El próximo día 24 de mayo se celebrarán las elecciones autonómicas y
locales. Un día que movilizará a un alto porcentaje de la población a las
urnas. En ellas los ciudadanos elegirán la que consideren su opción de gobierno,
tanto en el ámbito autonómico como local. Y otros muchos posibles electores
decidirán no votar para manifestar su malestar con el sistema, su decepción con
todos o bien por simple desidia, que también los hay. Pero en todo este proceso hay un “previo”, y
además muy duro.
Si una etapa complicada tiene la acción política es la confección de
candidaturas municipales en los pequeños municipios. Segovia tiene 209, de los
cuales el 90 por ciento tiene menos de 1.000 habitantes. Elaborar una
candidatura es tarea ardua. Ya no sólo en los municipios pequeños, sino también
en algunos de mayor tamaño. Por otra parte, la despoblación y el envejecimiento
hacen estragos en Castilla y León. El furor de la Transición política ya pasó,
y son pocos los más jóvenes que se quieren comprometer y tienen generosidad
hacia lo público. ¡No saben lo que se pierden!
La vida política municipal es dura. Muy dura. Quienes alguna vez en su
vida han desempeñado el cargo institucional de alcalde o concejal conocen que
su perfil público desde ese día está expuesto a la crítica de todos sus
vecinos, y también en muchos casos a la incomprensión. Hagan lo que hagan. Y
mucho más en el caso de los alcaldes. Sin embargo, es una escuela de vida.
Ayuda a conocer la condición humana y es un buen aprendizaje en gestión.
Para elaborar una candidatura son muchos los afiliados y simpatizantes
de cada partido que día a día se ponen en contacto con amigos, conocidos o
personas que parecen tener inquietud pública. En la mayoría de los casos se
buscan los que mayor aceptación tienen. No siempre se consigue, y aún
consiguiéndolos los resultados son inciertos.
Creo que es una cuestión de justicia social reconocer el trabajo
desinteresado de quienes dedican mucho tiempo, trabajo, esfuerzo y financian
con su dinero la elaboración de candidaturas. Son la mayoría los que se mueven
en esta dinámica. En el PSOE de Segovia, el cien por cien. Ellos no hacen
candidaturas en coches oficiales como otros. Ni tienen la posibilidad de
prometer prebendas. Sufren, reciben el rechazo en muchos casos de sus
propuestas, pero se mueven por un ideal. Es “el previo”, un trabajo muy
desconocido y poco valorado.
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