De desastre en desastre hasta la batalla final. Este podría ser el
epitafio de Segovia 21. ¡Esperemos que no!
La sociedad Segovia 21 fue constituida en julio de 2002 con el capital
proveniente de la aportación de suelo –tras sucesivas ampliaciones de capital
se ha dispuesto de más de un millón de metros cuadrados- de la Diputación
provincial de Segovia, parte de un monte de utilidad pública, de la finca
Quitapesares. Se necesitaba un apoyo económico y, “¡bingo!”, apareció Caja Segovia
y también un socio empresarial, entrando a formar parte la Cámara de Comercio
para la gestión de un proyecto urbanístico. En los primeros días de abril de
2014, su administrador único desde septiembre de 2012, la sociedad Verae, cuyo
representante es miembro del comité ejecutivo del PP en Segovia, ha presentado
ante el juzgado un preconcurso de acreedores de Segovia 21.
Es evidente que se está intentando evitar o retrasar el concurso,
que tendría como consecuencia el nombramiento de una administración concursal y
la retirada de las facultades a los actuales administradores; es decir,
la pérdida del control total de la sociedad. Pero, por otra parte, están
procurando no caer en responsabilidades como administradores. Hay que tener en
cuenta que el incumplimiento del deber de solicitar la declaración de concurso
se considera como una actitud dolosa o de culpa grave, que puede ocasionar
penas de inhabilitación y de responsabilidad civil por los daños causados para
los administradores.
A todos los segovianos de buena fe nos ha de preocupar la posible
situación concursal en la que puede derivar Segovia 21 por no poder hacer
frente de forma generalizada a sus deudas en los próximos tres meses. Este
proyecto empresarial, en el que nunca se debió meter la Diputación Provincial
de Segovia, puede conllevar la pérdida de todo o parte del capital público
aportado para el desarrollo del proyecto. Todos los segovianos perderíamos
parte de nuestro patrimonio común. Un patrimonio que se ha puesto al servicio
de intereses privados y en cuya gestión ha habido ineficiencias, abusos y
actuaciones irregulares de sus gestores. El peor ejemplo de cómo debe administrarse
el patrimonio público.
La gestión de la sociedad ha tenido dos etapas. Una primera, entre 2002
y 2012, en la que el gestor de la sociedad era la empresa Fomento Territorial
–auténtico promotor del proyecto-, percibiendo por ello una retribución anual
de 600.000 euros más el 3,7 por ciento de los inmuebles vendidos. La sociedad
contaba, a su vez en este periodo, con un consejero delegado – el presidente de
Caja Segovia y anterior presidente de la Diputación- y un director general
–jefe de Gabinete del anterior en su etapa en la Diputación-, con retribuciones
más que notables. A su vez, se dotó de un Consejo de Administración, presidido
por el presidente de la Diputación y un conjunto de notables, mayoritariamente
afiliados al PP, y del que formaba parte el portavoz del PSOE en la Diputación
hasta 2007, aunque en este caso siempre, según él, a título personal. Por lo
tanto, una triple administración pero bajo el control y la supervisión del PP.
Desde 2008, año en el que tomé posesión como secretario general del
PSOE, puedo dar fe que el PSOE no tuvo ninguna información sobre la sociedad, a
pesar de las peticiones y denuncias que hemos formulado tanto públicas como
privadas, tras realizar un estudio por nuestra parte de la evolución
patrimonial y jurídica con los datos públicos conocidos.
Esta etapa se caracterizó por el oscurantismo practicado en relación a
este tema por el presidente del Consejo de Administración y a su vez presidente
de la Diputación, perteneciente al Grupo
Popular. No solo no se facilitaba información, sino que se escondía. Se da la
circunstancia de que el presidente de la Diputación de ese momento rendía
pleitesía al entonces y actual presidente del PP y de la Diputación, a la vez
que presidente de la Sociedad Segovia 21, refiriéndose a él en actos
institucionales como “mi presidente”. Hemos de tener la presunción de que el
entonces y actual presidente del PP estaba perfectamente informado de todos los
planes y actuaciones de Segovia 21.
En la segunda etapa, iniciada en 2012, el presidente actual de la
Diputación y también presidente del PP, desde antes de constituirse Segovia 21,
da un golpe de mano y designa Administrador único a la empresa del asesor
jurídico del PP en Segovia. Esta empresa se constituyó en 2012 y está
especializada en Administración Concursal –según ellos-. La gestión conlleva
una contraprestación de 140.000 euros anuales, según dicen, y un variable
asociado a cuantos litigios tenga Segovia 21, conforme el baremo del Colegio de
Abogados. La adjudicación se realizó incumpliendo el proceso de licitación
pública requerida, tal y como señala la ley, al contar la sociedad con una
participación mayoritaria de capital público. O sea, “a dedo”.
En la primera etapa referida, se dio un destino privado a bienes
inmuebles de una administración pública, descatalogando por fases la finca de
Quitapesares, incluso una parte como Monte de Utilidad Pública –actuación de
dudosa legalidad-, amparada por la Junta de Castilla y León con un evidente
ánimo de lucro en beneficio de entidades privadas y con un grave perjuicio
público para el patrimonio de la Diputación Provincial, como consecuencia de la
venta sin licitación pública de una parte de su participación en Segovia 21 a un precio sustancialmente
inferior al valor real de las acciones de esta sociedad. En concreto, se estima
una pérdida patrimonial de la Diputación superior a seis millones de euros,
como he venido denunciando reiteradamente en diversa entradas en este blog
desde 2009. El PP, para callar críticas,
repartió unos beneficios con un plan extraordinario para la provincia.
La empresa responsable de la gestión cobró en este tiempo más de 10
millones de euros, de los cuales más de cuatro han sido abonados indebidamente,
según sentencia judicial reciente. Se da la circunstancia de que esta empresa
ha aparecido en los informes de la Agencia Tributaria de la presunta trama de
financiación irregular del PP (Gürtel) ligada a las actividades del antiguo
diputado popular Sr. Merino y su cónyuge.
En la segunda etapa de gestión, el presidente de la Diputación en lugar
de asumir y coger las riendas de la sociedad para hacer frente a la situación
–la Diputación cuenta con el 75 por ciento del capital- ha designado, como he
comentado, un administrador único con atribuciones de administración y
dirección. Ello conlleva la pérdida de control y dirección por parte de la administración
pública titular. Una decisión política que tiene como objetivo eludir las
responsabilidades que se deriven de la mala gestión pasada y presente de
Segovia 21.
El pasivo de Segovia 21 en estos momentos se acerca a 25 millones de
euros, de los cuales casi 14 y medio son “exigible a corto”. Esta situación no
ha impedido al presidente del PP y de la Diputación “tirar balones fuera”. Para
legitimar su situación y responsabilidad ha presentado una demanda ante la
Fiscalía, que sabía que se iba archivar, como así ha sido, responsabilizando a
todos los consejeros que el destituyó de la situación. Al más genuino estilo PP,
ha reprobado la gestión de Segovia 21 y ha hecho todo lo posible por visualizar
que el problema fue de quienes crearon la sociedad, pero a su vez buscó la
fórmula para salvar su responsabilidad jurídica. Todo ello a pesar de que él
era ya en ese momento presidente del PP y por tanto “piedra angular” del
proyecto. ¡Increíble!
Pero el tema no acaba ahí. En este tiempo y bajo las directrices de su
asesor jurídico del partido, ahora administrador a buen sueldo de Segovia 21, se
han embarcado en este último año en un proyecto de ingeniería financiera para
que la ‘Faisanera Golf SLU’, sociedad filial de Segovia 21, pueda recibir 6,9
millones de euros de la Junta de Castilla y León a través de la Diputación, y
presentar el ‘salón de actos’ a construir en el patio de la Casa Club de la
Faisanera del complejo Segovia 21 como el ‘palacio de congresos’ que prometió
el presidente Herrrera a Segovia. Su auténtica intención es sanear la sociedad
Segovia 21. En este proyecto han contado con el apoyo de la consejera de
Agricultura, quien tiene una amplia experiencia en la aplicación de fondos
públicos a proyectos privados como hemos podido comprobar en Segovia con el ‘Centro
Ecuestre de Castilla y León’.
En estos momentos, para desgracia de todos los segovianos, Segovia 21
carece de un “plan de viabilidad comercial” para la venta de inmuebles y de la
explotación del campo de golf, y de un “plan de viabilidad económico-financiera”,
como se constata del control que el Grupo Socialista de la Diputación ha venido
efectuando en las cinco reuniones que se han tenido hasta el momento desde que
tomó las riendas el actual presidente de la Diputación, así como de la
información facilitada.
Verae, el Administrador Único, “está más perdido que las maracas de
Machín”. Su dedicación a la actividad es a tiempo parcial, a modo de gestoría. Con
una correcta comercialización hubiesen conseguido dar salida a gran parte de
las 26 viviendas que estaban pre-vendidas y ampliado la venta. El emplazamiento
es maravilloso y un determinado segmento de clientes ajeno a la crisis puede
estar garantizado, como era la idea original del proyecto, aunque algunos no
nos guste; en materia viabilidad económica-financiera los planteamientos y el
análisis dejan mucho que desear. Se echa en falta una visión más amplia y
extensa que suele dar la experiencia que podría contribuir de manera decisiva a
la viabilidad de un proyecto mal gestionado.
La actuación del Administrador Único se orienta a optimizar su cuenta
de resultados, la de la sociedad Verae, mediante la búsqueda de la retribución
“variable” recogida en su relación contractual. Para ello, y dado que su
contrato conlleva el cobro de cuantos litigios tenga la sociedad, han litigado,
espero que por voluntad propia, contra diestro y siniestro, al menos así se
aprecia contrastando los hechos. En estos momentos se están gestionando los
siguientes litigios: denuncia a los anteriores administradores; impago de los
contratos resueltos; denuncia de la licencia de primer uso dada por el
Ayuntamiento de Palazuelos en contra de las condiciones impuestas por el
director de obra; recepción de la urbanización de la parcela dónde se
encuentran las viviendas; discrepancias con compradores… Es la consecuencia de
asociar renta por actividad a litigio. El presidente de la Diputación lo debe
estar comprobando día a día.
En la gestión de Segovia 21 solo parece interesar aquellas áreas de
negocio que demuestran cierta viabilidad, como es el caso de La Faisanera Golf,
escindida de Segovia 21 y propiedad en su totalidad de la Diputación. Y, sobre
todo, llevar a la sociedad a un concurso de acreedores para evitar el pago de
intereses a Bankia, cuyo pasivo supera los 15 millones de euros y genera una
fuerte carga de intereses. A la vez, que cargar las tintas del desastre sobre
el anterior Consejo de Administración, como si no hubiese subrogación de
obligaciones y derechos.
Ante este panorama, el presidente de la Diputación no puede estar ajeno
ante la situación de Segovia 21. Tiene que asumir sus responsabilidades y la
dirección del proceso de negociación que ahora se abre, para defender el
patrimonio de la institución y evitar la pérdida de capital público que
pertenece a todos los segovianos.
Superado este trance es el momento de diseñar con solidez un “plan de
viabilidad comercial” y un “plan económico-financiero”, entre otros, que permita garantizar el futuro de los
recursos públicos puestos en juego en este proyecto. Un proyecto que ha de ser
de todos. Para ello se ha de contar con el concurso de auténticos expertos y
buscar nuevas fórmulas de organización que permita asignar a las partes el
papel que les ha de corresponder: a los políticos, la política y el control de
lo público con transparencia y neutralidad; y a los técnicos la gestión y el
desarrollo de proyectos de negocio con sujeción de sus rentas a los resultados
alcanzados y a los controles oportunos para garantizar su viabilidad.
La posición de los socialistas segovianos con respecto a la sociedad
Segovia 21 es clara, y creemos que es necesario dar los siguientes pasos:
Primero. Salvar el concurso de acreedores y pedir
al Presidente de la Diputación que se ponga al frente y recupere el control y
dirección de la sociedad Segovia 21.
Segundo. Trabajo conjunto de todas las fuerzas
políticas en la Diputación para evitar pérdidas patrimoniales y conseguir
rentabilizar las inversiones realizadas al objeto de conseguir retornos para aplicarlos
en los municipios segovianos.
Tercero. Rescindir el contrato con Verae como
Administrador Único
Cuarto. Encargar a una entidad experta de
experiencia contrastada –y no a amiguetes- un “Plan de Empresa”
Quinto. Ir a una “gestión indirecta” en términos
administrativos, si así lo aconsejase el Plan
de Empresa.
Sexto. Selección, en su caso, de una entidad con
solvencia técnica, basándose en los planes de acción presentados: “Plan de
viabilidad comercial”; “Plan económico-financiero”; “Plan de Organización”;
“Contraprestaciones”. La gestión se ha de efectuar a riesgo y ventura. La
selección se ha de efectuar conforme a los principios de publicidad y
trasparencia.
Séptimo. La Diputación ha de establecer una
Comisión de Control de carácter político, con la participación y apoyo externo de
los técnicos especialistas que precise. Ha de efectuar un control de
actuaciones y hacer las propuestas al Pleno de las directrices de contratación
y gestión que ha de seguir, en su caso, la “gestión indirecta”. En ningún caso se trata
de un Consejo de Administración, sino de una Comisión informativa que eleva
propuestas al Pleno.
Solo con un trabajo ordenado, rigurosos y sistemático será posible
salvar el patrimonio que la Diputación ha puesto en juego en el proyecto de
Segovia 21 y que pertenece a todos los segovianos. Aprender de los errores del
pasado puede ser significativo de un importante avance, en especial para
quienes los han cometido. Los socialistas queremos mirar al futuro y lanzamos
la mano al PP para trabajar conjuntamente en un proyecto que debiera haber sido
de éxito para Segovia, pero que de momento no lo ha sido. Queremos evitar el
“epitafio” de Segovia 21 y darle muchos años de vida.
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