domingo, 30 de diciembre de 2012

Sostenibilidad sobrevenida para el PP


Allá, cuando en la pasada legislatura el Gobierno socialista, por el 2010, planteó la necesidad de abordar reformas de forma urgente en el sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo, el PP se opuso rotundamente. El Gobierno del PSOE pactó la reforma con sindicatos y patronal, pero el PP siguió en sus trece y votó en contra en las Cortes Generales.

Se planteó el aumento del periodo de cotización de los 15 años a los 25, y de la edad para acceder a las prestaciones de los 65 a los 67 años, con las lógicas excepciones, según el trabajo del que se trate. La propuesta de estos cambios venía motivada por el incremento de la esperanza de vida: se estima que en 2050 el 32 por ciento de los españoles tendrá más de 64 años y la esperanza de vida superará los 84 años. Ahora vivimos de media 15 años tras jubilarnos, mientras en los años 70 vivíamos siete. Por cada pensionista hay 1,8 trabajadores cotizando, y se prevé que en 2050 habrá 1,33 trabajadores. Estas fueron las razones por las que el Gobierno del PSOE propuso la reforma de las pensiones en 2010, al igual que hizo la reforma en 1985, también con la oposición de la derecha –entonces Alianza Popular-, cuando el periodo de cotización para tener derecho a pensión era de dos años, lo que daba lugar a todo tipo de fraude y hacía insostenible el sistema de pensiones.

La oposición fue mucho más fuerte. El PP demonizó a los socialistas por esta propuesta. A los parlamentarios se nos exigió que pidiésemos perdón a los españoles y, en mi caso, a los segovianos. En la oposición les importó “un pito” los pensionistas y el futuro de las pensiones de los españoles. Solo les preocupaba desgastar al entonces Gobierno de España para llegar al gobierno. Y ahora, que están de forma sobrevenida, les preocupa el futuro y sostenibilidad del sistema de pensiones.

El último Consejo de Ministros del año 2012 ha aprobado un decreto ley que suspende la aplicación de la reforma del Gobierno socialista en lo que se refiere a jubilación anticipada y parcial. Los artículos suspendidos establecen la edad mínima de 61 años para la jubilación anticipadas forzosas y los 63 para las voluntarias. El Gobierno del PP, aunque suene a sarcasmo, se ha dado un plazo de tres meses para buscar un pacto especialmente con el PSOE en el marco del Pacto de Toledo para eliminar prácticamente las jubilaciones anticipadas y adelantar la entrada la puesta en marcha de la ampliación gradual de la jubilación de 65 a 67 años. Buscarán también el apoyo de los sindicatos.

No será fácil que quien ha vituperado y denostado a las organizaciones sindicales pueda llagar a acuerdos con ellos de una forma rápida. Tampoco será fácil el punto de encuentro con las fuerzas de la oposición y, en especial, con el PSOE. En este año de Gobierno popular las perspectivas sobre el futuro del sistema de pensiones no han hecho más que empeorar. El Gobierno ha hecho uso de los 67.000 millones de la herencia que dejó el Gobierno socialista como Fondo de Reserva y los pensionistas han perdido la actualización de las pensiones de 2012 y cerca de dos puntos de entrada de poder adquisitivo en 2013. Y, para más desfachatez, hemos llegado a oír en el Congreso de los Diputados a la ministra de Empleo que esto es culpa de los socialistas.

Para nosotros, los socialistas, España, los españoles y sus pensionistas presentes y futuros están por encima de todo, auque algunos se empeñen en intentar demostrar lo contrario. Nuestro compromiso es firme. Pero resulta difícil dar apoyo a quienes han demostrado tener convicciones firmes para la defensa de sus intereses por encima de todo, aunque sea el interés general. Se trata de una cuestión de dignidad, y el Gobierno del PP, el Gobierno de todos los españoles, también el mío, en este tema se va a ver abocado a tomar una decisión impopular posiblemente en solitario o con los catalanes de CiU, como acostumbran –buenos compañeros de viaje en la defensa de la solidaridad del sistema de pensiones-. Pueden estar tranquilos. No haremos los que hicieron ellos. Eso sí, la mentira volverá a aparecer una vez más en los medios de comunicación que alimentan para seducir a los españoles de la bondad de sus reformas. Un proselitismo político al que nos tienen ya acostumbrados.




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