A raíz de la última sentencia
europea que declaraba ilegal el “céntimo sanitario” y obliga a su devolución,
el Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes de Castilla y León ha
presentado una PNL para retirar el tramo autonómico del Impuesto de
Hidrocarburos, los 4,8 céntimos de euros que se gravan a los carburantes de
Castilla y León. La Junta
lo ha rechazado.
El descenso de las ventas de
carburantes en Castilla y León, a raíz de la entrada en vigor del gravamen, ha
sido notable. Por cada 1.000
litros de gasóleo que ya no se repostan la Comunidad deja de
ingresar 324 €. Se han recaudado 86 billones de euros en 2012, pero la medida
ha supuesto una pérdida de 440 millones desde su puesta en funcionamiento en
2012. El gran perdedor ha sido el sector de hidrocarburos de Castilla y León.
Son muchos los castellanos que repostan en las gasolineras de las provincias limítrofes,
en las que no se aplica la medida. Lo mismo ocurre con los automovilistas de
paso. Procuran no echar gasóleo o gasolina en esta región.
Lo sorprendente es el
posicionamiento del Grupo Popular y de la Junta. El balance fiscal es claro y, sin embargo,
se niegan a revertir la medida. Los populares, en materia fiscal, son conversos
y cínicos. Predican una cosa y hacen otra, como hemos podido comprobar en estos
dos años de Gobierno del PP: han subido 50 impuestos y ahora nos anuncian una
reforma fiscal mediante la que prometen que van a bajarlos. Es difícil
creerlos. Más cuando tienen la desfachatez de culpar del problema del
“centimazo” al PSOE. ¡Hace falta tener cara! Pero sobre todo falta de respeto a
los castellanos y leoneses. El Gobierno del PP en la Junta practica la “santa
desvergüenza” en su acción política. Los hechos ahí
están.
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