El pasado fin de
semana el PSOE de Segovia celebró una jornada bajo el título ‘Los Ayuntamientos
socialistas comprometidos con el empleo y la dinamización económica de Segovia’.
Se desarrolló en torno a tres mesas redondas, dos con la participación de
diversos alcaldes de la provincia; y una tercera con los dos sindicatos
mayoritarios, la Federación Empresarial segoviana y el PSOE. En ellas se
debatió sobre el papel de los ayuntamientos en la dinamización económica de la
provincia, la mejora de los servicios ciudadanos y las políticas para atraer
inversión y empleo a Segovia.
Las mesas de
alcaldes reflejaron muy bien las características y problemáticas de los
diferentes municipios y zonas de la provincia. Segovia tiene tres bloques muy
diferenciados de ayuntamientos: la capital, los municipios de más de mil
habitantes y el resto. Los 55 alcaldes y más de 300 concejales socialistas que
extienden su gestión sobre más del 60 por ciento de la población de la
provincia se dejan día a día la piel por sus vecinos. Son servidores públicos
que compatibilizan mayoritariamente su trabajo profesional con el servicio en
el ayuntamiento. Bien desde el Gobierno; bien desde la oposición. Se dejan el alma
y tienen una clara vocación de servicio público, como otros muchos ediles de
otras fuerzas políticas.
En las experiencias
narradas en las distintas mesas quedó clara su proactividad. Los alcaldes van
un paso por delante de sus vecinos. Por lo general, piensan en grande. Les
preocupa no sólo el día a día y la garantía de sus servicios municipales, sino también
crear futuro para evitar el éxodo juvenil y garantizar el empleo digno y de
calidad. Su trabajo es muy diferente en función de las características de su
núcleo municipal. Hay quienes gestionan el presupuesto a la vez que prestan servicios asistenciales a los
vecinos o barren sus calles. Un trabajo en la mayoría de los casos
desinteresados que ennoblece la actividad pública y a las personas. Una experiencia
muy deseable para todos aquéllos que no la hayan vivido y que ayuda a
comprender mejor la dimensión, el respeto y la importancia de lo que es de
todos.
Segovia es sin duda
una excelente tierra de oportunidades. No sólo por su riqueza medioambiental y
patrimonial sino por su proximidad a dos grandes mercados como son el de
Valladolid y Madrid, con más de siete millones y medio de habitantes, lo que
sitúa a la provincia en una situación envidiable para las empresas que aquí se
localicen. Sin embargo, pintan bastos. El éxodo juvenil, más de 1.000 jóvenes
han abandonado la provincia en un año; la pérdida del 3 por ciento de la
población desde el 2012; y el riesgo de exclusión del 26 por ciento de los
ciudadanos hacen necesario poner en marcha un gran frente institucional entre
ayuntamientos, organizaciones económicas y sociales, y la colaboración con
entes institucionales, para que nuevas empresas se establezcan en Segovia y
creen empleo de calidad. Segovia cuenta sólo con poco más de 6.000 empresas.
Casi todas ella son muy pequeñas y tan sólo son capaces de exportar.
Necesitamos un tejido más consistente y más especializado; y también más
distribuido territorialmente. No nos podemos quedar de brazos cruzados, y en
especial los alcaldes.
El desarrollo del Plan Director de Industrialización de
Castilla y León ha sido dotado para los próximos cuatro años con 830
millones de euros. Se trata de que el sector industrial alcance un peso en el
PIB del 20 por ciento –ahora tiene el 17, y Segovia el 16-. Para ello se invertirá
en mejorar el I+D+i, la internacionalización, mejora del entorno… Llega tarde
pero llega. Sin embargo, no es suficiente. Sólo permitirá impulsar la industria
dónde llega el mercado como la capital, el eje Segovia-San Rafael; el eje
Segovia Cuéllar; o Segovia-San Ildefonso. En el resto del territorio no hay
mercado. Y por tanto está condenado al ostracismo.
Es urgente y
necesario que la Junta establezca en las zonas deprimidas “nodos o polos de
desarrollo”, al menos uno por comarca, en el que se dote al suelo industrial de
las propiedades de infraestructuras, comunicaciones y servicios adicionales
para que las empresas se puedan establecer y generar riqueza. Aun así, no es
suficiente. Ningún empresario va a desarrollar en una zona deprimida por pura
filantropía cuando los costes de localización serán muy superiores a una zona
de alta expansión. Por eso es necesario que estas empresas reciban ventajas
fiscales, exenciones, bonificaciones para que cumplan su papel social; lo mismo
que los pobladores han de recibir un tratamiento fiscal asimétrico por su
contribución al mantenimiento de zonas abandonadas y por los mayores costes
necesarios para vivir en zonas que se carece de servicios.
Segovia requiere un
frente institucional proactivo para impulsar la inversión, crear empleo de
calidad y generar futuro para nuestra tierra. Los ayuntamientos han de ponerse
al frente. Los alcaldes y concejales socialistas van a presentar proyectos,
trabajar codo con codo con los empresarios segovianos y sindicatos, y buscar el
apoyo activo e implicación institucional de la Diputación, la Junta y el
Estado. Segovia lo necesita.
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