Castilla y León
necesita mirar con esperanza a su futuro. Los 28 años de gobierno del PP en la
Junta no han servido para dar respuesta a los grandes problemas estructurales
que tiene nuestra Comunidad; y los 14 años de Herrera, tampoco. Durante este
tiempo la Junta se ha puesto de perfil y ha maquillado sus acciones con una política
de gestos y propaganda. En este escenario,
la oposición no ha estado a la altura de las circunstancias. Se ha
dedicado más a sus cuitas internas que otra cosa.
Hoy la realidad
sociológica y política es otra. No se puede seguir gobernando y haciendo
oposición con viejos patrones ya obsoletos. El debate de investidura de esta
semana en la Cortes debiera abrir un antes y un después en la acción política
en esta tierra. La música de la puesta en escena de los dos actores principales
no desafinó, a la vez que marcó la diferencia con el resto. Abramos una puerta
al optimismo.
Herrera ha
demostrado ser un gran parlamentario y tener olfato político. Pero eso no
basta. Él, mejor que nadie, conoce los grandes retos de Castilla y León: la
despoblación, el éxodo juvenil, la falta de tejido industrial, la accesibilidad
y calidad de los servicios asistenciales en el medio rural, la minería o la
regeneración democrática requieren el concurso e implicación no solo de las diferentes
formaciones políticas e instituciones, sino también de la sociedad civil. No se
trata de problemas de corto plazo, sino de largo. Sin un plan consistente y un
consenso de acción no tendrán respuesta.
En los años de
gobierno de Herrera hemos visto mucho talante en su persona, pero no compromiso
de Comunidad. Ahora solo nos queda la fe. Los hechos ponen en entredicho su
credibilidad. Sin embargo, con una carrera política culminada en la que parece
su última legislatura, tiene una magnífica opción para pasar de las palabras a
los hechos.
La oposición
mayoritaria en esta legislatura se la juega. Tudanca debe hacer una oposición
firme a la vez que constructiva. Centrada en los grandes temas que demandan los
castellanos y leoneses, dejando las florituras para quienes practican una
política virtual. El PSOE debe ser la izquierda que atrae al centro, y para
ello necesita hacer propuestas sólidas y consistentes que empujen al PP a salir
de la inacción. El liderazgo, la unidad y el trabajo del Grupo Parlamentario y
del partido serán factores claves para ganar la confianza y respeto de los
ciudadanos. Los errores del pasado no suman para Castilla y León, y si se
cometen solo pueden conducir al ostracismo de
los socialistas.
El discurso de
investidura ha demostrado que no existe un proyecto claro de Comunidad en el
resto de las fuerzas políticas. Ciudadanos está perdido. Su salida natural
acabará siendo converger con el PP. No aportan nada. Lo mismo que UPL. Podemos
e IU en su línea, pero sin valor en sus propuestas para lo que necesitamos los
castellanos y leoneses.
Miremos al futuro
de nuestra Comunidad con esperanza. Herrera y Tudanca tienen la obligación de
entenderse en los grandes temas, a la vez que desarrollar sus papeles con
firmeza y compromiso anteponiendo los intereses de los castellanos y leoneses a
los de sus partidos. El paso del tiempo nos dará la respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario