¡Vergüenza! Auténtica vergüenza es lo que hemos
sentido los españoles al conocer que el Gobierno español había trucado los
datos de déficit público de 2012 para ajustarse mejor a los objetivos de
marcados por la UE. Eurostat, la oficina estadística europea, corrigió esas
cifras y lo sitúo en el 6,98 por ciento del PIB, en lugar del 6,7 como había
determinado la Hacienda española.
Para esta triquiñuela el departamento que dirige el
ministro Montoro retrasó el pago de las devoluciones del IRPF que debieran
haberse hecho en el ejercicio 2012 al 2013. Algo que no puede sorprendernos
viniendo de un personaje como es el Sr. Cristóbal Montoro. El mismo que dijo a
la portavoz de Coalición Canaria –como ella ha contado- a raíz del dramático ultimátum
dado por la UE a España en marzo de 2010
para su no intervención, “¡qué se hunda España! Que ya lo levantaremos
nosotros”. De este ministro se puede esperar cualquier cosa. Los que día a día
le escuchamos en el parlamento o hemos debatido con él, sabemos de su
frivolidad y superficialidad a la hora de tratar los temas. Y esta actuación es un claro ejemplo de ello.
Con esta acción, el Gobierno de España pierde
credibilidad, pero también se empaña la imagen de nuestro país y de los
españoles. Estas prácticas son propias de países tercermundistas. Dábamos por
hecho que estaban abolidas en nuestro país. ¡Pero no!, visto lo visto. Más si
tomamos como referencia al partido del Gobierno y sus continuos casos de
corrupción y utilización de la mentira como medio instrumental. Para el PP todo vale.
Sin embargo, en lugar de asumir que se han
equivocado al intentar maquillar las cifras de una gestión que no ha alcanzado
los resultados deseados, se han atrevido a argumentar en boca de otro de los
bufones que utiliza el GPP en el Congreso de los Diputados, el Sr. MartínezPujalte, que la discrepancia con la UE se debe a un pequeño error de criterio.
Ahora que ha quedado al descubierto, reconocen el problema; cuando se lo
planteó el GPS a través de una pregunta oral por parte de su portavoz de
Hacienda, lo negaron con todo el
descaro. Una vez más, el PP ha tirado de la “santa desvergüenza” que tan buenos
resultados les ha dado en otras ocasiones. Una vergüenza nacional de la que nos
sentimos avergonzados todos los españoles, aunque parece que aquellos que se
autocalifican de patriotas por antonomasia no lo están.