yo -Si no lo digo, reviento-.
La ruta la empezamos a las 9:30 horas con una lluvia intensa. En menos de una hora, entre jaras siguiendo las marcas de pintura amarilla y blanca, y los hitos, del PR-1, alcanzamos la primera terraza, una inmensa pradera que nos deja una vista magnífica, a pesar de las nubes, de Manzanares el Real y el pantano de Santillana, no sin antes recibir el saludo de unas cabras montesas que pacían admirando el paisaje como si de montañeros se tratase. Fue por estos parajes por donde el marqués de Santillana, poeta y señor feudal de estas tierras, mantuvo un encuentro apasionado con una bella serrana:
“Descendiendo Yelmo Ayuso
Contra Bóvalo tirando
En ese valle de suso
Ví serrana cantando”
A partir de aquí hemos podido disfrutar de una subida salpicada de jara, brezo y algún aislado roble, y más tarde de una escalera entre paredes, cuevas y cumbres rocosas. También con algún hongo, que no ha pasado inadvertido en el camino y que ha permitido a Julián recordar su gran afición y conocimientos sobre micología. El ritmo ha sido aterrador. Javi y José Andrés nos han situado en la base del Yelmo en menos de una hora.
La subida al Yelmo por la parte posterior no ha estado exenta de dificultades. Nos ha costado encontrar la vía de acceso a las brechas del Noroeste que dan acceso que dan acceso a la plataforma que corona ese gran casco guerrero granítico que da nombre al Yelmo. Hemos pasado miedo, sobre todo por el hielo y la pendiente de las masas graníticas por las que nos deslizábamos repletas de hielo y nieve. Y nos hemos rendido posiblemente en lo más fácil, pero el frío de las manos y la humedad de la piedra podían generarnos algún golpe que complicase todo.
La bajada ha sido meteórica. Javier, en dos ocasiones, y yo, en una, hemos dado con nuestro cuerpo en el suelo. A veces el agua inundaba nuestro sendero y esto ha hecho que la ruta se complicase algo más. Así como la humedad de la piedra.
Nos hemos comido el bocata a la una y media en un refugio-bar junto al aparcamiento al borde del Manzanares. Tarde pero magnífico. Ha sido un rato muy agradable hablando de cosas de nuestro pueblo. Además hemos podido comprobar cómo Cristina poco a poco se convierte en una “papamoscas más”. Y eso está muy bien, pero nos encanta su carácter burgalés. No lo pierdas. Mil gracias. Y a los que no habéis venido os esperamos sin falta en primavera, pero también en verano.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Las cuitas de Herrera y sus chicos
“Dime de que presumes y te diré de que careces”. Este dicho es perfectamente aplicable al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y sus secuaces en el asunto suscitado estos días en torno al futuro y deseado Palacio de Congresos y Exposiciones de Segovia.
En el reciente encuentro mantenido entre Herrera y el ministro de Fomento, parece ser, que a pesar de no estar en el orden del día, el presidente de la Junta en un tono jocoso y despectivo le espetó a Blanco algo así como: “Te traigo una petición de tu querido amigo, el alcalde de Segovia. Nosotros no estamos dispuestos a asumir una obra faraónica como la que plantea el alcalde de Segovia”. A lo que el ministro de Fomento contestó: “No conozco la propuesta del proyecto. El ministerio no es competente en esa materia, pero estamos dispuestos a ayudaros a buscar financiación”.
Hasta aquí todo correcto, salvo el calificativo con el que el presidente de la Junta tilda a la petición –lo que pone de manifiesto su desconocimiento absoluto del proyecto y sus características- y el tono despectivo utilizado hacia nuestro alcalde, Pedro Arahuetes. Sin embargo, Herrera no comunicó nada a los medios de comunicación, de forma premeditada, de este asunto de la reunión; y aprovechó el encuentro que ha mantenido una semana más tarde con el alcalde de Segovia para que el portavoz adjunto en las Cortes Autonómicas del PP, Juan José Sanz Vitorio, y el presidente del PP en Segovia, Francisco Vázquez, descalificasen al alcalde de Segovia, denunciasen la falta de compromiso político del Gobierno de España y anunciasen la presentación de una enmienda del Grupo Popular a los presupuestos de la Junta por valor de 100.000 euros para el Palacio de Congresos; a la vez que me retaban a mí para presentar una enmienda conjunta del Grupo Socialista y el Grupo Popular a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para incluir una partida para el Palacio.
Se trata de un fiasco, y, si no, tiempo al tiempo. Un lance guerrero de políticos de pacotilla, que hacen del esperpento y el engaño su leitmotiv en la acción política. En este caso, el procurador popular ha tergiversado como ha querido las palabras del encuentro de Blanco y Herrera, dejando al ministro como un desleal y cargando contra el alcalde. Pero, además, ha anunciado la presentación de una enmienda a los presupuestos de la Junta para el próximo ejercicio sobre el palacio y otra sobre el polígono industrial de Abades, que, como se puede comprobar con la documentación presentada, es mentira; al menos, una vez cerrado el plazo, no están en el conjunto de enmiendas presentadas por PP. Se trata de salir del paso ante la deslegitimación pública y la falta de compromiso del PP con Segovia, como se ha puesto de manifiesto en las diferentes partidas recogidas sobre infraestructuras culturales de cara a la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Burgos lleva 80 millones de euros más que Segovia.
Segovia necesita un gran Palacio de Congreso para recoger la demanda no atendida por IFEMA en los grandes eventos. Para ello, la inversión se sitúa en el entorno de los 80 millones de euros. Requiere en primer lugar, dada la gran cantidad de dinero a desembolsar, un estudio de viabilidad técnico-económica, y la colaboración-público privada. Si realmente se tiene la intención de abordarlo, la Junta, administración competente en materia de promoción turística, debe tomar junto con el Ayuntamiento de Segovia el liderazgo del proyecto. La Junta, hasta ahora, se ha dedicado a tirar balones fuera. Primero fue Herrera quien prometió en campaña un Palacio de Congresos para todas las ciudades de la Comunidad; después, se comprometió a pedir una cita a la vicepresidenta del Gobierno, junto con el alcalde de Segovia, para plantear el proyecto, pero no lo hizo; después, han prometido dedicar el 40 por ciento de su coste, pero no lo han recogido en el anexo de inversiones de su presupuesto; y, ahora, de una forma poco elegante, han puesto como pantalla al ministro de Fomento, que como ha recordado no tiene competencias en la materia.
Si de verdad quieren impulsar y desarrollar el proyecto, el consejero de Fomento de la Junta, Antonio Silván, y el alcalde de Segovia tienen que ir de la mano a presentarle el proyecto, analizar su viabilidad, plantearse la necesidad de la colaboración público-privada, y marcarse un calendario de actuaciones. Pero a esto la Junta es reacia. Prefiere hacer la guerra por su parte. No tiene problemas para ayudar a Burgos, y, de hecho, el presidente de la Junta comprometió su apoyo conjuntamente con el presidente del Gobierno al Palacio de Congresos de Burgos, pero no lo ha hecho para Segovia.
El Ayuntamiento de Segovia, por sí mismo, en incapaz de abordar este proyecto por el gran volumen de recursos que se necesitan. Por eso es absolutamente necesario abordar la viabilidad del proyecto, insisto, y buscar una alianza entre las administraciones -las tres- y los hosteleros, o cualesquiera otras empresas que sean capaces de rentabilizar en un futuro este negocio.
Lo de estos días del PP, que es lo que viene haciendo de forma continua con las diferentes mociones que presenta en el Senado sobre Segovia, sólo sirve para enmascarar los problemas reales y profundizar en el descrédito de la clase política, pero no para resolver ni avanzar en la resolución de los retos que tiene Segovia. A lo que contribuyen, aunque sea con buena fe, todos aquellos que, de una forma u otra, les jalean y dan crédito a sus informaciones.
En el reciente encuentro mantenido entre Herrera y el ministro de Fomento, parece ser, que a pesar de no estar en el orden del día, el presidente de la Junta en un tono jocoso y despectivo le espetó a Blanco algo así como: “Te traigo una petición de tu querido amigo, el alcalde de Segovia. Nosotros no estamos dispuestos a asumir una obra faraónica como la que plantea el alcalde de Segovia”. A lo que el ministro de Fomento contestó: “No conozco la propuesta del proyecto. El ministerio no es competente en esa materia, pero estamos dispuestos a ayudaros a buscar financiación”.
Hasta aquí todo correcto, salvo el calificativo con el que el presidente de la Junta tilda a la petición –lo que pone de manifiesto su desconocimiento absoluto del proyecto y sus características- y el tono despectivo utilizado hacia nuestro alcalde, Pedro Arahuetes. Sin embargo, Herrera no comunicó nada a los medios de comunicación, de forma premeditada, de este asunto de la reunión; y aprovechó el encuentro que ha mantenido una semana más tarde con el alcalde de Segovia para que el portavoz adjunto en las Cortes Autonómicas del PP, Juan José Sanz Vitorio, y el presidente del PP en Segovia, Francisco Vázquez, descalificasen al alcalde de Segovia, denunciasen la falta de compromiso político del Gobierno de España y anunciasen la presentación de una enmienda del Grupo Popular a los presupuestos de la Junta por valor de 100.000 euros para el Palacio de Congresos; a la vez que me retaban a mí para presentar una enmienda conjunta del Grupo Socialista y el Grupo Popular a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para incluir una partida para el Palacio.
Se trata de un fiasco, y, si no, tiempo al tiempo. Un lance guerrero de políticos de pacotilla, que hacen del esperpento y el engaño su leitmotiv en la acción política. En este caso, el procurador popular ha tergiversado como ha querido las palabras del encuentro de Blanco y Herrera, dejando al ministro como un desleal y cargando contra el alcalde. Pero, además, ha anunciado la presentación de una enmienda a los presupuestos de la Junta para el próximo ejercicio sobre el palacio y otra sobre el polígono industrial de Abades, que, como se puede comprobar con la documentación presentada, es mentira; al menos, una vez cerrado el plazo, no están en el conjunto de enmiendas presentadas por PP. Se trata de salir del paso ante la deslegitimación pública y la falta de compromiso del PP con Segovia, como se ha puesto de manifiesto en las diferentes partidas recogidas sobre infraestructuras culturales de cara a la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Burgos lleva 80 millones de euros más que Segovia.
Segovia necesita un gran Palacio de Congreso para recoger la demanda no atendida por IFEMA en los grandes eventos. Para ello, la inversión se sitúa en el entorno de los 80 millones de euros. Requiere en primer lugar, dada la gran cantidad de dinero a desembolsar, un estudio de viabilidad técnico-económica, y la colaboración-público privada. Si realmente se tiene la intención de abordarlo, la Junta, administración competente en materia de promoción turística, debe tomar junto con el Ayuntamiento de Segovia el liderazgo del proyecto. La Junta, hasta ahora, se ha dedicado a tirar balones fuera. Primero fue Herrera quien prometió en campaña un Palacio de Congresos para todas las ciudades de la Comunidad; después, se comprometió a pedir una cita a la vicepresidenta del Gobierno, junto con el alcalde de Segovia, para plantear el proyecto, pero no lo hizo; después, han prometido dedicar el 40 por ciento de su coste, pero no lo han recogido en el anexo de inversiones de su presupuesto; y, ahora, de una forma poco elegante, han puesto como pantalla al ministro de Fomento, que como ha recordado no tiene competencias en la materia.
Si de verdad quieren impulsar y desarrollar el proyecto, el consejero de Fomento de la Junta, Antonio Silván, y el alcalde de Segovia tienen que ir de la mano a presentarle el proyecto, analizar su viabilidad, plantearse la necesidad de la colaboración público-privada, y marcarse un calendario de actuaciones. Pero a esto la Junta es reacia. Prefiere hacer la guerra por su parte. No tiene problemas para ayudar a Burgos, y, de hecho, el presidente de la Junta comprometió su apoyo conjuntamente con el presidente del Gobierno al Palacio de Congresos de Burgos, pero no lo ha hecho para Segovia.
El Ayuntamiento de Segovia, por sí mismo, en incapaz de abordar este proyecto por el gran volumen de recursos que se necesitan. Por eso es absolutamente necesario abordar la viabilidad del proyecto, insisto, y buscar una alianza entre las administraciones -las tres- y los hosteleros, o cualesquiera otras empresas que sean capaces de rentabilizar en un futuro este negocio.
Lo de estos días del PP, que es lo que viene haciendo de forma continua con las diferentes mociones que presenta en el Senado sobre Segovia, sólo sirve para enmascarar los problemas reales y profundizar en el descrédito de la clase política, pero no para resolver ni avanzar en la resolución de los retos que tiene Segovia. A lo que contribuyen, aunque sea con buena fe, todos aquellos que, de una forma u otra, les jalean y dan crédito a sus informaciones.
domingo, 7 de noviembre de 2010
¿Estado aconfesional o laico?
Desde siempre, en España la Iglesia Católica ha procurado influir de una manera decisiva en la defensa de sus intereses sobre el poder político. Nada nuevo. Sin embargo, las etapas de liderazgo del cardenal Rouco se han caracterizado por una fuerte beligerancia hacia el poder establecido cuando éste ha sido de signo socialista. Para ello se ha alineado con la derecha más conservadora –Esperanza Aguirre y similares- y han intentado crear un frente antisocialista, para propiciar un cambio de Gobierno. Los banderines de enganche han sido de los más variados: desde la asignatura de ‘Educación para la Ciudadanía’; la financiación de la Iglesia; los conciertos de educación o el matrimonio homosexual, en lo que ellos denominan el ‘ataque a la familia’.
Se trata en todo caso de cohesionar a los creyentes en torno a la defensa de su fe y alinearse con los agnósticos conservadores y el Partido Popular, como principal fuerza política conservadora. En los diversos colectivos convergen intereses terrenales, incluida la Iglesia, que aconsejan un frente común. El movimiento, sin embargo, es de más profundo calado y proyección internacional. Ya en su momento el Papa Woijtyla, ante la aguda crisis por la que atravesaba la práctica religiosa, decidió impulsarla mediante el proselitismo activo de organizaciones sociales de carácter religioso y la difusión del mensaje a través de distintos medios y modos de comunicación. Se trata de conseguir la mayor polarización social posible en torno a la práctica de la fe, y, de esta forma, cohesionarla y evitar su sangría permanente. Todo parece indicar que el mentor de esta estrategia fue el cardenal Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI.
No es de extrañar que el Papa Ratzinger haya afirmado en su visita que en España se juegue la batalla decisiva entre el choque de la fe y el laicismo agresivo. La sociedad española es cada vez más madura y aboga, de una forma clara y mayoritaria, por la no injerencia de cualquier organización o confesión religiosa en el gobierno que haga peligrar una posición neutral en materia religiosa.
Bien es cierto que el Estado español es aconfesional, pero la Constitución española garantiza la cooperación con las diversas confesiones, con un reconocimiento especial a la Iglesia Católica que se traduce, entre otras manifestaciones, en una financiación prioritaria y en conciertos de enseñanza que, de hecho, es una inversión en la defensa de la cantera de nuevos fieles y principios de la fe. En este contexto la Iglesia Católica, como fuerza política de hecho, se alinea con los intereses del Partido Popular.
La visista del Papa ha servido a determinados líderes del PP para pedir una mayor implicación del Gobierno socialista en la pleitesía al pontífice. En esta dirección se han orientado las declaraciones del dirigente popular, Sr. Arenas, quejándose de la no presencia del presidente del Gobierno en el recibimiento en Santiago, o de algún otro representante popular en sede parlamentaria. Un guiño a los votantes del PSOE de orientación cristiana.
La visita del Papa ha puesto de manifiesto la necesidad de un estado laico en España, que saque a la religión del poder y de cualquier injerencia política, y se respete las creencias de todos los españoles por igual. A mí, como a otros muchos españoles, el besamanos del Príncipe de Asturias y de Rajoy al Papa, o la comunión pública de Letizia no nos ha hecho ninguna gracia. Con un estado laico esto no hubiese ocurrido.
Se trata en todo caso de cohesionar a los creyentes en torno a la defensa de su fe y alinearse con los agnósticos conservadores y el Partido Popular, como principal fuerza política conservadora. En los diversos colectivos convergen intereses terrenales, incluida la Iglesia, que aconsejan un frente común. El movimiento, sin embargo, es de más profundo calado y proyección internacional. Ya en su momento el Papa Woijtyla, ante la aguda crisis por la que atravesaba la práctica religiosa, decidió impulsarla mediante el proselitismo activo de organizaciones sociales de carácter religioso y la difusión del mensaje a través de distintos medios y modos de comunicación. Se trata de conseguir la mayor polarización social posible en torno a la práctica de la fe, y, de esta forma, cohesionarla y evitar su sangría permanente. Todo parece indicar que el mentor de esta estrategia fue el cardenal Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI.
No es de extrañar que el Papa Ratzinger haya afirmado en su visita que en España se juegue la batalla decisiva entre el choque de la fe y el laicismo agresivo. La sociedad española es cada vez más madura y aboga, de una forma clara y mayoritaria, por la no injerencia de cualquier organización o confesión religiosa en el gobierno que haga peligrar una posición neutral en materia religiosa.
Bien es cierto que el Estado español es aconfesional, pero la Constitución española garantiza la cooperación con las diversas confesiones, con un reconocimiento especial a la Iglesia Católica que se traduce, entre otras manifestaciones, en una financiación prioritaria y en conciertos de enseñanza que, de hecho, es una inversión en la defensa de la cantera de nuevos fieles y principios de la fe. En este contexto la Iglesia Católica, como fuerza política de hecho, se alinea con los intereses del Partido Popular.
La visista del Papa ha servido a determinados líderes del PP para pedir una mayor implicación del Gobierno socialista en la pleitesía al pontífice. En esta dirección se han orientado las declaraciones del dirigente popular, Sr. Arenas, quejándose de la no presencia del presidente del Gobierno en el recibimiento en Santiago, o de algún otro representante popular en sede parlamentaria. Un guiño a los votantes del PSOE de orientación cristiana.
La visita del Papa ha puesto de manifiesto la necesidad de un estado laico en España, que saque a la religión del poder y de cualquier injerencia política, y se respete las creencias de todos los españoles por igual. A mí, como a otros muchos españoles, el besamanos del Príncipe de Asturias y de Rajoy al Papa, o la comunión pública de Letizia no nos ha hecho ninguna gracia. Con un estado laico esto no hubiese ocurrido.
lunes, 1 de noviembre de 2010
El candidato
Todo parece indicar, según algunas fuentes del PP en Segovia, que el candidato a la Alcaldía de la ciudad será el actual presidente de la Diputación Provincial, Javier Santamaría. Beatriz Escudero, la actual portavoz en el Ayuntamiento, se caería del cartel ante la enorme presión que vienen ejerciendo algunos militantes significados de dicha formación política.
A pesar de que el presidente del PP en Segovia, Francisco Vázquez, ha reiterado últimamente que la candidata sería la actual portavoz en el Ayuntamiento, todo apunta a que esas declaraciones obedecen a un movimiento de distracción. Las aguas deben andar revueltas.
Primero fue la senadora Juana Borrego la que se postuló; después el delegado territorial de la Junta, Luciano Municio; y ahora, parece ser, que el que está en danza es el Sr. Santamaría, quien siempre recuerda en sus manifestaciones que está a disposición del partido. Una forma fina de ofrecerse. Se trata, pues, del ‘candidato tapado’. Lo que está claro es que a Beatriz Escudero muchos de los populares segovianos no la quieren ver ni en pintura, y no confían en ella para poder gobernar la ciudad.
A nosotros, desde el PSOE, “tanto nos da; que nos da lo mismo”. Es una cosa suya. En reiteradas ocasiones hemos denunciado la actual política de oposición que está haciendo el PP con su portavoz al frente. Nos parece poco constructiva y con un fuerte carácter emocional. Más propia del “quiero y no puedo”. Y eso es malo para Segovia y para los segovianos.
El Sr. Santamaría es lo más parecido a Rajoy, pero multiplicado por tres. Es posible que también le hayan dicho que no hable.
En su etapa como presidente de la Diputación no se ha caracterizado por su liderazgo e impulso de las políticas que necesita nuestra provincia, a pesar de haber contado con una superestructura: cuatro vicepresidentes con salarios superiores a los 60.000 euros, siete personas de confianza, más algún diputado cuasi-liberado para garantizarle el salario prometido y no alcanzado al no llegar a ser alcalde. Una estructura que tiene un coste muy superior a los 400.000 euros. Todo un dispendio de recursos públicos, teniendo en cuenta que la Diputación de Segovia -como él mismo recordaba-, es de las instituciones provinciales que tiene un presupuesto más bajo de España, y que las necesidades de muchos municipios son enormes.
Tampoco se ha caracterizado el presidente de la Diputación por dar la cara. Basta recordar la última comparecencia en la comisión institucional para explicar la gestión de ‘Segovia 21’. Tuvo que ser el representante de la empresa concesionaria quien explicase y enmascarase el desaguisado financiero de esta empresa pública con participación mayoritaria de la Diputación Provincial. Lo mismo ocurre en otros ámbitos, como es el problema de abastecimiento de agua o el impulso del Plan Estratégico Provincial, por citar alguno.
Todo ello no ha impedido la compra de un coche de más de 68.000 euros o el viaje a China de él y su equipo con sus respectivas parejas, sin contenido alguno. En fin, un singular representante de lo que es y representa el PP en la Comunidad de Castilla y León: la pasividad.
A pesar de que el presidente del PP en Segovia, Francisco Vázquez, ha reiterado últimamente que la candidata sería la actual portavoz en el Ayuntamiento, todo apunta a que esas declaraciones obedecen a un movimiento de distracción. Las aguas deben andar revueltas.
Primero fue la senadora Juana Borrego la que se postuló; después el delegado territorial de la Junta, Luciano Municio; y ahora, parece ser, que el que está en danza es el Sr. Santamaría, quien siempre recuerda en sus manifestaciones que está a disposición del partido. Una forma fina de ofrecerse. Se trata, pues, del ‘candidato tapado’. Lo que está claro es que a Beatriz Escudero muchos de los populares segovianos no la quieren ver ni en pintura, y no confían en ella para poder gobernar la ciudad.
A nosotros, desde el PSOE, “tanto nos da; que nos da lo mismo”. Es una cosa suya. En reiteradas ocasiones hemos denunciado la actual política de oposición que está haciendo el PP con su portavoz al frente. Nos parece poco constructiva y con un fuerte carácter emocional. Más propia del “quiero y no puedo”. Y eso es malo para Segovia y para los segovianos.
El Sr. Santamaría es lo más parecido a Rajoy, pero multiplicado por tres. Es posible que también le hayan dicho que no hable.
En su etapa como presidente de la Diputación no se ha caracterizado por su liderazgo e impulso de las políticas que necesita nuestra provincia, a pesar de haber contado con una superestructura: cuatro vicepresidentes con salarios superiores a los 60.000 euros, siete personas de confianza, más algún diputado cuasi-liberado para garantizarle el salario prometido y no alcanzado al no llegar a ser alcalde. Una estructura que tiene un coste muy superior a los 400.000 euros. Todo un dispendio de recursos públicos, teniendo en cuenta que la Diputación de Segovia -como él mismo recordaba-, es de las instituciones provinciales que tiene un presupuesto más bajo de España, y que las necesidades de muchos municipios son enormes.
Tampoco se ha caracterizado el presidente de la Diputación por dar la cara. Basta recordar la última comparecencia en la comisión institucional para explicar la gestión de ‘Segovia 21’. Tuvo que ser el representante de la empresa concesionaria quien explicase y enmascarase el desaguisado financiero de esta empresa pública con participación mayoritaria de la Diputación Provincial. Lo mismo ocurre en otros ámbitos, como es el problema de abastecimiento de agua o el impulso del Plan Estratégico Provincial, por citar alguno.
Todo ello no ha impedido la compra de un coche de más de 68.000 euros o el viaje a China de él y su equipo con sus respectivas parejas, sin contenido alguno. En fin, un singular representante de lo que es y representa el PP en la Comunidad de Castilla y León: la pasividad.
sábado, 30 de octubre de 2010
Sadismo
Estos días se ha conocido la noticia de que el escritor Fernando Sánchez Dragó, en su último libro Díos los cría…y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…, asegura haber tenido relaciones sexuales con dos niñas de 13 años, “lolitas” como él las denomina. Según parece, los hechos ocurrieron en la capital japonesa en el año 1967. Ante el lógico escándalo suscitado en la sociedad española, el escritor se ha apresurado a desmentir la noticia y a calificarla como “anécdota convertida a la literatura”.
No hay palabras para calificar a este personaje, que le lleva a presumir de su promiscuidad y éxito con el sexo femenino.
No sé el atractivo que puede tener para muchas mujeres, pero a mí la verdad es que me parece repugnante. No sólo por el sadismo que refleja su expresión corporal, sino también por el postmodernismo que intenta rezumar con el devenir de los tiempos, y que no es más que la manifestación de su empanada mental aún no clarificada; y una manifestación más de su ‘esnobismo’.
Pero si el sadismo de Dragó no tiene nombre, la defensa del personaje ante este episodio por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Esperanza Aguirre, es cuando menos impresentable. En lugar de condenar los hechos, lo que ha hecho ha sido justificar su actuación bajo el paraguas de un relato literario. Aguirre, con esta actuación, se muestra tal y como es: una persona sin escrúpulos y sin convicciones políticas y fundamentos éticos. Un persona extrema, que encaja perfectamente en estos tiempos en la filosofía del ‘Tea Party’ americano; o en lo que identificamos como ‘extrema derecha’ en la Europa contemporánea.
Es difícil entender que la presidenta de más de cuatro millones y medio de madrileños carezca de una mínima sensibilidad y salga en defensa de un sádico. Y mucho menos que éste haya sido durante un tiempo el presentador del Informativo de la Noche en Telemadrid y ahora presente en la misma cadena un programa literario. Algo debe fallar cuando este señor tiene todo el respaldo mediático de los medios de comunicación que controla la presidenta de la Comunidad de Madrid; y ésta cuenta con un alto respaldo de los madrileños. Sin duda, mi reino no es de este mundo.
No hay palabras para calificar a este personaje, que le lleva a presumir de su promiscuidad y éxito con el sexo femenino.
No sé el atractivo que puede tener para muchas mujeres, pero a mí la verdad es que me parece repugnante. No sólo por el sadismo que refleja su expresión corporal, sino también por el postmodernismo que intenta rezumar con el devenir de los tiempos, y que no es más que la manifestación de su empanada mental aún no clarificada; y una manifestación más de su ‘esnobismo’.
Pero si el sadismo de Dragó no tiene nombre, la defensa del personaje ante este episodio por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Esperanza Aguirre, es cuando menos impresentable. En lugar de condenar los hechos, lo que ha hecho ha sido justificar su actuación bajo el paraguas de un relato literario. Aguirre, con esta actuación, se muestra tal y como es: una persona sin escrúpulos y sin convicciones políticas y fundamentos éticos. Un persona extrema, que encaja perfectamente en estos tiempos en la filosofía del ‘Tea Party’ americano; o en lo que identificamos como ‘extrema derecha’ en la Europa contemporánea.
Es difícil entender que la presidenta de más de cuatro millones y medio de madrileños carezca de una mínima sensibilidad y salga en defensa de un sádico. Y mucho menos que éste haya sido durante un tiempo el presentador del Informativo de la Noche en Telemadrid y ahora presente en la misma cadena un programa literario. Algo debe fallar cuando este señor tiene todo el respaldo mediático de los medios de comunicación que controla la presidenta de la Comunidad de Madrid; y ésta cuenta con un alto respaldo de los madrileños. Sin duda, mi reino no es de este mundo.
domingo, 24 de octubre de 2010
Equidad para Segovia
Las Cortes de Castilla y León han adoptado un acuerdo, por unanimidad, en el que piden a la Junta un apoyo equitativo a Burgos y Segovia en su pugna por conseguir la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Se reclama, pues, al Ejecutivo autonómico un compromiso con el desarrollo de las infraestructuras y la programación culturales de ambas ciudades.
El ponente del Grupo Popular en el debate consideró decisivas, para el éxito de Burgos y Segovia –así lo recoge El Adelantado de Segovia-, la construcción del Museo de la Evolución Humana y las actuaciones de Atapuerca impulsadas por la Junta, así como el apoyo de las actividades culturales desarrolladas en Segovia. Todo indica que para el parlamentario popular el desarrollo de las infraestructuras culturales es importante para Burgos, pero no para Segovia. Ya que en este caso el compromiso de la Junta es inexistente.
El Comité de Selección que evalúa las candidaturas a la Capitalidad Europea pone en duda el elevado número de nuevas infraestructuras culturales que necesita Segovia y su completa ejecución para el año 2016. Segovia, única ciudad que recibe la felicitación por parte del jurado, y con grandes posibilidades para alcanzar la designación, necesita hoy más que nunca el apoyo de la Junta, Administración competente en materia cultural y turística. Segovia necesita, siguiendo las recomendaciones de los expertos, un palacio de congresos y un gran teatro, así como instalaciones hoteleras de alto nivel. El tiempo apremia.
El mandato de equidad trasladado por el Parlamento autonómico a la Junta se ha de traducir en una mayor asignación presupuestaria de aquí hasta el 2016. La equidad significa un mayor respaldo presupuestario a quien menos tiene -en este caso a Segovia-, para estar en igualdad de condiciones a la hora de competir. Durante estos últimos años, la Junta ha invertido en Burgos más de 80 millones de euros en infraestructuras culturales, como las referidas por el procurador del Grupo Popular en el debate. Sin embargo, en la ciudad de Segovia la cifra es insignificante. La Junta de Castilla y León tiene la oportunidad de liderar e impulsar el desarrollo de un gran palacio de congresos en Segovia -76 millones de euros de presupuesto- y de contribuir con el Gobierno de España en la rehabilitación del Teatro Cervantes, ambos de gran importancia para dar mayor consistencia a la candidatura de Segovia. Una excelente oportunidad para garantizar la equidad y el compromiso de la Junta con Segovia.
Las actividades culturales son una de las fortalezas de la candidatura de la ciudad de Segovia a la Capitalidad Cultural de 2016. En este programa también se echa en falta el apoyo de la Junta. Su contribución en el último año al desarrollo del Hay Festival, Muces y la Noche de Luna Llena ha sido nula; y en el Festival Internacional de Títeres, Titirimundi, su aportación disminuye año tras año. Lo mismo ocurre con las actividades culturales realizadas por la Fundación Don Juan de Borbón. De esta forma, no se avanza en el equilibrio de posibilidades.
La ciudad de Segovia cuenta con grandes posibilidades de alcanzar la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Para ello necesita la implicación y el compromiso de todas las instituciones y, en especial, la de aquellas que tienen más responsabilidad en este proceso por sus atribuciones competenciales.
El ponente del Grupo Popular en el debate consideró decisivas, para el éxito de Burgos y Segovia –así lo recoge El Adelantado de Segovia-, la construcción del Museo de la Evolución Humana y las actuaciones de Atapuerca impulsadas por la Junta, así como el apoyo de las actividades culturales desarrolladas en Segovia. Todo indica que para el parlamentario popular el desarrollo de las infraestructuras culturales es importante para Burgos, pero no para Segovia. Ya que en este caso el compromiso de la Junta es inexistente.
El Comité de Selección que evalúa las candidaturas a la Capitalidad Europea pone en duda el elevado número de nuevas infraestructuras culturales que necesita Segovia y su completa ejecución para el año 2016. Segovia, única ciudad que recibe la felicitación por parte del jurado, y con grandes posibilidades para alcanzar la designación, necesita hoy más que nunca el apoyo de la Junta, Administración competente en materia cultural y turística. Segovia necesita, siguiendo las recomendaciones de los expertos, un palacio de congresos y un gran teatro, así como instalaciones hoteleras de alto nivel. El tiempo apremia.
El mandato de equidad trasladado por el Parlamento autonómico a la Junta se ha de traducir en una mayor asignación presupuestaria de aquí hasta el 2016. La equidad significa un mayor respaldo presupuestario a quien menos tiene -en este caso a Segovia-, para estar en igualdad de condiciones a la hora de competir. Durante estos últimos años, la Junta ha invertido en Burgos más de 80 millones de euros en infraestructuras culturales, como las referidas por el procurador del Grupo Popular en el debate. Sin embargo, en la ciudad de Segovia la cifra es insignificante. La Junta de Castilla y León tiene la oportunidad de liderar e impulsar el desarrollo de un gran palacio de congresos en Segovia -76 millones de euros de presupuesto- y de contribuir con el Gobierno de España en la rehabilitación del Teatro Cervantes, ambos de gran importancia para dar mayor consistencia a la candidatura de Segovia. Una excelente oportunidad para garantizar la equidad y el compromiso de la Junta con Segovia.
Las actividades culturales son una de las fortalezas de la candidatura de la ciudad de Segovia a la Capitalidad Cultural de 2016. En este programa también se echa en falta el apoyo de la Junta. Su contribución en el último año al desarrollo del Hay Festival, Muces y la Noche de Luna Llena ha sido nula; y en el Festival Internacional de Títeres, Titirimundi, su aportación disminuye año tras año. Lo mismo ocurre con las actividades culturales realizadas por la Fundación Don Juan de Borbón. De esta forma, no se avanza en el equilibrio de posibilidades.
La ciudad de Segovia cuenta con grandes posibilidades de alcanzar la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Para ello necesita la implicación y el compromiso de todas las instituciones y, en especial, la de aquellas que tienen más responsabilidad en este proceso por sus atribuciones competenciales.
sábado, 16 de octubre de 2010
El Pilar
Durante los últimos años he vivido con mucha intensidad la celebración del 12 de octubre. Primero como subdelegado del Gobierno en Segovia; y ahora como Senador. A decir verdad no fue nunca una fiesta que me atrajese mucho, ni era consciente del sentido de su identidad política hasta que participé en ella.
Como subdelegado del Gobierno dirigí durante cuatro años la organización del acto público de la festividad de la Guardia Civil, “El Pilar”, como ellos se refieren a ella. Desde la primera celebración decidí realizar los actos castrenses en la calle, en estrecha comunicación con los ciudadanos, algo que entendió muy el teniente coronel y aceptó el delegado del Gobierno.
Huir de los discursos en el cuartel y hacer partícipes a los ciudadanos de la importante labor que desempeñaba la Guardia Civil era el objetivo. Y lo conseguimos. Pero además el reconocimiento y aplausos de los vecinos de Segovia, a los píes del acueducto, a los hombres y mujeres que trabajan arduamente día tras día, para garantizar los derechos y libertades públicas, muchas veces jugándose el tipo, es algo que nos enorgullece a los que hemos dirigido las labores de este colectivo.
Este año, desde la tribuna de invitados he tenido la misma sensación y orgullo que cuando les marcaba en los cuarteles objetivos que parecían imposibles, pero acaban alcanzándose. La Guardia Civil es mucho más que las multas de tráfico o el auxilio en carretera. Es ante todo un servicio público en la defensa de lo más íntimo: la libertad.
El día del Pilar, el 12 de octubre, también se celebra la Fiesta Nacional de España. Una festividad que carece del arraigo que tiene en otros países su fiesta nacional, como es el caso del 14 de julio en Francia o del 4 de julio en EE.UU. Días de auténtico orgullo y ensalzamiento de sus valores culturales y su historia. España es diferente, si bien esta situación es el resultado de un complejo proceso de la evolución de los pueblos que integran el estado español y de los acontecimientos históricos acaecidos en los dos últimos siglos de nuestra historia. Nada trivial
Por desgracia, la Fiesta Nacional de estos últimos años se recuerda por los improperios de un público organizado contra el presidente del Gobierno en el Paseo de la Castellana en la tradicional parada militar. Se trata de españoles que creen estar en posesión de los valores auténticos del españolismo y con una concepción existencial totalitaria. Españoles que si por ellos fuera todos los que no comulgamos con su pensamiento debiéramos estar fuera del país, o en una fosa. Esto es la tolerancia para ellos.
Por eso ante las palabras de comprensión de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, estos antiespañoles deben seguir gozando de la puesta en escena de su talante y buen hacer en la parada militar de los próximos años. De lo contrario les pondremos en un pedestal y acabarán reforzando el mensaje de estos políticos que ahora abogan por una mayor tolerancia; muchos de ellos hijos de quienes durante años y años limitaron los derechos y libertades públicas.
En homenaje a la fiesta del Pilar, patrona de la Guardia Civil, pero también a todos los españoles, permítame que les diga: ¡Viva la libertad! ¡Viva la democracia!, y ¡Viva el orden y la ley!, y por supuesto todos los españoles de buena fe, que somos la inmensa mayoría silenciosa.
Como subdelegado del Gobierno dirigí durante cuatro años la organización del acto público de la festividad de la Guardia Civil, “El Pilar”, como ellos se refieren a ella. Desde la primera celebración decidí realizar los actos castrenses en la calle, en estrecha comunicación con los ciudadanos, algo que entendió muy el teniente coronel y aceptó el delegado del Gobierno.
Huir de los discursos en el cuartel y hacer partícipes a los ciudadanos de la importante labor que desempeñaba la Guardia Civil era el objetivo. Y lo conseguimos. Pero además el reconocimiento y aplausos de los vecinos de Segovia, a los píes del acueducto, a los hombres y mujeres que trabajan arduamente día tras día, para garantizar los derechos y libertades públicas, muchas veces jugándose el tipo, es algo que nos enorgullece a los que hemos dirigido las labores de este colectivo.
Este año, desde la tribuna de invitados he tenido la misma sensación y orgullo que cuando les marcaba en los cuarteles objetivos que parecían imposibles, pero acaban alcanzándose. La Guardia Civil es mucho más que las multas de tráfico o el auxilio en carretera. Es ante todo un servicio público en la defensa de lo más íntimo: la libertad.
El día del Pilar, el 12 de octubre, también se celebra la Fiesta Nacional de España. Una festividad que carece del arraigo que tiene en otros países su fiesta nacional, como es el caso del 14 de julio en Francia o del 4 de julio en EE.UU. Días de auténtico orgullo y ensalzamiento de sus valores culturales y su historia. España es diferente, si bien esta situación es el resultado de un complejo proceso de la evolución de los pueblos que integran el estado español y de los acontecimientos históricos acaecidos en los dos últimos siglos de nuestra historia. Nada trivial
Por desgracia, la Fiesta Nacional de estos últimos años se recuerda por los improperios de un público organizado contra el presidente del Gobierno en el Paseo de la Castellana en la tradicional parada militar. Se trata de españoles que creen estar en posesión de los valores auténticos del españolismo y con una concepción existencial totalitaria. Españoles que si por ellos fuera todos los que no comulgamos con su pensamiento debiéramos estar fuera del país, o en una fosa. Esto es la tolerancia para ellos.
Por eso ante las palabras de comprensión de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, estos antiespañoles deben seguir gozando de la puesta en escena de su talante y buen hacer en la parada militar de los próximos años. De lo contrario les pondremos en un pedestal y acabarán reforzando el mensaje de estos políticos que ahora abogan por una mayor tolerancia; muchos de ellos hijos de quienes durante años y años limitaron los derechos y libertades públicas.
En homenaje a la fiesta del Pilar, patrona de la Guardia Civil, pero también a todos los españoles, permítame que les diga: ¡Viva la libertad! ¡Viva la democracia!, y ¡Viva el orden y la ley!, y por supuesto todos los españoles de buena fe, que somos la inmensa mayoría silenciosa.
domingo, 10 de octubre de 2010
El alcalde
Pedro Arahuetes será candidato a la Alcaldía de Segovia en las próximas elecciones municipales, una vez que ha sido ratificada su propuesta por los socialistas segovianos. Casi todos intuíamos esta decisión, y otros muchos la deseábamos, pero la decisión era suya. Y me consta que la ha tomado con premeditación y alevosía, tras una larga meditación. Si se compromete a ir, va, pero con todas las consecuencias, y eso es lo que ha hecho.
No es fácil ser un alcalde como lo es el actual alcalde de Segovia. Pedro es el alcalde por excelencia, y lo seguirá siendo durante mucho tiempo. No sólo porque vaya a ganar las próximas elecciones, sino por su impronta personal y su gestión como alcalde estos últimos años, que le conferirá el título más allá de su vida administrativa en el Ayuntamiento.
Su compromiso personal con sus vecinos le lleva a una dedicación plena las 24 horas, que a su vez exige a su equipo. Pedro está en casi todos los actos a los que se le invita y considera que debe estar como alcalde. Lo mismo en un partido de fútbol, en una procesión, en un baile de disfraces, pronunciando un discurso o corriendo la ‘San Silvestre’; o en aquello en lo que deba estar por muy exótico que esto sea. ¿Se imaginan ustedes en el papel de Pedro Arahuetes aunque sea sólo por un día? Piénselo.
Con todo, lo mejor para los segovianos es que nuestro alcalde ha tenido durante estos años un proyecto de ciudad y ha trabajado en equipo. Poco a poco se está cambiando la faz de la ciudad.
Hoy hay un nuevo barrio junto a la plaza de toros, el de ‘Comunidad de Ciudad y Tierra’; la actividad cultural se proyecta en el mundo entero por su calidad en programas como los de ‘MUCES’, el ‘Hay Festival’ o ‘Titirimundi’; la movilidad se ha mejorado notablemente con el nuevo servicio de autobuses y la construcción de dos grandes aparcamientos; se está haciendo un gran esfuerzo de rehabilitación del casco histórico y de los diferentes barrios; y pasear por el entorno de la ciudad por las Riberas del Eresma y el Clamores es un lujo para los segovianos.
Arahuetes será candidato por el PSOE, pero si los segovianos en las elecciones le otorgan su confianza, el mismo día se erigirá en el alcalde de todos y todas, con independencia de que le hayan votado o no. Será un alcalde con un proyecto de ciudad que sólo aspira a que sus vecinos tengan mayor calidad de vida; aunque la suya pueda dejar mucho que desear por la dedicación a la vida pública.
No es fácil ser un alcalde como lo es el actual alcalde de Segovia. Pedro es el alcalde por excelencia, y lo seguirá siendo durante mucho tiempo. No sólo porque vaya a ganar las próximas elecciones, sino por su impronta personal y su gestión como alcalde estos últimos años, que le conferirá el título más allá de su vida administrativa en el Ayuntamiento.
Su compromiso personal con sus vecinos le lleva a una dedicación plena las 24 horas, que a su vez exige a su equipo. Pedro está en casi todos los actos a los que se le invita y considera que debe estar como alcalde. Lo mismo en un partido de fútbol, en una procesión, en un baile de disfraces, pronunciando un discurso o corriendo la ‘San Silvestre’; o en aquello en lo que deba estar por muy exótico que esto sea. ¿Se imaginan ustedes en el papel de Pedro Arahuetes aunque sea sólo por un día? Piénselo.
Con todo, lo mejor para los segovianos es que nuestro alcalde ha tenido durante estos años un proyecto de ciudad y ha trabajado en equipo. Poco a poco se está cambiando la faz de la ciudad.
Hoy hay un nuevo barrio junto a la plaza de toros, el de ‘Comunidad de Ciudad y Tierra’; la actividad cultural se proyecta en el mundo entero por su calidad en programas como los de ‘MUCES’, el ‘Hay Festival’ o ‘Titirimundi’; la movilidad se ha mejorado notablemente con el nuevo servicio de autobuses y la construcción de dos grandes aparcamientos; se está haciendo un gran esfuerzo de rehabilitación del casco histórico y de los diferentes barrios; y pasear por el entorno de la ciudad por las Riberas del Eresma y el Clamores es un lujo para los segovianos.
Arahuetes será candidato por el PSOE, pero si los segovianos en las elecciones le otorgan su confianza, el mismo día se erigirá en el alcalde de todos y todas, con independencia de que le hayan votado o no. Será un alcalde con un proyecto de ciudad que sólo aspira a que sus vecinos tengan mayor calidad de vida; aunque la suya pueda dejar mucho que desear por la dedicación a la vida pública.
domingo, 3 de octubre de 2010
Compromiso con Segovia
Esta semana se han presentado los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Estos presupuestos, los más austeros de la democracia, incluyen fuertes medidas de ajuste del gasto y se orientan a optimizar la eficacia de cada euro público. El gasto público se reduce cerca de un ocho por ciento, con respecto al presupuesto de 2010. Esto conlleva una disminución de un 16 por ciento de media en cada ministerio. A pesar de ello, el Estado invertirá en Segovia un 33 por ciento más que en el ejercicio anterior, lo que en términos absolutos sitúa la inversión en Segovia en 125.562 millones de euros.
A pesar del recorte en infraestructuras, el Gobierno socialista apuesta por impulsar el proyecto de desdoblamiento de la variante de la ciudad y licitar la obra en el próximo ejercicio. Una actuación de singular importancia para la mejora de la seguridad vial y para eliminar el cuello de botella de la interconexión entre Madrid y Valladolid, lo que redundará en un aumento de las transacciones comerciales en Segovia. Asimismo, se concluirá la construcción de la variante de Ayllón y se avanza en los estudios informativos del resto de las carreteras en proyección, a lo que hay que añadir el gasto corriente asociado a la conservación y mantenimiento de la red de carreteras del Estado en Segovia.
Las partidas del presupuesto de inversiones para la provincia de Segovia recogen importantes actuaciones en materia de medio ambiente, vivienda y cultura. Estas asignaciones se orientan a solventar los problemas de abastecimiento de agua, rehabilitar el patrimonio –Catedral, murallas de Cuéllar o Teatro Cervantes- o generar nuevas infraestructuras –Casa de la Moneda, Biblioteca municipal-. El Estado, de esta manera, asume actuaciones, una vez más, que se incardinan en el ámbito de competencias de la Junta de Castilla y León. Se consolida el compromiso del Gobierno socialista con Segovia, a diferencia de la falta de compromiso que viene manifestando año tras año el Partido Popular en los presupuestos de la Junta con Segovia.
Pero si por algo se caracterizan estos presupuestos es por su solidaridad en un momento de máxima dificultad, en el que es necesario ayudar a quienes más lo necesitan. Y esto se manifiesta también en Segovia. Los 12.000 pensionistas que cobran la pensión mínima verán incrementada su retribución en un uno por ciento y habrá la paga única de desviación del IPC para todos los pensionistas. Las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social y las prestaciones por desempleo serán asimismo actualizadas.
Estos presupuestos reducen el gasto público, mantienen las políticas de bienestar y contribuyen a reducir los desequilibrios estructurales de nuestra economía para salir de la crisis. Estos presupuestos pretenden dar continuidad a la política económica y reformas que está llevando a cabo el Gobierno. Con ello se pretende dotar a nuestra economía de una mayor consistencia y competitividad; y generar confianza en los mercados financieros de deuda.
Estos presupuestos son los que necesita nuestro país en estos momentos, pero también Segovia, donde, por cierto, la inversión per cápita se sitúa en un 113 por ciento por encima de la media nacional, la más alta de España.
A pesar del recorte en infraestructuras, el Gobierno socialista apuesta por impulsar el proyecto de desdoblamiento de la variante de la ciudad y licitar la obra en el próximo ejercicio. Una actuación de singular importancia para la mejora de la seguridad vial y para eliminar el cuello de botella de la interconexión entre Madrid y Valladolid, lo que redundará en un aumento de las transacciones comerciales en Segovia. Asimismo, se concluirá la construcción de la variante de Ayllón y se avanza en los estudios informativos del resto de las carreteras en proyección, a lo que hay que añadir el gasto corriente asociado a la conservación y mantenimiento de la red de carreteras del Estado en Segovia.
Las partidas del presupuesto de inversiones para la provincia de Segovia recogen importantes actuaciones en materia de medio ambiente, vivienda y cultura. Estas asignaciones se orientan a solventar los problemas de abastecimiento de agua, rehabilitar el patrimonio –Catedral, murallas de Cuéllar o Teatro Cervantes- o generar nuevas infraestructuras –Casa de la Moneda, Biblioteca municipal-. El Estado, de esta manera, asume actuaciones, una vez más, que se incardinan en el ámbito de competencias de la Junta de Castilla y León. Se consolida el compromiso del Gobierno socialista con Segovia, a diferencia de la falta de compromiso que viene manifestando año tras año el Partido Popular en los presupuestos de la Junta con Segovia.
Pero si por algo se caracterizan estos presupuestos es por su solidaridad en un momento de máxima dificultad, en el que es necesario ayudar a quienes más lo necesitan. Y esto se manifiesta también en Segovia. Los 12.000 pensionistas que cobran la pensión mínima verán incrementada su retribución en un uno por ciento y habrá la paga única de desviación del IPC para todos los pensionistas. Las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social y las prestaciones por desempleo serán asimismo actualizadas.
Estos presupuestos reducen el gasto público, mantienen las políticas de bienestar y contribuyen a reducir los desequilibrios estructurales de nuestra economía para salir de la crisis. Estos presupuestos pretenden dar continuidad a la política económica y reformas que está llevando a cabo el Gobierno. Con ello se pretende dotar a nuestra economía de una mayor consistencia y competitividad; y generar confianza en los mercados financieros de deuda.
Estos presupuestos son los que necesita nuestro país en estos momentos, pero también Segovia, donde, por cierto, la inversión per cápita se sitúa en un 113 por ciento por encima de la media nacional, la más alta de España.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Segovia, una estrella con luz propia en Europa
¡Si la ciudad de Segovia no existiese, Dios se vería en la obligación de crearla de nuevo!
Ciudad Patrimonio de la Humanidad, su luz brilla con intensidad no sólo en el continente europeo, sino en todo el mundo. Ha sido y es un crisol de culturas, que conjuga el paso de los tiempos. Su Acueducto, el arte románico presente en sus iglesias, el mudéjar, el gótico de su Catedral o el barrio de La Judería no dejan de ser unas de las mejores expresiones de lo que de lo que fue y es la ciudad de Segovia: el reflejo artístico del influjo de las distintas corrientes culturales provenientes de la antigua Europa; corrientes desarrolladas por personas de la cultura, las artes y las letras que han dejado su impronta en Segovia con el devenir de los tiempos, en un marco natural espléndido, cuales son los valles del Eresma y el Clamores, y bajo la intensa mirada de la sierra del Guadarrama.
La ciudad de Segovia, hoy día, es un referente cultural en Europa. A su belleza patrimonial se une, desde hace años, una acertada programación de actos culturales y manifestaciones artísticas que permiten poner en valor aún más los encantos de la ciudad en sus diferentes manifestaciones. Titirimundi, Hay Festival, Muces, los festivales de verano, el curso de pintores pensionados… son buena prueba de ese espíritu cultural y artístico de la ciudad en la que se recrearon Antonio Machado o María Zambrano, entre otros.
Segovia es la ciudad española que mejor se adapta a los objetivos requeridos para ser designada Capital Europea de la Cultura 2016. Segovia, como ninguna otra, es y forma parte de Europa. Es una ciudad cosmopolita, con una accesibilidad inmejorable al corazón de Europa, por su proximidad al mayor aeropuerto de España y los trenes de alta velocidad, lo que le confiere un gran potencial para el desarrollo de sus programas y su resonancia mediática.
El próximo día 30 de septiembre, en el comité de expertos, Segovia será preseleccionada entre los finalistas para su elección como Capital Europea de la Cultura. Y la ciudad de Segovia alcanzará este hito por méritos propios. Su luz es muy intensa para no verla.
Ciudad Patrimonio de la Humanidad, su luz brilla con intensidad no sólo en el continente europeo, sino en todo el mundo. Ha sido y es un crisol de culturas, que conjuga el paso de los tiempos. Su Acueducto, el arte románico presente en sus iglesias, el mudéjar, el gótico de su Catedral o el barrio de La Judería no dejan de ser unas de las mejores expresiones de lo que de lo que fue y es la ciudad de Segovia: el reflejo artístico del influjo de las distintas corrientes culturales provenientes de la antigua Europa; corrientes desarrolladas por personas de la cultura, las artes y las letras que han dejado su impronta en Segovia con el devenir de los tiempos, en un marco natural espléndido, cuales son los valles del Eresma y el Clamores, y bajo la intensa mirada de la sierra del Guadarrama.
La ciudad de Segovia, hoy día, es un referente cultural en Europa. A su belleza patrimonial se une, desde hace años, una acertada programación de actos culturales y manifestaciones artísticas que permiten poner en valor aún más los encantos de la ciudad en sus diferentes manifestaciones. Titirimundi, Hay Festival, Muces, los festivales de verano, el curso de pintores pensionados… son buena prueba de ese espíritu cultural y artístico de la ciudad en la que se recrearon Antonio Machado o María Zambrano, entre otros.
Segovia es la ciudad española que mejor se adapta a los objetivos requeridos para ser designada Capital Europea de la Cultura 2016. Segovia, como ninguna otra, es y forma parte de Europa. Es una ciudad cosmopolita, con una accesibilidad inmejorable al corazón de Europa, por su proximidad al mayor aeropuerto de España y los trenes de alta velocidad, lo que le confiere un gran potencial para el desarrollo de sus programas y su resonancia mediática.
El próximo día 30 de septiembre, en el comité de expertos, Segovia será preseleccionada entre los finalistas para su elección como Capital Europea de la Cultura. Y la ciudad de Segovia alcanzará este hito por méritos propios. Su luz es muy intensa para no verla.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Un sí responsable
La Asamblea General de Caja Segovia ha aprobado por 112 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones la adhesión al SIP liderado por Caja Madrid y Bancaja. El Decreto Ley, aprobado por la Junta de Castilla y León unos días antes a la celebración de la Asamblea, establece una mayoría cualificada de cuatro quintos para que prospere la adhesión, si bien el órgano de gobierno de la Comunidad Autónoma puede ejercer el derecho de veto.
De los 120 consejeros el PSOE cuenta con 26. Un número de consejeros que supera el quinto necesario para bloquear la adhesión. A pesar de que el PSOE ha estado en contra de cómo se ha articulado el proceso, hemos votado, dadas las circunstancias en las que se encontraba el proceso, por responsabilidad, a favor de la adhesión. Lo contrario hubiese supuesto la intervención de Caja Segovia por el Banco de España o la venta al mejor postor. Ello se habría traducido en un sobrecoste en el acceso a los mercados financieros con pérdida de rentabilidad, una minoración aún mayor de la Obra Social y un reajuste muy fuerte de los puestos de trabajo.
Para evitar estas consecuencias el PSOE ha votado con responsabilidad. Lo contrario hubiese supuesto un ‘jaque mate’ para nuestra caja. Una caja muy arraigada en la sociedad segoviana y con un alto reconocimiento social y mediático. Los segovianos no tiene la culpa de los pasos erróneos que en estos últimos meses han dado tanto Caja Segovia como Caja Ávila. Por eso, el PSOE ha querido evitar cualquier tipo de sobresalto, al que sin duda aspiraba el Gobierno del PP en la Junta. No es una casualidad que la Junta modifica la Ley de Cajas y establezca una mayoría de bloqueo que coincide milimétricamente con la representación en el Consejo del PSOE de Segovia y Ávila en ambas cajas. No se trataba de tumbar al PP, como paradójicamente parecía querer la Junta, sino dada la situación del proceso, que ya no tenía marcha atrás, defender de la mejor forma posible los intereses de los impositores de la Caja, la Obra Social y el impulso económico de Segovia.
El secretario general del PSOE en Castilla y León, Óscar López, ofreció desde el primer día al presidente de la Junta su apoyo incondicional para contar en Castilla y León con un gran grupo financiero de cajas que contribuya a dar una mayor solidez y consistencia a la economía de nuestra Comunidad. A pesar de ello, el proceso ha sido una carrera de despropósitos. Primero fracasó la integración de todas las cajas de la Comunidad; después falló el proceso de integración de Caja Burgos, Caja Círculo de Burgos, Caja Segovia y Caja Ávila; y, por último, se hundió el proceso de Banca Cívica. En todas estas situaciones hay un denominador común, la falta de liderazgo del presidente del PP, a su vez presidente de la Junta; y la falta de lealtad del PP en las diferentes provincias con el Gobierno del PP en la Junta.
El proceso de integración de Caja Segovia y Caja Ávila en el SIP de Caja Madrid responde más a los intereses de un gran proyecto político del PP –como pudimos comprobar en la carta que Rodrigo Rato dirigió a los clientes de Caja Madrid-, que a los intereses de las cajas y sus impositores. Caja Segovia y Caja Ávila, con su integración en el SIP de Caja Madrid, han diluido sus intereses y su representación como un azucarillo. Caja Segovia y Caja Ávila nunca podrán defender desde Caja Madrid con igual intensidad sus intereses. Es algo que está en el debe de los populares segovianos y abulenses; los socialistas, en un proceso que ya no tenía marcha atrás, nos hemos limitado a salvar los muebles y a evitar males mayores.
De los 120 consejeros el PSOE cuenta con 26. Un número de consejeros que supera el quinto necesario para bloquear la adhesión. A pesar de que el PSOE ha estado en contra de cómo se ha articulado el proceso, hemos votado, dadas las circunstancias en las que se encontraba el proceso, por responsabilidad, a favor de la adhesión. Lo contrario hubiese supuesto la intervención de Caja Segovia por el Banco de España o la venta al mejor postor. Ello se habría traducido en un sobrecoste en el acceso a los mercados financieros con pérdida de rentabilidad, una minoración aún mayor de la Obra Social y un reajuste muy fuerte de los puestos de trabajo.
Para evitar estas consecuencias el PSOE ha votado con responsabilidad. Lo contrario hubiese supuesto un ‘jaque mate’ para nuestra caja. Una caja muy arraigada en la sociedad segoviana y con un alto reconocimiento social y mediático. Los segovianos no tiene la culpa de los pasos erróneos que en estos últimos meses han dado tanto Caja Segovia como Caja Ávila. Por eso, el PSOE ha querido evitar cualquier tipo de sobresalto, al que sin duda aspiraba el Gobierno del PP en la Junta. No es una casualidad que la Junta modifica la Ley de Cajas y establezca una mayoría de bloqueo que coincide milimétricamente con la representación en el Consejo del PSOE de Segovia y Ávila en ambas cajas. No se trataba de tumbar al PP, como paradójicamente parecía querer la Junta, sino dada la situación del proceso, que ya no tenía marcha atrás, defender de la mejor forma posible los intereses de los impositores de la Caja, la Obra Social y el impulso económico de Segovia.
El secretario general del PSOE en Castilla y León, Óscar López, ofreció desde el primer día al presidente de la Junta su apoyo incondicional para contar en Castilla y León con un gran grupo financiero de cajas que contribuya a dar una mayor solidez y consistencia a la economía de nuestra Comunidad. A pesar de ello, el proceso ha sido una carrera de despropósitos. Primero fracasó la integración de todas las cajas de la Comunidad; después falló el proceso de integración de Caja Burgos, Caja Círculo de Burgos, Caja Segovia y Caja Ávila; y, por último, se hundió el proceso de Banca Cívica. En todas estas situaciones hay un denominador común, la falta de liderazgo del presidente del PP, a su vez presidente de la Junta; y la falta de lealtad del PP en las diferentes provincias con el Gobierno del PP en la Junta.
El proceso de integración de Caja Segovia y Caja Ávila en el SIP de Caja Madrid responde más a los intereses de un gran proyecto político del PP –como pudimos comprobar en la carta que Rodrigo Rato dirigió a los clientes de Caja Madrid-, que a los intereses de las cajas y sus impositores. Caja Segovia y Caja Ávila, con su integración en el SIP de Caja Madrid, han diluido sus intereses y su representación como un azucarillo. Caja Segovia y Caja Ávila nunca podrán defender desde Caja Madrid con igual intensidad sus intereses. Es algo que está en el debe de los populares segovianos y abulenses; los socialistas, en un proceso que ya no tenía marcha atrás, nos hemos limitado a salvar los muebles y a evitar males mayores.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Mi oficina de verano
Ahora que concluyen las vacaciones y comienza el curso político, quiero rendir un homenaje muy especial a ‘mi oficina de verano’: una piedra a la sombra de un árbol en la plaza de mi pueblo, Sangarcía –Segovia-, donde no he tenido más remedio que echar horas y horas. Se preguntarán ustedes “¿y por qué?” Pues porque es uno de los pocos emplazamientos donde podía tener cobertura de Vodafone, y a su vez ‘pillar’ algo de señal de la tarjeta 3G para la transmisión de datos.
El tiempo dedicado lo compartía, en muchos casos, con los vecinos del pueblo y veraneantes que durante el mes de agosto y algunos días de otros meses de este verano han disfrutado de la tranquilidad y sosiego de Sangarcía. Muchos me acompañaban en mis entrevistas en radio, o conversaciones con ministerios o representantes políticos, para después hacer una valoración, llegado el caso, o incluso darme algún consejo. Algo que, en la mayoría de los casos, me resultaba curioso y, a veces, hasta grato.
Mi situación no ha sido muy distinta a la que sufren otros ciudadanos del medio rural en Castilla y León. Son muchos los pueblos de esta Comunidad Autónoma que carecen de cobertura de telefonía móvil y de banda ancha. Un inconveniente importante para una población muy envejecida que necesita disponer de comunicación en cualquier punto de la localidad con sus hijos, que por lo general viven fuera; pero también para las pocas empresas y autónomos que ejercen su actividad profesional en los pueblos. A pesar de las promesas del consejero de Fomento, Sr. Silván, la banda ancha y la telefonía móvil brillan por su ausencia después de jurar y perjurar que llegarían a todas partes.
Por otra parte, la lógica del mercado a veces es perversa. En mi pueblo, Sangarcía, Movistar tiene buena cobertura. Un acuerdo firmado recientemente entre compañías permite dar servicio a aquellos clientes con la infraestructura de otra compañía, si la titular del contrato carece de servicio en esa localidad. Éste era mi caso. Lo intenté a través de los servicios técnicos de la Cámara Alta. ¡Pero que si quieres! Eso sí, me informaron sobre la intensidad de la señal en el entorno del pueblo, y sobre las previsiones de inversión de Vodafone para cubrir en un futuro la cobertura de la zona.
Espero que el próximo verano el problema esté resuelto. Si bien, aunque así sea, subiré con frecuencia a mi banco de piedra a disfrutar de las conversaciones con mis paisanos y a admirar una vez más la grandiosidad llena de historia de mi pueblo. ¡Gracias Vodafone!, a pesar de todo.
El tiempo dedicado lo compartía, en muchos casos, con los vecinos del pueblo y veraneantes que durante el mes de agosto y algunos días de otros meses de este verano han disfrutado de la tranquilidad y sosiego de Sangarcía. Muchos me acompañaban en mis entrevistas en radio, o conversaciones con ministerios o representantes políticos, para después hacer una valoración, llegado el caso, o incluso darme algún consejo. Algo que, en la mayoría de los casos, me resultaba curioso y, a veces, hasta grato.
Mi situación no ha sido muy distinta a la que sufren otros ciudadanos del medio rural en Castilla y León. Son muchos los pueblos de esta Comunidad Autónoma que carecen de cobertura de telefonía móvil y de banda ancha. Un inconveniente importante para una población muy envejecida que necesita disponer de comunicación en cualquier punto de la localidad con sus hijos, que por lo general viven fuera; pero también para las pocas empresas y autónomos que ejercen su actividad profesional en los pueblos. A pesar de las promesas del consejero de Fomento, Sr. Silván, la banda ancha y la telefonía móvil brillan por su ausencia después de jurar y perjurar que llegarían a todas partes.
Por otra parte, la lógica del mercado a veces es perversa. En mi pueblo, Sangarcía, Movistar tiene buena cobertura. Un acuerdo firmado recientemente entre compañías permite dar servicio a aquellos clientes con la infraestructura de otra compañía, si la titular del contrato carece de servicio en esa localidad. Éste era mi caso. Lo intenté a través de los servicios técnicos de la Cámara Alta. ¡Pero que si quieres! Eso sí, me informaron sobre la intensidad de la señal en el entorno del pueblo, y sobre las previsiones de inversión de Vodafone para cubrir en un futuro la cobertura de la zona.
Espero que el próximo verano el problema esté resuelto. Si bien, aunque así sea, subiré con frecuencia a mi banco de piedra a disfrutar de las conversaciones con mis paisanos y a admirar una vez más la grandiosidad llena de historia de mi pueblo. ¡Gracias Vodafone!, a pesar de todo.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Comité Provincial
Con la celebración ayer sábado del Comité Provincial del PSOE en Segovia, los socialistas segovianos hemos iniciado el curso político. Un periodo que viene marcado por las próximas elecciones autonómicas y locales, pero también por la difícil coyuntura política como consecuencia de la crisis.
El comité ha permitido establecer los objetivos y líneas de trabajo para los próximos meses y debatir cinco resoluciones relacionadas con los temas que en el momento actual se encuentran en la agenda política segoviana, como son: el SIP de Caja Segovia con Caja Madrid; la situación de la sociedad Segovia 21; el aparcamiento del Hospital General; la apertura del Camino natural del Eresma a su paso por el Caserío de Lobones; o la petición de adaptación del ECYL a la situación económica actual.
Después de 23 años de gobierno del PP en la Junta, la Comunidad está pidiendo un cambio a gritos. La despoblación, las altas tasa de envejecimiento y la falta de tono económico sintetizan de forma gráfica lo que han sido estos años de gobierno del PP en la Junta. Óscar López es una buena alternativa para impulsar el cambio. La Diputación Provincial de Segovia, gobernada desde principios de los 90 por el PP, es otro claro exponente de la acción popular. Aquí lo que prima es el clientelismo, la falta de proyecto y un entramado burocrático de amigos al servicio del PP, y muy bien retribuidos. Los socialistas estamos trabajando intensamente para que los segovianos puedan optar por nuestra propuesta como mejor alternativa a la situación actual. Ilusión y esfuerzo no nos faltan. Seguro que lo conseguiremos.
Las resoluciones han sido votadas y aprobadas todas por unanimidad. El PSOE segoviano ha dado pruebas en este comité de una extraordinaria madurez. Tras un debate intenso, se han incorporado mejoras en la redacción y perfeccionado el contenido de alguna de ellas. Hay quien aconsejó a este secretario general no llevar estos temas al comité, pero este órgano ostenta la máxima representación entre congresos, y lo que no se puede hacer es privarle de la información y el debate. Este comité, sin duda, ha reforzado la democracia interna del partido y la solidez en su toma de decisiones.
El comité ha permitido establecer los objetivos y líneas de trabajo para los próximos meses y debatir cinco resoluciones relacionadas con los temas que en el momento actual se encuentran en la agenda política segoviana, como son: el SIP de Caja Segovia con Caja Madrid; la situación de la sociedad Segovia 21; el aparcamiento del Hospital General; la apertura del Camino natural del Eresma a su paso por el Caserío de Lobones; o la petición de adaptación del ECYL a la situación económica actual.
Después de 23 años de gobierno del PP en la Junta, la Comunidad está pidiendo un cambio a gritos. La despoblación, las altas tasa de envejecimiento y la falta de tono económico sintetizan de forma gráfica lo que han sido estos años de gobierno del PP en la Junta. Óscar López es una buena alternativa para impulsar el cambio. La Diputación Provincial de Segovia, gobernada desde principios de los 90 por el PP, es otro claro exponente de la acción popular. Aquí lo que prima es el clientelismo, la falta de proyecto y un entramado burocrático de amigos al servicio del PP, y muy bien retribuidos. Los socialistas estamos trabajando intensamente para que los segovianos puedan optar por nuestra propuesta como mejor alternativa a la situación actual. Ilusión y esfuerzo no nos faltan. Seguro que lo conseguiremos.
Las resoluciones han sido votadas y aprobadas todas por unanimidad. El PSOE segoviano ha dado pruebas en este comité de una extraordinaria madurez. Tras un debate intenso, se han incorporado mejoras en la redacción y perfeccionado el contenido de alguna de ellas. Hay quien aconsejó a este secretario general no llevar estos temas al comité, pero este órgano ostenta la máxima representación entre congresos, y lo que no se puede hacer es privarle de la información y el debate. Este comité, sin duda, ha reforzado la democracia interna del partido y la solidez en su toma de decisiones.
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