domingo, 12 de abril de 2015

La IX Media Maratón de Segovia




Quiero hacer con este ‘post’ un homenaje, un año más, a todos aquellos que han organizado y participado en la Media Maratón Segovia. En realidad es un homenaje a mí mismo, también, pues el orgullo que se siente participando en otra edición es indescriptible. Un año más de salud y de pelea para poder estar ahí con las más de 3.000 personas que hoy han recorrido los 21,121 kilómetros por las calles segovianas.

El cambio de fecha se ha notado. La mañana era primaveral, y a pesar de que no apretaba mucho el calor, sobraba ropa. El chubasquero para protegerse del frío de la mañana en la línea de salida ya molestaba. Pero sobre todo en la carrera. Acostumbrados a correr con temperaturas cercanas a cero en otras ediciones, la de hoy nos ha pasado factura. Los 12º y la presencia de un sol picajoso algunos lo hemos notado.

El recorrido es duro, a la vez que variado. Sólo la belleza monumental invita a inscribirse y no exime del sufrimiento. Yo he de confesar que lo he pasado mal. He tenido la tentativa de retirarme, en especial a partir del kilómetro 18. Es una media maratón a la que hay que llegar con los deberes hechos, o, de lo contrario, se sufre. Salir a entrenar dos días por semana y no sobrepasar los 12 kilómetros, sin hacer series tiene sus consecuencias.

Los primeros kilómetros han sido muy rápidos. El grupo con el que me movía iba por debajo de los 5 km/min. La cuesta de Santo Domingo pone a cada uno en su sitio. Y una vez alcanzada la Plaza es coser y cantar, si se sabe adecuar el ritmo a las fuerzas de cada uno, y gestionar bien la subida por José Zorrilla. Para muchos el problema son los 10 primeros kilómetros. Esta carrera es muy dura y quienes piensan en una media maratón con perfil medio se equivocan, como nos equivocamos otros al sobrevalorar nuestra preparación.

El público, excelente. En todo el recorrido. En el Azoguejo y en la subida por la Calle Real parecía que te estaban empujando. Lo mismo que en la subida a José Zorrilla y en la entrada por Fernández Ladreda. Creo que había bastante más personas que otros años. Después la animación. Las dulzainas en Vía Roma y en el Cervantes daban un colorido especial, al que se unía el coro de la Puerta de Santiago. De diez.

Y, por último, el ambiente por la calle. Después de la Media todo estaba repleto. Muy difícil aparcar y los bares y restaurantes llenos. He tenido la suerte de encontrarme con viejos amigos que acompañaban a un familiar que siempre viene a correr. Esta escena se repetía en muchas de las personas que visitaban hoy la ciudad. El turismo deportivo vende y crea riqueza en nuestra ciudad. Un año más hemos podido comprobarlo. Ahora sólo queda emprender la preparación para la décima. Tengo que superar los 2h:7m. y volver a las 2:00 h. Estoy seguro de que lo conseguiré, aunque con un año más; eso espero.        






1 comentario:

Anónimo dijo...

Ha sido una carrera excelente, en los sitios que habia gente se ponian los pelos de punta, quizá al final faltaba un poquito de ambiente que es cuando más falta le hace al corredor. Una media exigente que como bien dices si no se gestiona bien el ritmo lo pagas.