Los momentos de dificultad contribuyen a conocer por su actitud ante
ellos la verdadera talla de las personas y las organizaciones. El PP de Segovia
se ha encontrado en esta campaña electoral con el problema sobrevenido del ‘Caso
Gómez de la Serna’, habiendo trascendido el ámbito provincial para convertirse
en un ‘affaire nacional’. Las reacciones ante la situación han puesto de
manifiesto no sólo las debilidades y miserias del PP, si no también las de sus
grupos de interés.
Una vez conocida la denuncia formulada por el diario el Mundo sobre el
cobro de comisiones por la empresa del diputado Pedro Gómez de la Serna y de su
socio el embajador en India, el Sr. Arístegui, lo primero que hicieron los
populares fue cerrar filas. El propio diputado dio una rueda de prensa –solo-
en la sede del PP en Segovia y proclamó
que todo el problema radicaba en una extorsión de un antiguo empleado suyo al
que había presentado varias denuncias en comisaría. A la vez, que recordaba que
su actividad era legal al contar con la compatibilidad del Congreso de los
Diputados. Hasta aquí los hechos.
Todos cerraron filas en torno al diputado y candidato popular. También
su diario local de apoyo incondicional, quien preparó un gran titular de
autodefensa y con una fuerte carga emocional para reclamar el apoyo de los
segovianos. Tanto la cabeza de lista al Congreso, Beatriz Escudero, como el
presidente del PP en Segovia cerraron filas, y defendieron la legalidad y
actuación de su compañero de partido. En la misma línea se manifestó el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien manifestó no tener ninguna duda
sobre la actuación del diputado y la calificó de “normal”.
El PP cerraba filas y veía como normal lo que al común de los mortales
nos parecía una utilización del cargo institucional del Sr. de la Serna en
beneficio propio, en la labor de intermediación con administraciones de otros
países, más cuando se suma la variable del socio embajador y antiguo
responsable de las relaciones internacionales del PP. Desde el PSOE, yo mismo,
como candidato y secretario general de Segovia, pedí públicamente que
renunciase a ir en listas. Cuestione la
utilización de la compatibilidad concedida por el Congreso, denunciando la laxitud
del sistema de concesión de compatibilidades a diputados, senadores y letrados;
y plateé si la denuncia formulada se podía extender a más hechos aún no
conocidos, siempre respetando el principio de presunción de inocencia.
Dos días más tarde, a raíz de que el órgano de dirección nacional del
PP abriese un expediente al Sr. de la Serna las tornas han cambiado para sus
propios compañeros. Han pasado de proclamar su inocencia ha demonizarle. Y todo
ello en menos de dos días. La cabeza de lista al Congreso del PP por Segovia ha
llegado a decir: “No es ético, ni estético que se pueda compatibilizar la
actividad pública y privada”. La verdad, es que se lo podía haber dicho antes,
pues eran compañeros de escaño. Y ella sabía perfectamente que el Sr. de la
Serna estaba muy ocupado con su despacho y no tenía mucho tiempo para hacer
actividad política en la provincia. Claro que ella tenía el mismo problema.
Estaban a lo suyo, cada uno con su compatibilidad.
La reflexión de la Sra. Escudero tiene mucho de estética y más de
oportunismo político ante la situación que están viviendo. También de cinismo.
La mayoría absoluta del PP en el Congreso y el Senado ha hecho que el Grupo
Parlamentario mayoritario en ambas cámaras haya administrado para su
conveniencia la asignación de compatibilidades.
El presidente del PP en Segovia en la segunda fase se ha puesto de
perfil. Ha llegado a decir que el “pone la cara para que se la rompan”. ¡Tendrá
morro! El diputado del PP el Sr Merino proclamó su inocencia con la defensa
activa del presidente del PP; el entramado de Segovia 21 ha contado con el
beneplácito del presidente del PP en Segovia, y el descaro ha llegado a ser de
tal magnitud que el asesor jurídico del PP ha sido designado administrador de
este desaguisado popular. El PP de Segovia ha convertido la política en una
plataforma para hacer negocios ellos, sus amigos y sus grupos de interés, y a
las pruebas nos remitimos. El Sr. Vázquez no puede decir que pone la cara; si
no que deja hacer. Una vez más cinismo.
Lo que ha quedado claro es que para el PP de Segovia las personas valen
lo que aportan con sus expectativas electorales. De la Serna hace dos días
tenía valor; ahora es de “usar y tirar”. Ha bastado que yo mismo pidiese
públicamente a De la Serna que renuncie a ir en la lista para que tres horas
más tarde, pero con mucha propaganda, el presidente del PP en Segovia pidiese
lo mismo. Un claro efecto de oportunismo político, porque saben que De la Serna
no puede renunciar, ya que en ese caso de antemano estaría aceptando su
culpabilidad. Maquillaje y cinismo, una vez más.
En todo caso, el PP está bajo sospecha en Segovia. Votar al PP es
apostar por sus negocios y los de sus aliados y grupos de interés.
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