sábado, 29 de septiembre de 2018

Reglas del Juego

Tuve la posibilidad de asistir, no hace mucho tiempo, a una jornada sobre “Tecnología Informática” organizada por el Centro Segoviano en Madrid. En una de sus sesiones la conversación de dos personas fue grabada, sin que lo supieran, mediante el acceso remoto al teléfono de uno  ellos, que hacía las veces de receptor. ¿Se imaginan ustedes que en algún momento  de su vida puedan ser grabados sin su consentimiento? Me imagino que no. La realidad es muy distinta. Lo estamos viendo estos días con las escuchas a la ministra de Justicia en 2009, cuando era una fiscal,  y otras manifestaciones políticas de las últimas jornadas. Se están quebrando día a día las “reglas del juego democrático".  En el mundo de la política hay actores encubiertos que atacan a la democracia y apuestan por la extorsión,  despreciando los  derechos y libertades de los españoles para poner en jaque al Estado. 
El escenario político se ha convertido en un campo de batalla en el que todo vale. La agenda política en muchos casos se mueve al margen de los auténticos intereses de los españoles. La cuestión es erosionar al contrario como sea. Prueba de ello han sido los palos en la rueda que los grupos minoritarios conservadores están poniendo en la Mesa del Congreso para bloquear el presupuesto del Estado. Bajo el paraguas de “invocación de la legalidad” se instrumentaliza ésta para la búsqueda de sus intereses espurios, al margen de la mayoría absoluta de la cámara. Quienes hace apenas cuatro meses invocaban el interés de España para su acción de gobierno, hoy no tienen ningún problema en apostar por el “cuanto peor mejor”. Sólo basta recordar aquella famosa frase del anterior ministro de Hacienda cuando estaba en la oposición, cuando dijo: “que se hunda España, que ya llegaremos nosotros para levantarla”. Hemos vuelto a lo mismo. Está claro que lo único que les interesa es el poder. Y para eso no dudan en romper las reglas de juego democrático. 
La extorsión al Estado cuenta estos días con la contribución de una nueva publicación digital que se ha convertido en portavoz de uno de los mayores representantes de las cloacas de nuestro país. Es una vuelta al pasado. Se trata de deslegitimar al Gobierno para acabar con esta nueva etapa. Ya en su día un infausto espía del CESID -hoy CNI- se alió en su acción delictiva con políticos de derechas, de la izquierda radical, algún empresario de moda que después penó su “buen hacer” durante un largo tiempo en la cárcel, y los periodistas del denominado “Sindicato del Crimen. El objetivo era echar a Felipe González como fuese, como después reconoció el que fuera en aquel momento director de ABC. Ahora todo indica que el planteamiento es similar. La nueva web cuenta con el concurso de periodistas cuya trayectoria es significativa de como entieneden y  practican el periodismo. Pronto podremos identificar, por sus hechos, su alineación política y su contribución a la causa común que justifica su nacimiento apenas hace unos días. Una iniciativa similar se reprodujo en Segovia en 2006 bajo el impulso de un exdiputado popular -hoy investigado- y algunos empresarios amigos que pululaban en torno a él en la búsqueda del favor. Por suerte para los segovianos este proyecto fracasó rápidamente por su inconsistencia y perversión.
España no puede estar a merced de la extorsión de presuntos delincuentes. “La agenda política no la puede marcar un corrupto”, como ha dicho el presidente del Gobierno. No puede imperar un estilo de hacer política al margen de lo que necesita el país en una sociedad abierta y democrática como es la española. Las diferentes formaciones políticas representativas de nuestro país no pueden alinearse de forma tácita, gobierne quien gobierne, con quienes sin ningún prejuicio chantajean al Estado. De la misma manera que la política no consiste en obstaculizar la acción de gobierno a quien ejerce el poder, gobierne quien gobierne. No se puede tener un sentido patrimonial del poder y del Estado. Y menos identificarse con el estilo más rancio de practicar la política que durante años han venido ejerciendo quienes fueron desalojados del gobierno por una mayoría parlamentaria. Esta distorsión la aprecian los ciudadanos y las encuestas ponen de manifiesto su adhesión al respeto de las “reglas del juego”. En caso de persistir la adhesión será mayor, como podremos apreciar en unos futuros comicios.


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