Quiero hacer con este ‘post’ un homenaje, un año más, a todos aquellos que han organizado y participado en la Media Maratón Segovia. En realidad es un homenaje a mí mismo, también, pues el orgullo que se siente participando en otra edición es indescriptible. Un año más de salud y de pelea para poder estar ahí con las más de 3.000 personas que hoy han recorrido los 21,121 kilómetros por las calles segovianas.
El cambio de fecha se ha notado. La mañana era primaveral, y a pesar de
que no apretaba mucho el calor, sobraba ropa. El chubasquero para protegerse
del frío de la mañana en la línea de salida ya molestaba. Pero sobre todo en la
carrera. Acostumbrados a correr con temperaturas cercanas a cero en otras
ediciones, la de hoy nos ha pasado factura. Los 12º y la presencia de un sol
picajoso algunos lo hemos notado.
El recorrido es duro, a la vez que variado. Sólo la belleza monumental
invita a inscribirse y no exime del sufrimiento. Yo he de confesar que lo he
pasado mal. He tenido la tentativa de retirarme, en especial a partir del
kilómetro 18. Es una media maratón a la que hay que llegar con los deberes
hechos, o, de lo contrario, se sufre. Salir a entrenar dos días por semana y no
sobrepasar los 12
kilómetros, sin hacer series tiene sus consecuencias.
Los primeros kilómetros han sido muy rápidos. El grupo con el que me
movía iba por debajo de los 5 km/min. La cuesta de Santo Domingo pone a cada
uno en su sitio. Y una vez alcanzada la Plaza es coser y cantar, si se sabe
adecuar el ritmo a las fuerzas de cada uno, y gestionar bien la subida por José
Zorrilla. Para muchos el problema son los 10 primeros kilómetros. Esta carrera
es muy dura y quienes piensan en una media maratón con perfil medio se
equivocan, como nos equivocamos otros al sobrevalorar nuestra preparación.
El público, excelente. En todo el recorrido. En el Azoguejo y en la
subida por la Calle Real parecía que te estaban empujando. Lo mismo que en la
subida a José Zorrilla y en la entrada por Fernández Ladreda. Creo que había
bastante más personas que otros años. Después la animación. Las dulzainas en
Vía Roma y en el Cervantes daban un colorido especial, al que se unía el coro
de la Puerta de Santiago. De diez.
Y, por último, el ambiente por la calle. Después de la Media todo estaba
repleto. Muy difícil aparcar y los bares y restaurantes llenos. He tenido la
suerte de encontrarme con viejos amigos que acompañaban a un familiar que
siempre viene a correr. Esta escena se repetía en muchas de las personas que
visitaban hoy la ciudad. El turismo deportivo vende y crea riqueza en nuestra
ciudad. Un año más hemos podido comprobarlo. Ahora sólo queda emprender la
preparación para la décima. Tengo que superar los 2h:7m. y volver a las 2:00 h.
Estoy seguro de que lo conseguiré, aunque con un año más; eso espero.
1 comentario:
Ha sido una carrera excelente, en los sitios que habia gente se ponian los pelos de punta, quizá al final faltaba un poquito de ambiente que es cuando más falta le hace al corredor. Una media exigente que como bien dices si no se gestiona bien el ritmo lo pagas.
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