El deterioro del
empleo de calidad en España, a raíz de la crisis económica y de las políticas
restrictivas en materia laboral puesta en marcha por el Gobierno del PP, es
notable. Así lo pone de manifiesto la información facilitada por el INE. Hoy
hay menos población ocupada (empleos) y población activa que en 2011. Entre el
cuarto trimestre de 2011 y el primer trimestre de este año, España ha pasado de
contar con 18,153 millones de empleos a 18,029. Al final de la legislatura hay
123 mil ocupados menos; y de tener una población activa de 23,44 millones a
22,821. La población activa ha descendido en 619 personas.
El paro ha
mejorado, pero su evolución es engañosa. En primer lugar, porque hay menos
población activa y, en segundo lugar, porque la reforma del PP ha precarizado
el empleo y los ocupados a tiempo completo son 500.000 menos, mientras que hay
390.000 personas más a tiempo parcial que quieren un trabajo a tiempo completo.
A esto se une la fuerte devaluación salarial. La retribución salarial de las
personas que viene de un salario ha caído un 3,6 por ciento, mientras que la
retribución de los jóvenes ha caído un 10 por ciento, con un salario
sensiblemente inferior.
Esta es la herencia
laboral del PP. Trabajadores que no llegan a fin de mes con su salario y largas
jornadas de trabajo retribuidas muy mal. La precariedad y devaluación salarial
han marcado este tiempo de Gobierno. Lo que a su vez incide en el consumo y en
la sostenibilidad del sistema de pensiones. La mitad del PIB está asociado al
consumo, pero si los salarios son precarios difícilmente nuestra riqueza podrá
avanzar por esa vía. Y en las pensiones se da la circunstancia de que teniendo
el mismo número de afiliados que en 2011 la recaudación es un 30 por ciento
inferior.
Salir del
atolladero y mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos requiere cambiar el
modelo. El Gobierno del PP se ha limitado a lo más fácil: la devaluación
salarial y laboral. No ha explorado la mejora de la productividad y
competitividad de nuestro sistema productivo. No se ha tomado ninguna medida de
altura en estos últimos cuatro años. Su inmovilismo les ha llevado a buscar
excusas y a echar la culpa de todo a la herencia recibida. El ajuste de cuentas
se ha hecho contra el Estado del Bienestar y el deterioro de los servicios
públicos, lo que ha incidido en el incremento de los índices de desigualdad y
en la pobreza y exclusión social del 28,6 por ciento de la población.
España necesita
impulsar una recuperación justa que llegue a todos. Y para ello es
imprescindible desarrollar cinco ejes de actuación en un marco de acuerdo que
incluya a los empresarios, los trabajadores y las instituciones. La
reindustrialización del país con la mejora de la productividad y competitividad
es un factor clave para crear empresas y empleo de calidad. Pero es necesario
también optimizar mejor los inputs
energéticos y dotarnos de una fiscalidad justa. A lo que se une el desarrollo y
recuperación de un Estado de Bienestar que nos permita generar una sociedad
cohesionada.
Necesitamos un
Cambio. Un cambio sensato y realista, y con el mayor nivel de consenso posible.
Los españoles se lo merecen y para los más desfavorecidos se trata de una
cuestión de Justicia Social. El 26J tenemos una excelente oportunidad. No lo
desaprovechemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario