Aparcar en el Hospital General de Segovia durante la
mañana es un acto imposible. Lo es desde hace mucho tiempo, pero aún más desde
la puesta en marcha en estos días del aparcamiento de pago. Caos por doquier:
accesos colapsados a la hora de entrada con colas que se extienden hasta la
ciudad; personal sanitario y enfermos que no llegan a su cita; coches en las
cunetas y que dificultan la movilidad. Y todo ello con un solo objetivo:
recaudar y generar retornos para la empresa concesionaria.
La situación que se está produciendo era previsible.
En la pasada legislatura, en el propio aparcamiento, ya denunciamos y exigimos
una solución al problema el secretario autonómico del PSOE en aquel momento,
Óscar López, el procurador autonómico
Octavio Cantalejo y yo mismo, como secretario provincial de nuestro partido en
Segovia. Este mismo año la procuradora socialista Ana Agudíez defendió una
Proposición No de ley para evitar lo que se está produciendo. Sin embargo, la
mayoría absoluta y prepotencia del PP les han hecho persistir en su error. Hoy
las consecuencias lo pagan los segovianos.
El aparcamiento de los hospitales constituye una
prolongación de la prestación asistencial. Un servicio necesario, tanto más
cuanto el hospital es un centro de referencia para poblaciones que no tienen la
posibilidad de acceso mediante transporte público, como es el caso del medio
rural, por lo general. Tal y como ocurre en Segovia. Cuando un enfermo o sus
familiares utilizan el aparcamiento de un hospital no lo hacen por capricho. No
les queda más remedio. A diferencia del aparcamiento de las estaciones
ferroviarias en los que sus usuarios lo utilizan para estacionar su automóvil durante
un viaje por motivos laborales, de estudio u ocio. En el hospital no. El pago
del aparcamiento deviene en una especie de impuesto sobre la enfermedad. El
Gobierno del PP en la Junta es consciente de ello, pero demuestra así su bajasensibilidad y respeto a los ciudadanos.
Las plazas del actual aparcamiento del Hospital
General suman 590, de las cuales 240 se destinan al propio personal del centro,
claramente insuficientes para los más de 600 trabajadores en el turno de
mañana, pero además se debe tener en cuenta que solo el número de consultas
diarias ronda las 800 y las pruebas clínicas las 1.500. La capacidad instalada
es claramente insuficiente para atender la demanda. El precio de 0,80 €/H, o de
8 €/día para el público en general es la gota que colma el vaso. En un momento
de crisis como el actual las familias medias segovianas no se lo pueden
permitir, pero además comprueban atónitos como tanto en la tarde como en la noche,
cuando no hay problemas para aparcar, si quieren hacerlo han de pagar. El
precio del aparcamiento no es una medida para regular su uso en la mañana, sino
para recaudar. Y aunque tuviese ese cariz no serviría de nada porque la demanda
supera con creces la oferta. Para lo que sí ha servido ha sido para impulsar el
caos.
En estos días de pago del aparcamiento se han puesto
de manifiesto otras carencias. Es urgente reformas los viales y mejorar el
acceso de pacientes a la policlínica. Los accesos a la ciudad y a las
carreteras colindantes presentan cuellos de botella y problemas de seguridad. Y
la limitación del propio aparcamiento del hospital tiene una limitación mayor,
su incapacidad para ser ampliado al
haber calificado la Junta los terrenos colindantes como rústicos
protegidos, lo que requería modificar las Directrices de Ordenación del
Territorio.
La Junta debe revocar lo antes posible esta medida a
la vez que iniciar un proceso de planificación serio y riguroso que permita diseñar
y ampliar un aparcamiento con un número de plazas capaz de dar respuesta a las
necesidades reales a presente y futuro, así como modificar los viales y accesos
para modificar su accesibilidad y seguridad.
Pero si a alguien perjudica en especial el
aparcamiento de pago es a las personas que viven en el medio rural. La mayor
parte de ellas no tiene otro medio de trasporte alternativo para llegar hasta
el hospital que el coche, aunque este mismo problema se puede presentar en la
ciudad y su entorno. La medida vuelve a discriminar, una vez más, a las
personas que habitan en el medio rural, suponiéndoles un sobrecoste que es un
auténtico impuesto sobre la enfermedad.
Peor no se puede hacer. El SACYL, o la Junta sin lo
prefieren, no sabe dónde está ni dónde va. La actuación del aparcamiento del
hospital de Segovia es un despropósito que pone de manifiesto una gestión
cortoplacista y sin altura de miras. Los socialistas segovianos seguiremos trabajando
para que este error se rectifique. Plantearemos diversas iniciativas en las
instituciones, tanto en las Cortes de Castilla y León, como en la Diputación Provincial
y daremos la batalla en los medios de comunicación. A la vez que invitamos al
portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Segovia y a CCOO a crear una
plataforma en defensa de los afectados por la utilización del aparcamiento.
Experiencia tienen, aunque con menor motivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario