La VII Media Maratón

Este año la Media Maratón de Segovia estuvo pasada por agua. Mejor dicho, estuvo inundada de agua. Ya desde las 7 horas de la mañana del día 17 en Segovia diluviaba. A las 10:30 horas cuando se dio la salida en ese marco tan impresionante que es el Acueducto, la lluvia caía a chuzos y no lo dejó de hacer durante toda la duración de la prueba. Correr la Media este año tenía mérito. Para los que hayan tenido la suerte de correrla será una prueba inolvidable.

Nostalgia, mucha nostalgia es lo que sentí cuando vi pasar la prueba casi llegando al kilómetro tres, en El Sotillo, junto a la Iglesia, en lo que era el final de la primera gran subida. El agua arreciaba. Primero pasó el etiope -ganador de este año-. En este punto llevaba consumidos un poco más de ocho minutos y ya les sacaba a un segundo grupo más de 300 metros. Iba suelto, como si la lluvia no le afectase y el esfuerzo tampoco. Otra cuestión era ya el gran pelotón,  que no solo acusaba la fuerte subida, sino también los efectos del agua.

El resto de la prueba la seguí por el Canal 8. Bien, muy bien, para los pocos medios puestos en juego, salvo un pequeño desfase de tiempo en la emisión. Ver la entrada en la meta de algunos de mis amigos que han estado preparando la prueba como yo desde noviembre hasta hoy, me ha resultado muy grato. No obstante, la climatología y la concurrencia de otras pruebas atléticas en este mismo día se han dejado notar este año. Había menos ambiente, lo mismo que la noche del día anterior por las calles de Segovia.

La lluvia no ha permitido comprobar si el cambio de recorrido de la prueba tiene mayor aceptación entre los segovianos. Era un día para quedarse en casa, y así lo hicieron muchos de ellos habituados a ver el paso de los corredores. No obstante, en próximas ediciones se debiera recuperar el paso por Nueva Segovia, al menos por el entorno de las calles del pabellón Pedro Delgado. Se lo merecen, y la Media no puede dar la espalda al principal barrio de la ciudad.

Yo, la VIII, espero poderla correr. Si me respeta el trabajo, y no me rompe durante el último mes el ritmo de entrenamiento, y el lumbago. Hoy sentí mucha nostalgia. Necesitaba mojarme y sentirme uno más de los muchos corredores y corredoras que hoy disfrutaron corriendo de las maravillosas vistas panorámicas de nuestra ciudad y de calor de sus gentes.