La variante de la ciudad de Segovia (SG-20), una carretera que nació sin desdoblar, ha experimentado a lo largo de estos últimos años un incremento notable de tráfico. En los últimos meses la circulación es aún mayor. La empresa concesionaria de la AP-6 y la AP-61 ha hecho una promoción mediante vallas publicitarias invitando a utilizar la conexión de Madrid con Valladolid, y viceversa, a través de la A-601. Lo que conlleva el paso inexcusable por la SG-20 en el trayecto más corto. Esta circunstancia convierte a la variante en una carretera muy peligrosa. En especial, los viernes, sábados, domingos y lunes, coincidiendo con los horarios de máxima conexión entre Madrid y el Norte de España.
En los 15,3 kilómetros de la SG-20, de los que solo se encuentran desdoblados menos de dos, se han ocasionado, desde su puesta en marcha en 2001, un total de 14 víctimas mortales e innumerables accidentes. El último hace unos días. Pide a voces su desdoblamiento, pero el proyecto, a pesar de estar redactado y aprobado desde 2010, va a ser muy difícil que se ejecute en los próximos cuatro años. El alto valor de su importe, 63,7 millones de euros en el actual contexto restrictivo hará imposible su desdoblamiento, salvo que se da prioridad absoluta a esta actuación. Proyecto en el que hemos de trabajar los diferentes grupos políticos de cara a los próximos presupuestos para que se declare su emergencia.
Mientras tanto es urgente intensificar la acción preventiva. Es necesaria una línea continua en todo el recorrido. El flujo de tráfico en algunos momentos es permanente. Siempre hay un conductor imprudente que pone en riesgo al resto. En este caso, por lo general, se trata de conductores que no conocen la variante ni sus peligros porque la utilizan por primera vez o temerarios, que también les hay.
En su momento se trazó una línea continua en gran parte del recorrido que hace imposible el adelantamiento. Esta actuación disminuyó drásticamente la siniestralidad. Sin embargo, hay importantes tramos donde es posible y peligroso el adelantamiento. Es el caso del trazado que discurre paralelo a El Sotillo o algún que otro tramo cercano a la conexión con la autovía A-601. Por eso entiendo que es urgente prevenir y dar un paso más hasta que pueda llegar la solución definitiva.
Si algo necesita el pueblo español en estos momentos es confianza, pero también todos aquellos que miran a España: las instituciones europeas, los inversores, los especuladores desalmados -eufemísticamente denominados mercados financieros- que día a día nos empobrecen un poco más… La confianza es un factor clave para salir de la crisis y de la depresión colectiva en la que estamos inmersos. “La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”, afirmaba Ralph Waldo.
Hoy, más que nunca, necesitamos un gran acuerdo nacional entre todas las fuerzas políticas con vocación de gobierno para hacer frente a la crisis. No se debe esperar más. El presidente del Gobierno de España ha de mover ficha. Lo primero que necesitamos es un gran Pacto de Estado en torno a las líneas de acción política que permitan reactivar la economía y salvaguardar las bases del Estado del Bienestar en un marco de austeridad y de acción armonizada con el conjunto de la Unión Europea, y en especial con la zona euro. Un gran acuerdo que traslade un mensaje unitario de acción a los españoles frente a la crisis. En definitiva, confianza para afrontar el futuro de nuestro país con optimismo, y que no se resienta el consumo más de lo necesario.
¿A qué espera Rajoy? El Pacto de Estado es una condición necesaria, pero no suficiente. Es urgente desplegar una intensa acción diplomática hacia los países que pueden ser decisivos en la toma de decisiones con respecto a España con nuestros principales estadistas, sean del color que sean. Todos a una; necesitamos buscar alianzas con otros países y en especial con Italia para hacer un frente común. Solo de esta manera conseguiremos retrasar el cumplimiento de los objetivos de déficit público para evitar la asfixia económica y la emisión de eurobonos por el Banco Central Europeo. La negociación ha de ser intensa para poder ganar el futuro, porque de lo contrario pintan bastos, incluso fuera del euro. Rubalcaba en diversas ocasiones le ha tendido la mano, pero el presidente está ausente.
Los errores del Gobierno se multiplican día a día. Está aislado y su mayoría absoluta se traduce en prepotencia y desprecio hacia el resto de los grupos políticos. Nos hace falta una buena hoja de ruta. La improvisación y la sumisión a la Sra. Merkel son sus señas de identidad. A eso hay que unir la superficialidad y frivolidad de algunos ministros, como el de Hacienda. “Cada vez que habla sube el pan”. Sus últimas intervenciones en el Congreso de los Diputados han sido patéticas. Es necesario pasar a la acción. Es urgente. Como decía Aristóteles: “Los discursos inspiran menos confianza que las acciones”. Es el momento de trabajar todos juntos para dar un paso decisivo en la conquista del futuro de los españoles. La confianza es clave, pero hay que generarla.
Son
muchas las personas que creían a pies juntillas que la llegada de Mariano Rajoy
a La Moncloa supondría el final de la crisis. Personas de buena fe que lo único
que deseaban es que nuestro país saliese del atolladero. Hoy, muchas de ellas,
muestran una alta frustración y la desafección hacia la política y los políticos.
El actual partido del Gobierno en la oposición hizo una oposición populista y
en beneficio propio. No contó nunca la realidad a los españoles y jugó en
beneficio propio con tal de alcanzar el poder. Antepuso sus intereses a los de
los españoles. Pero eso ya no tiene remedio.
Hoy
España tiene la prima de riesgo 100 puntos por encima de Italia, cuando antes
de comienzo del año estaba 100 puntos por debajo; por errores muy graves
cometidos, la quiebra de la banca española se ha trasladado por completo al
Estado y las duras condiciones que nos ha puesto Europa ahora las pagamos
todos. Los recortes acometidos estos días por el Gobierno de España, según el
informe que ha colgado en su página web, apenas cubren un tercio del déficit
estructural del gasto. Una situación difícil, muy difícil, teniendo en cuenta
que el no cumplimiento del compromiso de “estabilidad presupuestaria” exigido
por la ‘zona euro’ nos convierte en un país sin futuro, pero su cumplimiento en
los términos actuales nos lleva a una depresión profunda donde el desempleo se
incrementará y la pobreza también.
Es
el momento de la ‘unidad de acción’ de todas las fuerzas políticas con vocación
de gobierno. Es el momento de un gran ‘Pacto de Gobierno’ que traslade
confianza a los ciudadanos y legitime la toma de decisiones. Hoy, más que nunca,
es necesaria una ‘Hoja de Ruta’ que no se visualiza en nuestro Gobierno. Hoy no
es el momento del sectarismo ni de los ajustes buscando la primacía de la
ideología del partido que gobierna para imponer su modelo aprovechando la
crisis. Tampoco es el momento del oportunismo político echando la culpa a la ‘herencia
recibida’, cuando esta es el resultado de muchos años de devenir histórico de
España, los españoles y sus gobernantes. ¡Quien esté libre de pecado que tire
la primera piedra!
Pero
la premisa de la ‘unidad de acción’ no es suficiente. La solución pasa por
Europa. Los países del Norte no nos pueden asfixiar aunque hayamos cometido
importante errores. Si el objetivo del déficit público se sitúa en el 0,20 por
ciento del PIB en 2020 para Europa y España, centrémonos en ese objetivo,
busquemos un calendario más laxo en su cumplimiento que no nos obligue a llegar
al 3 por ciento en 2013 o 2014, y que nos está destruyendo. Para ello es clave
que PP y PSOE trabajen en armonía en Europa forzando cada uno de ellos a sus
correligionarios, conservadores y socialistas europeos. Ellos tienen la última
palabra. O nos dan oxígeno o nos irá mal.No veo otra solución a corto plazo. Echar la culpa de los problemas a
otros no es solución. Miremos al futuro en positivo, pero con altura de miras y
sin rencor.
En su comparecencia ante el Congreso de los Diputados para exponer las medidas a adoptar frente a la crisis, el presidente del Gobierno justificó su actuación en la ‘herencia recibida’. Lo hizo de una forma tímida, pero lo hizo. La ministra de Trabajo, la sra. Báñez, sin embargo, fue mucho más explícita en el congreso de su partido en Andalucía. Otros ministros, como el de Hacienda, no se recatan en admitir que las medidas aprobadas responden a una imposición de Bruselas, el BCE y el FMI. Nada nuevo. Toda esta parafernalia forma parte de la estrategia mediática del PP. Una estrategia que viene de lejos. El PP demonizó a los socialistas en la oposición y, en el gobierno, les hace culpables de todo lo que ocurre al país.
Su arma letal, hasta el momento, ha sido la comunicación. Para ello cuentan con una pléyade de medios de comunicación amigos, o subsidiados, gracias al amplio poder institucional del que gozan y a la complicidad de la crisis. Un mensaje reiterado puede llegar a ser creído, aunque no sea verosímil y no se ajuste a la realidad.
La ‘herencia recibida’ es el resultado del devenir histórico de nuestra economía y su estructura. España lleva viviendo desde finales de los 80 en un espejismo en el que además se han acentuado más sus desequilibrios estructurales históricos con todos los gobiernos desde la Transición. Esto no ha impedido que la economía alcanzase enormes cotas de crecimiento y empleo –las mayores en la época de Zapatero-. Los gobiernos se han movido con políticas inerciales y no han sabido hacer frente a los grandes retos estructurales.
La necesidad de incentivar el consumo para generar empleo y mantener el nivel de vida ha llevado a las familias españolas a un alto nivel de endeudamiento. Muy acentuado con la burbuja inmobiliaria, a raíz del proceso de liberalización del suelo que puso en marcha el gobierno de Aznar. Es un proceso de difícil reversión, del que se derivaban enormes beneficios a corto plazo aprovechados por todos los gobiernos; pero también graves problemas a más largo plazo, como estamos comprobando. El sistema financiero ha contribuido a diseminar y profundizar en el problema financiero de las familias y las empresas. El espejismo nos llevó a disfrutar de hasta 275.000 millones de euros de financiación externa con carácter anual en el momento de las “vacas gordas”. La crisis financiera internacional nos privó de esa financiación y con ello se estranguló nuestra economía con todas las consecuencias que conocemos.
Las finanzas públicas no han ido mejor. El espejismo económico llevó a los distintos gobiernos a no deparar en la sostenibilidad a largo plazo de la puesta en marcha de importantes inversiones en infraestructuras y políticas de corte social avanzado, ya experimentadas en los países nórdicos, que, sin duda, nos proporcionaban altas cotas de bienestar y cohesión social y territorial. Unos gastos estructurales que no se correspondían con el nivel estructural de ingresos en la hipótesis más desfavorable, como estamos comprobando.
La economía española nunca ha gozado de una buena salud en lo que a competitividad y productividad se refiere. Nuestras empresas han sido escasas y poco diversificadas, tanto funcional como territorialmente. El tejido industrial es muy débil y amplias zonas de nuestro país están muy deprimidas, concentrándose la mayor parte de la riqueza en el corredor del Mediterráneo y Madrid. Todo es consecuencia del devenir histórico de España en el último siglo. La vieja Hispania sigue el patrón mediterráneo en materia de negocios. Nos faltan ideas, empresarios e iniciativas. Una cuestión vital para tirar de la economía y crear empleo. Y esto no se crea de la noche a la mañana.
Esta es la `herencia recibida’. Los actuales gobernantes se pueden hacer trampas en el solitario, pero servirá de poco, salvo para engañar al país e intentar colocar la pelota en el tejado de otros, como están haciendo. Los españoles, antes o después, exigirán responsabilidades. El pueblo ha dado al PP la alta responsabilidad de gobernar después de las elecciones del 20 N pasado. La situación es muy difícil. Hoy más que nunca se requiere unidad de acción entorno a un gran Pacto de Estado entre las diferentes formaciones políticas con vocación de gobierno, donde no caben los populistas ni los oportunistas.
Legitimar medidas como las que acaba de tomar el Gobierno del PP requiere la puesta en común y el acuerdo de las diferentes fuerzas políticas que configuran el arco parlamentario y el tejido social y económico. No es el momento de hacer ajustes ideológicos aprovechando la crisis. No es el momento de debilitar las estructuras de participación y control del Estado. No es el momento de debilitar la democracia ni demonizar a las organizaciones sindicales.
Es el momento de la responsabilidad. Es el momento del respeto al pueblo español. Es el momento de dar la cara y ejercer liderazgo de País. Es el momento de explicar la ‘herencia recibida’, que es la que todos los españoles nos hemos dado a nosotros mismos en la última centuria. Instrumentalizarla en beneficio propio en este momento es hasta de mal gusto y representa un signo de debilidad y de desconfianza en la propia gestión.
En el catón de la actividad política lo primero que se aprende es a distinguir entre la actividad del partido, u orgánica, y la actividad institucional. Cualquier persona que haya participado en la vida pública sabe que eso es sagrado. Nunca se puede mezclar lo institucional con lo orgánico. Lo institucional es la defensa de lo que es de todos sin ningún interés partidista a cambio; y la defensa de lo orgánico cae en el ámbito de los intereses de partido.
La ministra Fátima Báñez, con la filtración al diario La Razón del ERE del PSOE, en el ejercicio de su actividad institucional como miembro del Gobierno de España, ha puesto de manifiesto que está “perdida”. No distingue entre su acción política en la gestión y defensa objetiva de los intereses de los ciudadanos y la defensa de los intereses partidistas. Su actuación ha sido lamentable e impropia de una ministra. Debe presentar de inmediato su dimisión o, en caso contrario, el presidente del Gobierno debe retirarle su confianza.
El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, ha afirmado que la ministra Báñez se ha de aplicar el ERE. Lleva razón. A todas luces, la Sra. Ministra no está cualificada para formar parte del Gobierno de España¬. Teníamos casi la certeza tras escucharla en el Parlamento una y otra vez, pero con esta actuación ya tenemos la certeza absoluta. Es indigna de representar a nuestro país. Por tanto, es urgente que coja ‘las de Villadiego’.
El PSOE ha solicitado la comparecencia parlamentaria. ¡Qué menos! El PP con su presidente, a su vez presidente del Gobierno, al frente tienen que dar una explicación. Es un atentado muy grave contra la protección de datos. Y denota un gran déficit democrático. Hay una responsable, Fátima Báñez, pero también una responsabilidad subsidiaria del PP. El partido que sustenta la acción de gobierno tiene que depurar su responsabilidad política; de lo contrario, estará bajo sospecha, no sólo de los socialistas, sino de todos los españoles.
No ha habido sorpresas. Los primeros nombramientos del nuevo Consejo de Administración de RTVE, de mayoría claramente popular (seis de nueve, a los que se suma el consejero de CiU), son la crónica de una muerte anunciada. Al frente de los informativos se ha situado al director de los servicios informativos de Telemadrid y el director corporativo es un hombre que estará bajo la tutela de la SEPI. RTVE se convierte así en una radio televisión de partido al servicio del gobierno. Se sigue el ejemplo de Telemadrid y Canal 9. Lo que anunciamos y predecíamos los socialistas se ha hecho realidad.
Muy lejos quedan las palabras del actual presidente en su comparecencia ante la Comisión de Control para analizar su idoneidad. En ella no tuvo ningún rubor en apostar por una radiotelevisión pública plural, independiente y neutral. Todas palabras huecas, visto lo visto. El presidente de RTVE, como pude afirmar en la comparecencia, es la persona de Moncloa, de la Sra. Vicepresidenta, en RTVE. Es su correa de transmisión directa. Así lo ha puesto de manifiesto el primer consejo. El presidente, sin experiencia alguna en el sector, así como el resto de consejeros del PP son meros comparsas de la acción de gobierno del PP.
El PP necesita la radiotelevisión pública para complementar su acción de gobierno. La necesitó cuando gobernaba Aznar y la necesita cuando gobierna Rajoy. El objetivo siempre es el mismo: persuadir a la población española de la superioridad de la oferta política del PP. No importa nada que nos alejemos del modelo de independencia, neutralidad y pluralismo que impera en Europa. Para el PP lo importante es controlar RTVE, pero también el resto de las televisiones públicas. Para ello han dado dos pasos decisivos: en primer lugar modificar la Ley General de Comunicación Audiovisual, posibilitando la externalización de las televisiones autonómicas y sus servicios informativos, apoyándose en la necesidad de mejorar su eficiencia como consecuencia de la crisis; y, en segundo lugar, cargándose la autoridad audiovisual de control, diluyéndola en la Comisión del Mercado y la Competencia.
Ya lo decía el portavoz del PP en la comisión de control de RTVE: “No se nota que gobierna el PP”, en referencia a los informativos de RTVE. Expresaba así su malestar porque la televisión pública informase de las cargas policiales en Valencia, de los recortes del gobierno del PP, del crecimiento del paro o de los efectos de le reforma laboral. Qué mejor para evitar esto que poner al frente de los informativos que a quien ha demostrado su eficiencia y sectarismo en Telemadrid en estas lindes. Y además escribió su tesina sobre cómo debilitar y ganar las elecciones al Gobierno de Zapatero; aparte de su tratado sobre Rubalcaba, “El monje del poder”.
De nada sirve que los informativos de RTVE sean los más valorados por su calidad e independencia, y los de más audiencia durante los últimos 53 meses, y que, además, cuente con el reconocimiento de acreditados premios. O que RTVE haya sido líder de audiencia hasta unos meses después de la llegada al poder. A los populares les da igual. Ellos siguen su hoja de ruta: asfixia económica –ha recortado 204 millones de euros en un presupuesto de 1.000- y han dado un gran paso para la manipulación, gubernamentalizando la gestión y colocando al frente a un “glorioso” presidente, que le da lo mismo A que B. Él va a hacer curriculum, como ha hecho siempre, cambiando de puesto de trabajo en la función pública cada año, y a servir los intereses de su jefa: Soraya Sáenz Santamaría, también de la “gloriosa” promoción de abogados del Estado. Es lo que se dice un “bien mandao”. Todo sea por el interés del partido, que no de los españoles. Las consecuencias vendrán después…
¡Impresionante! ¡Vaya partido! ¡Qué equipo! España ha hecho su mejor fútbol en esta final. Ha sido el mejor partido de este Europeo. Y con ello han colmado de ilusión a la gran mayoría de los españoles que hemos seguido el partido en las plazas de cada pueblo, con los amigos o bien en el silencio de cada casa admirando un fútbol de calidad total.
España, con este triunfo, hace historia. Los que desde niños hemos vivido en el tardofranquismo la pasión por la Selección española, nunca podíamos imaginar que en cuatro años íbamos a batir todos los registros inimaginables: campeón de la Eurocopa en dos ocasiones y campeón del mundo en otra. Lejos queda aquel gol de Marcelino en el Bernabéu a Rusia que nos hacía campeones de Europa y que el NODO y los telediarios de la época repetían una y otra vez. Una victoria que difiere mucho de las actuales, con un fútbol muy diferente.
Esta Eurocopa ha puesto en valor a grandes jugadores. Es de justicia destacar en especial a Jordi Alba. Un jugador desconocido al comienzo de este campeonato y cuyo segundo gol de la final no olvidaremos nunca. Pero tampoco se puede dejar atrás a Andrés Iniesta, Cesc Fábregas o Casillas. Un equipo que está haciendo historia, y que marca una nueva imagen de España, que bien se debiera corresponder en otros ámbitos. O al menos trabajar con tesón para conseguirlo.
Pero, si hay una estrella que luce con luz propia en la Selección, ese es su entrenador, Vicente del Bosque. La sencillez personificada y un gran estratega en silencio. Un entrenador que lo tiene todo: dos copas de Europa y una Intercontinental con el Real Madrid, y una Copa del Mundo y una Eurocopa con la Selección española. Su carácter define el espíritu de la roja, algo que no le pareció adecuado a algún presidente y prescindió de él; lo que le costó caro.
“España is different”. No tiene nada que ver con aquellas selecciones que querían pero nunca podían. ¡Ójala perdure!
El Mercedes siempre ha sido un símbolo de bienestar y riqueza. Son muchos los españoles y europeos que utilizan un automóvil de ingeniería alemana para sus desplazamientos. La puesta en marcha del euro disparó las ventas de Mercedes y BBW y las importaciones de otros bienes de producción alemana. La economía alemana fundamenta gran parte de su PIB en las exportaciones. El euro ha sido un gran negocio para Alemanía. Europa puede prescindir de los Mercedes y BMW; pero Alemania no puede prescindir del euro.
La denominada ‘cumbre del euro’ celebrada estos días en Bruselas ha puesto de manifiesto la interdependencia de la economía europea, pero también sus desequilibrios. Al euro lo necesitamos todos, pero quizás unos más que otros. La moneda europea tiene enormes dificultades para representar las dispares economías que se integran en la zona euro. Por ello es necesario dar un pasito más en la construcción de los Estados Unidos de Europa. En esta cumbre se ha acordado ceder soberanía a favor del Banco Central europeo –BCE- para que fiscalice las finanzas de las entidades financieras. En la cumbre han aparecido palabras mágicas como unión política, unión fiscal o políticas de crecimiento frente a austeridad únicamente.
En esta cumbre, la primera con François Hollande como presidente de Francia, la señora Merkel ha perdido su predominancia. Europa necesita salir del atolladero. La austeridad y la asfixia financiera no están dando resultados. Monti, el presidente italiano, ha ‘cantado las cuarenta’ a la Merkel. Él con la inestimable ayuda silenciosa de Mariano Rajoy echaron un órdago y amenazaron con bloquear el plan de crecimiento de de 120.000 millones de euros hasta que no se abordase el coste de la deuda. Tras duras discusiones los líderes europeos suscribieron un pacto que permite recapitalizar la banca española sin computar como deuda pública. Un gran éxito para España que nos permitirá respirar aire fresco.
Los acuerdos conllevan la flexibilización de los fondos de rescate para la compra de bonos con condiciones. Ahora queda por conocer la letra pequeña. La condicionalidad del acuerdo. Rajoy niega que el rescate de la banca incluya condiciones macroeconómicas, pero Mario Draghi, sin embargo, señala la estricta condicionalidad del acuerdo. Nuestro presidente del Gobierno ha aprendido de los errores anteriores y ha sido más cauto. Un gesto de humildad que esperemos dure mucho.
El éxito de la cumbre de Bruselas, más que pese a los populares, ha sido en gran parte debido a la iniciativa del presidente francés. Los socialistas europeos liderados por Hollande han trabajado bien, también los españoles. Rubalcaba ha tendido la mano al PP. Ha trabajado desde la oposición por los intereses de España. Ahora sólo falta que se repita, y que el dinero llegue cuanto antes para aliviar la deuda y crear empleo.