Esta última semana en Nueva Delhi, el ex presidente Aznar ponía en duda la viabilidad del Estado del Bienestar en Europa, entre otras valoraciones, en las que se atrevió a afirmar lo siguiente: "Fui un buen presidente". Con ello queda claro que es una persona sin escrúpulos y que tiene un amplio sentido de la oportunidad, aparte de que no necesita abuela.
La crisis económica es una excelente excusa para apostar por un modelo neoliberal que excluya los modelos de protección social. Un modelo a la americana, fundamentado en sistemas de seguros, donde cada uno recibe en función de lo que contribuye y la solidaridad brilla por su ausencia. Y donde los más desfavorecidos verán cómo se convierten poco a poco en ciudadanos de segunda, y no se garantiza la equidad de prestaciones como la sanidad, la educación o las pensiones.
Una vez que el PP ha ganado las elecciones por mayoría absoluta, es el momento; o ahora, o nunca, debe pensar el Sr. Aznar y sus correligionarios. No hacen falta excusas. Su modelo –dirán- ha recibido el apoyo mayoritario, aunque lo hayan ocultado y aseverado ante la opinión pública todo lo contrario. Llegaron a decir: “no haremos ningún recorte en sanidad, ni en educación, ni en pensiones”. El Sr. Aznar hace de adalid del PP. El lunes estuvo en el Consejo de dirección del PP, con Rajoy y los suyos, y el sábado lanzó la piedra en un simposio celebrado en la capital de India. No, si al final los populares acaban pidiendo perdón al pueblo español por sus engaños.
El Sr Aznar, el mismo que en campaña afirmó que España era un país intervenido, ahora asegura que “si la moneda única desaparece, también lo hará la UE”. Y pone sus esperanzas, al igual que otros muchos, entre los que me encuentro, en la cumbre europea de los días 8 y 9 de diciembre. Una cumbre en la que todo indica que Alemania cederá a que el BCE pueda comprar la deuda soberana que sea necesaria de cada país, a cambio de una armonización fiscal y económica, con un severo control presupuestario de los diferentes países que integran la eurozona.
Una salida que va conllevar pérdida de soberanía, sin duda, pero que nos puede librar de la hecatombe. Un opción necesaria que algunos mantenemos antes y después de las elecciones, sin ningún tipo de alarmismo, y a la que ahora se apunta, parece ser, el PP.
La coherencia es un valor en política, y también el respeto a los ciudadanos. Parece que algunos tienen convicciones firmes para posiciones cambiantes con tal de llegar al poder y utilizarlo en beneficio propio. Así es la derecha, para la que una vez en el poder ya no hay excusas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario