La Fiscalía del Tribunal Supremo ha archivado la denuncia que la
diputada del PP por Segovia, Beatriz Escudero, había formulado contra mi
persona a raíz de preguntarle públicamente si había cobrado 36.000€ del PP
mientras desempeñaba en la oposición la Portavocía de su partido en el Ayuntamiento de
Segovia. Efectúe esa pregunta ante una información no constatada por mi parte,
cuya fuente era el propio PP; y la respuesta por su parte fue afirmativa,
aunque cargada de ira e infamias hacia mi persona.
Este hecho ponía de manifiesto, una vez más, la abundancia
de recursos de los que ha dispuesto el PP, lo que presuntamente da visos de
credibilidad a la declaración del extesorero popular Luis Bárcenas ante la Audiencia nacional,
cuando afirmaba que en cada sede del PP se disponía de una ‘caja B’. Más si
tenemos en cuenta el despliegue electoral que ha venido haciendo el PP en
Segovia, como pudimos comprobar en la campaña de las municipales a las que se
presentó la citada portavoz. Esta era el objeto de mi pregunta, y no otro; y
mucho menos inmiscuirme en los datos personales de la actual diputada. Por los
que no tengo ningún interés, ni me importan.
La Sra. Escudero, a raíz de mi pregunta, montó un
circo mediático. Convocó a los medios de comunicación segovianos a las puertas
de la Audiencia Provincial
y llegó a decir barbaridades, como que “Juan Luis Gordo había tenido acceso y
utilizado sin autorización datos suyos que solo conocía la Agencia Tributaria”,
o a alertar de que “cualquier ciudadano está expuesto a que señores como el
señor Gordo puedan espiarle de maneras que no son legales”. Iba buscando la
notoriedad que no consigue con sus acciones políticas y su dedicación a
Segovia. Y lo consiguió. Basta hacer un repaso por la hemeroteca para darse
cuenta que la mentira, la frivolidad y la farándula es algo que algunos medios
segovianos compran con mucha facilidad, aunque ello vaya en detrimento de su
profesionalidad. Los espectáculos circenses –con mi respeto a los trabajadores
del circo- venden bien, algo que también se comprueba día a día en el Congreso
de los Diputados.
Las declaraciones de Escudero atentaron de forma clara
contra la dignidad de mi persona y mi propia imagen. Son gravísimas. Por eso he
pedido a la Sra.
Escudero que, por una cuestión de dignidad, también suya,
pida disculpas públicamente. Estaría legitimado para presentar una denuncia por
sus declaraciones por atentar contar mi dignidad e imagen personal, pero no lo
voy a hacer. Nunca he sido partidario de judicializar la política. Y he de
entender que sus declaraciones se hacen en un contexto político, al igual que
la pregunta que le formulé públicamente. Aunque en política no vale todo. Sin
embargo, me temo que Escudero no distingue el plano personal del plano de la acción
política; o bien, sus ansias de notoriedad lo superan todo, lo que le lleva a
traspasar líneas rojas…
Se da la paradoja de que la Sra. Escudero
conocía el archivo de la denuncia desde hacía tiempo y, sin embargo, lo ha
ocultado deliberadamente, lo que representa una falta de respeto a los
segovianos. Ella, como magistrada suplente que ha sido –aunque fuese poco
tiempo y nombrada a dedo-, sabe que el procedimiento de las diligencias no está
reglado y se ha aprovechado de ello. Sabía que a mí no se me trasladaría
comunicación alguna sobre la situación del procedimiento, a pesar de ser la
parte afectada, como así ha sido. Una
actuación torticera que pone de manifiesto una detestable actitud política.
Ahora solo falta que la diputada popular en lugar de jugar
a las guerrillas se dedique a lo que se tiene que dedicar: a la defensa de los
intereses de Segovia y de los segovianos. Lo que no ha hecho a lo largo de la
legislatura, y a estas alturas del curso político no creo que haga. Está más
pendiente de ella y de su partido que de la circunscripción por la que tiene el
escaño.
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