sábado, 28 de noviembre de 2015

La sanidad como negocio



Si algo ha dejado patente el PP durante sus últimos cuatro años de gobierno ha sido su modelo sanitario. Ha debilitado el sistema sanitario público a favor de la asistencia y el aseguramiento sanitario privado. Tiene clara la hoja de ruta: potenciar progresivamente la sanidad privada y concertada, y adelgazar así el sistema público.

Para los populares los profesionales sanitarios son un lastre por la percepción que tienen de sus salarios, dedicación y productividad. Los recortes se han centrado en ellos. Y están dando pasos poco a poco para descapitalizar el sistema sanitario público en favor del privado. Un claro ejemplo lo tenemos en los 11 hospitales que ha promovido el PP en Madrid en su etapa de gobierno de esa Comunidad. Hoy, con ellos incluidos, Madrid tiene menos camas hospitalarias disponibles que cuando no existían. Gran parte de los grandes hospitales de Madrid están infrautilizados y el gasto fijo asociado sigue siendo el mismo, pero se ha potenciado el negocio sanitario de los grupos amigos.      

En esta última legislatura, mediante Real Decreto Ley, el Gobierno modificó unilateralmente el modelo sanitario acabando con el carácter universal de la sanidad pública, que pasó de reconocerse por razón de ciudadanía a ser un sistema de cobertura en función de estar asegurado. Según la información disponible de la Asociación para la defensa de la Sanidad Pública, seis millones de personas se han quedado fuera del sistema sanitario público. Y la calidad asistencial se ha resentido notablemente: las listas de espera han aumentado y la demora media también.

Durante estos años de Gobierno popular no se ha adoptado ninguna medida para hacer frente al gran reto que tiene el sistema: cambiar de un modelo asistencial de agudos a otro diferente, que de respuesta a la alta cronicidad de las patologías como consecuencia del envejecimiento y la gran dispersión del medio y bajas tasas de población del medio rural. Y eso pasa por potenciar la Atención Primaria y el desarrollo de las nuevas tecnologías. Tampoco para unificar la Cartera de Servicios en toda España.

Lo que sí que han hecho ha sido incrementar el copago farmacéutico y sacar fuera de la financiación 425 medicamentos. Sólo de los pensionistas se han recaudado por este concepto 870 millones de euros al año, cuando la subida de la pensión con su reforma no llega a los 300 millones de euros para los 9,5 millones de beneficiarios.  

Un vez más del PP recubre su gestión con la mentira. Se presentan como los salvadores de la sostenibilidad del Sistema gracias a su buena gestión, cuando fueron ellos quienes crearon en problema. En 2011, el PP gobernaba l2 comunidades autónomas de 17. Los deuda de 16.000 millones de euros de la que se negaron a informar hasta que no asumieron el Ejecutivo central era de sus gobiernos autonómicos mayoritariamente. Origen después del mayor incremento de déficit público de 2011, como consecuencia de su engaño y mentira.

También dicen haber hecho frente a la pérdida de 1.000 millones de euros ante la ausencia de facturación por la asistencia prestada a extranjeros en nuestro país. Lo que no dicen es que quienes tenían que remitir la facturación al Ministerio de Sanidad, y no lo hacían, para que se lo trasladase a los diferentes países, eran las 12 comunidades autónomas gobernadas por el PP. Menudo cinismo. Ellos crean el problema y cuando gobiernan aportan la solución.

Lo que tampoco ha hecho el PP durante su etapa de gobierno ha sido buscar consensos y mecanismos para garantizar la sostenibilidad del sistema y su eficiencia. Para ellos cuanto peor mejor, así está garantizado el negocio futuro en la sanidad.       
                                                                                                              

martes, 24 de noviembre de 2015

El salario de los segovianos bajo mínimos



El reciente Informe anual del Mercado de Trabajo y las Pensiones, publicado por la Agencia Tributaria, pone de manifiesto que el salario medio declarado de los segovianos se sitúa en 16.818 €, el más bajo de la Comunidad Autónoma, después de Ávila y Zamora. Un 8,6 por ciento por debajo del salario medio de los castellanos y leoneses, y un 9,5 por ciento del de los españoles, que ganan 1.602 € más al año de media.

Desde 2011 hasta 2015 el salario medio ha caído en Segovia 982 €, un 5,50 por ciento. Este es el efecto de la crisis, y también de las políticas de Rajoy. El PP llegó al Gobierno prometiendo que no subiría impuestos –subió hasta 50-, que reactivaría la actividad económica y mejoraría el nivel de renta: La realidad ha sido muy diferente. El salario medio de los españoles ha caído con el Gobierno del PP desde 2012 hasta 2015 en 682 €. 

Ha practicado una política de devaluación salarial que ha empobrecido especialmente a los asalariados más bajos. Una política salarial que merma el consumo, genera una sociedad dual y no reactiva la economía. Una política que no nos permite competir por los salarios con países emergentes, como China, India o Brasil. Una política de luces cortas que está abocada al fracaso.

Pero en estos años los grandes perdedores han sido los jóvenes, las mujeres y los que partían de niveles más bajos salariales o se han incorporado al trabajo en estos años. En Segovia hay 20.862 personas asalariadas que se encuentran en el tramo equivalente entre el 0 y el 1 del SMI –salario mínimo interprofesional, de 9.034€- con un salario medio anual de 1.800 € para los 13.124 que cobran menos del 0,5  del SMI; y un salario medio anual de 6.744 € para los 7.738 que perciben entre el 0,5 y el 1 del SMI. Trabajadores pobres o al borde de la pobreza. Mucho más si tienen cargas familiares o pagan hipotecas. Ellos no se encuentran en recesión. Están en crisis.

La brecha salarial entre hombres y mujeres en Segovia es notable. Hay una diferencia media anual de 1.073 € en contra del sexo femenino, un 6,3 por ciento del salario medio. Y en este tiempo se han limado diferencias, pero no porque haya crecido el salario de la mujer, sino porque ha disminuido el del hombre. Los 14.233 jóvenes asalariados segovianos comprendidos entre 26 a 35 años ganan 13.933€ de media al año, por debajo de la media de Castilla y León y de casi toda España.

Por sectores de actividad, los asalariados agrícolas son los grandes perjudicados, con 9.109 € de media anual. Muy lejos de la industria o el sector financiero. Un quinto de los 61.862 asalariados segovianos son funcionarios. Durante estos años han perdido progresivamente poder adquisitivo al congelarse sus salarios.

Está claro que necesitamos una política económica que prime la productividad y el crecimiento para crear riqueza, impulsar el consumo por el crecimiento de salarios y aumentar en bienestar. Estos cuatros años han sido perdidos.          




 

domingo, 22 de noviembre de 2015

Un mapa para ahorrar y proyectar el fracaso



La Junta de Castilla y León ha hecho público recientemente el nuevo mapa con el que quiere reordenar los servicios de su competencia en la Comunidad ante el fracaso de 28 años de Gobierno del PP en la Junta, que han sido incapaces de generar un tejido industrial que fije población, riqueza y proporcione un futuro próspero y de crecimiento económico a los castellanos y leoneses. 

Tienen la intención de establecer 176 zonas rurales, que se unen a las 15 áreas urbanas que se aprobaron a finales del pasado año. En el caso de Segovia, se han establecido 14 áreas rurales y una urbana.

Con esta nueva ordenación se pretende reducir costes para garantizar en el futuro el equilibrio entre ingresos y gastos de los sevicios que son competencia de la Junta, ante el déficit de ingresos existente. El consejero de la Presidencia eufemísticamente lo ha denominado: “búsqueda de más eficacia en la prestación de servicios”.

La realidad es que se trata de concentrar la prestación de servicios sanitarios, educativos, sociales, administrativos… en las cabeceras de comarca en las que ahora se sitúan mayoritariamente los centros de salud. Se utiliza la actual ordenación sanitaria como marco para la reordenación de servicios y núcleo de la prestación principal de los mismos. Con ello se espera reducir los recursos humanos necesarios y ahorrar costes.

Se trata de un proyecto a largo plazo. A pesar de que el proyecto de reordenación de estos servicios se extiende a tres años, una vez aprobado por las Cortes, nada se conoce de su desarrollo.  El mapa de Unidades Básicas de Ordenación y Servicios del Territorio (UBOST) por sí mismo no ofrece ni garantiza nada, y crea todo tipo de incertidumbres sobre la calidad y la accesibilidad a los servicios competencia de la Junta.

La reducción y concentración de efectivos irá acompañada un deterioro de los servicios y  una gran dificultad en la accesibilidad a los servicios, sobre todo desde los municipios más pequeños, dada el alto envejecimiento de la población y los problemas de movilidad hacia los centros de referencia. El sistema de transportes está muy lejos de dar respuesta a las necesidades de movilidad.



El nuevo sistema de ordenación pretende también reordenar las mancomunidades y las históricas comunidades de Villa y Tierra para la prestación de los servicios municipales. La Junta de Castilla y León asume el papel de liderazgo que debiera corresponder a las actuales diputaciones. Y abre una vez más el debate sobre el valor añadido que aporta esta administración local a la mejora y eficiencia de los servicios en el medio rural, más teniendo en cuenta su alta carga burocrática y costes asociados a la misma.
 

En ningún caso, los socialistas daremos un cheque en blanco sin garantías para el futuro de los servicios en el medio rural, ni condenaremos a sus vecinos a que se les trate como si fuesen ciudadanos de segunda, y confiamos que ningún representante de los segovianos lo haga.Nos tememos que este puede ser el primer paso para materializar la ReformaLocal de Montoro y suprimir las competencias de los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. 

El objetivo último es simplificar la administración autonómica y local para ahorrar costes. No tengan ninguna duda que si el PP no gobernase la mayor parte de las diputaciones de Castilla y León estaría gestionando su supresión. Las intenciones tácitas son preclaras. Y es que ya se sabe, en el PP se proyecta a El doctor Jekyll y el señor Hyde. 



  


domingo, 15 de noviembre de 2015

Nous avons tous à Paris



En un momento como este, toda la solidaridad con el pueblo y el Estado francés. Todos nos identificamos y nos sentimos vecinos de Paris, y sufrimos su desolación y el dolor de los familiares de las víctimas. Pero no están solos. Por eso les decimos: “Nous avons tous à Paris” (“Todos somos Paris”). A la vez que rechazamos rotundamente el atentado reivindicado por el Estado Islámico. Una barbarie indigna de cualquier ser humano, con independencia de su creencia e ideología. 

Es el momento de reivindicar los valores de la sociedad occidental del siglo XXI: la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, el respeto y el progreso. Los que nos han hecho avanzar y  progresar especialmente en las dos últimas centurias. Con ellos hemos alcanzado notables avances tecnológicos y sociales, y se ha generado enorme riqueza y bienestar. A la vez que ha disminuido la pobreza y reforzado la cohesión social. 

Este es el gran logro de nuestra civilización. Ya no vivimos en la Edad Media. La violencia no tiene cabida en este marco social. El diálogo y la democracia permiten superar las diferencias y resolver los conflictos. Respetamos cualquier ideología y creencia, o condición sexual, y convivimos con los diferentes sin problema, ayudándoles si es necesario. Solo pedimos que nos respeten.   

A lo largo de la Historia de la humanidad, las religiones han contribuido de manera decisiva a mantener el orden social mediante el establecimiento de unas pautas de conducta bajo la esperanza de ganar el más allá. También en su nombre se han cometido grandes atrocidades. Basta recordar las “cruzadas” cristianas o la “invasión árabe” de la Península Ibérica. Se mataba y degollaba en nombre de Dios o Alá para limpiar los territorios  invadidos de infieles. 

El laicismo progresivo de gran parte de la sociedad ha permitido abandonar el fanatismo religioso y avanzar en su progreso social. Pero esto ha ocurrido de forma asimétrica. El estancamiento económico, asociado a la forma de vida y de entender el progreso de parte de la sociedad musulmana, ha creado  grandes diferencias de riqueza con la sociedad occidental. Mientras unos tienes enormes dificultades para mantener su sostenibilidad económica y social, otros nadan en la abundancia y gozan de todos  derechos y libertades. Factores diferenciales que contribuyen a siembra el odio y el desprecio, aunque sea en nombre de Alá.

Sería deseable una solución política a este conflicto, pero es prácticamente imposible. El fanatismo no entiende de soluciones negociadas y menos colectivas. No hay interlocutor para buscar una solución. Tan solo queda protegerse con pactos de seguridad entre Estados y avanzar en la siembra de nuevos valores de convivencia que permitan avanzar a lo largo del tiempo. ‘La Alianza de Civilizaciones’ que propuso el presidente Zapatero hoy se puede entender mejor que nunca. ¡Qué lástima que la derecha siempre la despreciase!

Mientras tanto, nuestra admiración por el pueblo y el Estado francés. Ese que es capaz de salir del estadio Saint Denis después de los atentados cantando todos juntos la Marsellesa en señal de orgullo y fortaleza de país. ¡Qué envidia de Estado! Y nosotros mirando hacia atrás. Debe ser que la letra en el himno cohesiona. ¿A qué estamos esperando? ¡Viva Francia! Y la unión de todos los pueblos sin fronteras, incluido el Estado español.