martes, 22 de diciembre de 2015

Ejercicio del poder



Si por algo se han caracterizado los gobiernos de Aznar y Rajoy en la España democrática frente a los gobiernos socialdemócratas ha sido porque han ejercido “poder”. En su acción de gobierno no se han andado con chiquitas; han ido al control y dominio de aquellas estructuras y acciones que les interesaban. Sólo así su capacidad de influencia era precisa y certera.

Los gobiernos socialistas han sido, por el contrario, más ‘timoratos’. Han centrado su acción de gobierno prioritariamente en la gestión de lo público, pero sin ánimo de dominio y control. La Administración ha sido su plataforma de trabajo y la tecnoestructura de la Función pública, su sala de máquinas. Los resultados han sido notables, sobre todo en materia de bienestar social y vertebración territorial.

Los populares siempre nos han sorprendido con su agenda tácita. Sus mayorías absolutas han sido sus principales enemigas de cara a la aceptación popular. En esta última legislatura hemos podido comprobar cómo una de sus principales acciones políticas fue dirigida al control de la radio televisión pública, pero también al control indirecto de otros medios de comunicación; la regulación ha llevado, en muchos casos, un marchamo de clase abocada a la defensa de sus grupos de interés, y también de los resortes que les permitiese mandar  en las cuestiones que les interesa.

El PP aplica en el gobierno el viejo estilo de muchos alcaldes con cultura caciquil en el medio rural: mandar y controlar todo como principio esencial de actuación. La gestión de los servicios y de la Administración es un tema secundario. Bajo este axioma los ciudadanos ocupan un papel secundario, centrando su actuación en lo que interesa al partido y sobre todo a sus dirigentes.

En esta última etapa de gobierno el PP ha ejercido el poder de manera plena desde el minuto cero. Su objetivo era dividir a la izquierda, y lo han conseguido. Los resultados de este último domingo así lo ponen de manifiesto. Pero es cierto que también la estabilidad que proporciona el bipartidismo se ha volatilizado en parte. Y a su vez el Ibex-35 les ha roto su estrategia con la aparición de un grano en la derecha. Y es que no es fácil cubrir todos los flancos que exige la acción de poder. Esperemos que el sistema se estabilice lo antes posible por el bien de la ciudadanía, y la cultura de “poder” se sustituya por la cultura de “gestión”. 






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