Quiero que esta, mi primera entrada en mi cuaderno de 2015, sea un
homenaje a todos los que esta última noche del año han corrido la San Silvestre
segoviana. Somos muchos/as los que desde hace años tenemos la costumbre de
hacerlo. Al comienzo y al final de la carrera, en muchos casos, nos deseamos
vernos corriendo la próxima. Buena señal, porque eso por lo general indicará
que la salud y la forma física durante el nuevo año que comienza irá bien.
La fiesta del deporte, como siempre, magnífica. Correr esta carrera fin
de año por las calles segovianas, ante la majestuosidad de sus monumentos es
siempre un lujo y un privilegio. Ayer la noche estaba fría, dos grados. Sin
embargo, el frío ha durado poco. Éramos tantos en la salida que en menos de
cinco minutos en la espera ya se notaba el calor humano.
En esta edición había mucha gente joven. Más que nunca. He visto
también familias enteras corriendo. Nosotros hemos corrido tres amigos a la par,
José Antonio, Luis Miguel y yo. Como si se tratase de una de las muchas
carreras dominicales, pero a un ritmo muy lento, al menos en los tres primeros
kilómetros. Muy agradable.
En la primera subida por la cuesta de San Juan el ambiente era
fenomenal. En la entrada a Cronista Lecea hemos tenido el primer parón. Se había caído una chica. La Calle Real estaba
a rebosar y Fernández Ladreda también. Por primera vez he visto cómo en la
subida a José Zorrilla la carrera se ralentizaba por la masificación. Una vez
alcanzada la avenida de la Constitución nuestro ritmo ha sido endiablado. Aún
así nos hemos encontrado con algún cuello de botella, como consecuencia de los coches
aparcados.
En el apartado de propuestas de mejora –espero que este año no se
moleste nadie-, es necesario separar de forma precisa, incluso con vallas, las
aceras de la zona de del recorrido, sobre todo en Gobernador Fernández Jiménez
y marcar de forma clara los bolardos en la unión de esta última con la calle de
la Independencia, en el giro. Son muchos los corredores que invaden la acera en
esta zona y el giro es peligroso porque no se identifican los bolardos.
La meta ha ido más ligera que otros años. No se han producido
aglomeraciones. Hemos tenido además el resultado la misma noche, lo que es de
agradecer. Si bien, hay una diferencia notable en tiempo con algún dispositivo
con GPS, como Runtastic, incluso habiéndole puesto en funcionamiento un minuto
antes del pistoletazo de salida. El precio de 10 euros considero que es elevado
para una noche festiva. Aún así es de agradecer que no se cobre a parados y personas
con discapacidad.
La Carrera de Fin de Año es ante todo un acto festivo. No se sale a
hacer tiempo, sino a disfrutar de la fiesta. Esta está por encima del evento
deportivo. Nos vemos el próximo año para saludarnos y vivir la magia de esta
noche.
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