El último Consejo de Ministros ha aprobado la creación de una comisión
de expertos para la reforma tributaria. El compromiso con Bruselas es
presentarla en marzo antes de 2014 para aplicarla en 2015. El PP prometió en
las elecciones bajar los impuestos y ha hecho todo lo contrario desde el primer
momento, a pesar de que uno de los pilares de su campaña fueron las fuertes
críticas al PSOE por su política fiscal que en esos momentos sustentaba la
acción de gobierno.
El PP, desde que gobierna, ha practicado una política fiscal que se ha
caracterizado por la subida de casi todas las tasas e impuestos que
confeccionan el elenco tributario español, bajo el pretexto del equilibrio
fiscal. La última apenas 15 días cuando el Ejecutivo dio el visto bueno a las
nuevas tasas del tabaco, alcohol y el tributo de los aires acondicionados.
El PP subió los impuestos en 2011, nada más llegar al Gobierno: aprobó
el IRPF, un aumento que en principio iba a ser temporal, pero que se ha quedado
permanente; subió el IBI, el gravamen sobre las rentas del ahorro y el tabaco
unas cuantas veces. En 2012 subió el IVA, el impuesto de sociedades y los
impuestos a las empresas energéticas. Y en 2013 la senda ha sido idéntica: se
ha suprimido la desgravación de la vivienda en el IRPF y se ha impuesto un
gravamen del 20 por ciento a las ganancias de lotería superiores a 2.500 euros.
A ello se suma este año el ya mencionado incremento de las tasas.
Aún así, el ministro de Hacienda nos recuerda reiteradamente su
voluntad de bajar los impuestos, a la vez que recuerda que ahora no hay margen
para el ajuste fiscal. El Gobierno juega con una ambigüedad calculada igual que
hizo el PP en campaña. El doble mensaje se complementa con la ortodoxia que día
a día nos intenta hacer creer la Fundación FAES como gran ariete de la doctrina
liberal.
Aznar –presidente de FAES- no solo reclama al Sr. Rajoy que cumpla el
programa electoral y baje impuestos. No, va más allá. Recientemente ha
presentado una propuesta de reforma fiscal que no tiene nada que ver con lo que
está haciendo el Gobierno. FAES se anticipa e intenta marcar la senda de la
reforma fiscal que ha encargado el Ejecutivo a la comisión de expertos.
El documento de FAES propone reducir el IRPF a tres tramos y colocar el
IRPF máximo en el 40 por ciento, que el PP subió al 52 por ciento nada más
llegar al Gobierno. Y ello lo justifica en que el sistema fiscal español es
tremendamente injusto y son las clases medias asalariadas quienes más lo están
sufriendo. A su vez, FAES propone bajar el tipo del impuesto de sociedades
entre el 20 y el 25 por ciento, otra promesa electoral que Rajoy ha olvidado. Y a ello se suma la supresión
del impuesto del patrimonio y la reducción de la imposición del ahorro.
La política fiscal de FAES es una enmienda a la totalidad de la
política fiscal del Gobierno de Rajoy. Se da la circunstancia de que quien ha
presentado el informe de FAES es el diputado y presidente de la Comisión de
Hacienda y Administraciones Pública en el Congreso de los diputados, el Sr.
Elorriaga, compañero mío en la comisión, al que por cierto no he visto nunca
votar en contra de las propuestas del Gobierno en política fiscal.
¿A qué juega el PP? ¿A quién quiere engañar? En una coyuntura como la
que nos encontramos, una bajada de impuestos solo serviría para profundizar más
en la brecha fiscal. La bajada de impuestos únicamente permite reactivar la
economía cuando ésta crece, y crece con fuerza. Así lo hizo Zapatero. Solo en
ese caso el descenso de impuesto puede tener un factor multiplicador y recaudar
más. Pero no se dan las circunstancias y Aznar, que ha sido presidente del
Gobierno, lo debiera saber. Pero está en otra táctica: el engaño. Lo mismo que
hizo su partido en la campaña electoral de 2011, siendo perfectamente
conocedores de las difíciles circunstancias por las que pasaba y pasa nuestro
país.
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